Y aunque el gremio valora el esfuerzo de las autoridades tiene claro que las amenazas que enfrentan en carreteras y puertos desborda su capacidad. Además de la problemática en la Costa Atlántica, se suma la inseguridad por cuenta de los grupos armados en los corredores como Ocaña-Cúcuta, Puerto Valdivia-Tarazá y todo Arauca; y la delincuencia común, llamada “cascareros”, usuales en Buenaventura.
Por eso creen necesario brindarse soluciones y también que los organismos pongan en cintura a ciertos empresarios que desconocen responsabilidades.
“Tenemos que fomentar el autociudado, tener conciencia de las situaciones a nivel social que hay en muchos sectores, viajar en horas diurnas, acompañados, mantener contacto con las autoridades; tenemos 42 jefes de seccional de Tránsito”, detalla Parra.
Según detalla Bobadilla, entrar a Buenaventura puede tomarle 10 horas a un camionero, tiempo suficiente para ser víctima de fleteo antes de arribar.
Pero incluso ya al interior del Puerto, en zonas que deberían estar provistas de seguridad, los conductores pueden sufrir graves asaltos, como consta incluso en un video que envía Bobadilla como evidencia, de un colega herido de gravedad con arma blanca.
“Muchos empresarios mandan 100 mulas en una operación logística de tres días desatendiendo todas las obligaciones de seguridad que le corresponden, según el decreto 2228 de la Superintendencia de Puertos y Transporte”, recalca Bobadilla.
De todos modos en materia de seguridad, el país tiene logros que mostrar. Según la presentación de Juan Miguel Durán, presidente de Colfecar, en la Expo Anpact 2019, con presencia de 30 países, Colombia redujo en dos décadas, en un 90%, el robo de unidades de transporte de carga por cuenta de la piratería. El año pasado, por ejemplo, se desmantelaron 39 bandas.
Sin embargo, los camioneros siguen siendo el eslabón más expuesto en la cadena. Dice Gabriel Jaime Ospina Mazo, transportador durante 25 años y actual coordinador logístico de la empresa Daes, que actualmente, más que los saqueos a vehículos, el asiduo problema de seguridad es el robo de los anticipos, es decir, dinero en efectivo que portan los conductores para la operación. “Generalmente, cuando esto ocurre, al conductor le toca responder de su bolsillo. Cuando es robo de mercancía, tras la investigación, la aseguradora responde”, explica.
La carretera también pone en riesgo sino su integridad. Actualmente, dicen los agremiados, se conoce de al menos siete transportadores muertos a causa del covid-19.
Sin embargo, aún con estos peligros, aseguran que seguirán al frente ayudando a dinamizar un país que, de no ser por ellos, se movería poco.