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Llegó diciembre y el pesebre gigante de Venecia Antioquia va por un récord

La villa está conformada por 250 metros. FOTO JAIME PÉREZ

La icónica villa navideña que se convirtió en sitio de peregrinación, le madrugó a diciembre y desde hace una semana deleita a venecianos y a turistas.

TOMADO DE: elcolombiano.com

Tres presos ofrecen su apoyo y una soga para que su compañero se fugue de la cárcel. A sus espaldas, una fila de monjes asciende con solemnidad hacia el majestuoso monasterio y algunas cuadras abajo una procesión se topa con una recua de alentadas mulas con madera a cuestas.

La jornada está dura para los obreros que se muelen el lomo construyendo la Torre de Babel y el Arca de Noé. Pero no todo es trabajo ni oraciones. En la plaza la fiesta y el baile están prendidos, aunque no todos quieren o pueden estar. Los hay enamorados que prefieren deambular por un puente solitario, los que ya se dieron el “sí, acepto” y los que aguardan algo entre la soledad de sus casas. Y desde el Nacimiento, el niño Jesús, junto a su papá y su mamá, lo ve todo.

El del municipio de Venecia es el pesebre costumbrista más grande de Latinoamérica, es un pueblo vivo de 2.300 habitantes, es una recuperación de la infancia.

Llegó diciembre y el pesebre gigante de Venecia va por un récord

Su historia comenzó hace 16 años como parte de un rito personal del arquitecto Luis Fernando Betancur Merino que con los años se convirtió en un pesebre único, un sitio de peregrinación para miles de personas durante seis semanas, que requiere una planeación de meses y una rigurosa logística y transporte.

Luis Fernando nació en Venecia. Su fascinación por los pesebres lo llevó a construir los propios a partir de los 12 años a punta de cartulina. Más tarde se pasó al cartón paja, de hecho, el primer pesebre que edificó para la Parroquia San José, hace 30 años, fue en este material. Lamentablemente las lluvias que se filtraron por el templo lo destrozaron.

Hace 15 años comenzó con madera, personaje a personaje, casa a casa, ampliando el pueblo cada año hasta alcanzar una villa de 250 metros cuadrados, rodeada por 50 metros de cadena montañosa, un portentoso río de 25 metros, con una poderosa red de un kilómetro de cableado eléctrico que iluminan 1.450 bombillos para las 370 edificaciones en madera. Casas y negocios soberbiamente construidos con 2.000 metros lineales de madera de balsa y 180.000 tejitas de barro.

Luis Fernando se encarga de todo. Él mismo confecciona la ropa que viste a los 2.300 habitantes y diseña el mecanismo que da movimiento a 160 de ellos, como a los ennegrecidos mineros, al incansable pescador y al veterinario que cura a los perritos.

Llegó diciembre y el pesebre gigante de Venecia va por un récord

Lo que sí contrata Luis Fernando es la fabricación de los carrieles, las ruanas y los sombreros. También algunos de los bellos árboles que rodean el pueblo.

Luego viene el montaje. Ahí llega la ayuda de sus familiares, quienes se toman un mes decorando, puliendo calles y haciendo invisible todo el andamiaje que permite dar vida al pesebre.

El gran reto que tienen entre manos para los próximos años es encontrar un espacio dentro de la parroquia suficiente para albergar el monumental pesebre y evitar que cada año deba viajar de la finca de su creador hasta el templo, un trasteo que implica una logística enorme y unos costos importantes, los cuales asume Luis Fernando.

La idea es volver a la infancia

Lo que motivó a Luis Fernando a darle vida a la ya icónica creación fue la intención de recuperar la ilusión y el fervor de sus años de acólito, cuando se deleitaba cada año con el pesebre que hacían en la parroquia, replicando la tradición que comenzó San Francisco de Asís, hace 799 años, en un pueblito de Italia.

Edison de Jesús Ortega Trejos, párroco del Santuario de San José, dice con reposada sonrisa que entre las miles de personas que viajan desde diferentes lugares de Antioquia y el país a conocer la obra se inquietan por conocer el significado del pesebre y qué tanta relación guarda con el símbolo creado por San Francisco de Asís para honrar, con simplicidad, el momento en el que el niño Jesús llegó al mundo rodeado de sus padres, entre heno y animales.

El padre Ortega siempre les tiene la respuesta. El pesebre costumbrista –narra– mezcla la cotidianidad, el trabajo, la alegría y las situaciones más terrenales con la exaltación de la fe. “Cuando un adulto lo ve recupera su infancia porque se ve reflejado y entiende que ahí en la vida normal y cotidiana también puede estar la magia de la Navidad”, dice.

Llegó diciembre y el pesebre gigante de Venecia va por un récord

Y para Lucía Baena, el padre tiene razón. Desde 2018 convirtió la visita al pesebre en un rito con su nieto Emanuel. Pasa con él las largas vacaciones decembrinas en su finca donde recibe amigos y familiares de varias partes del país que llegan atraídos por el relato que la misma Lucía les ha hecho de este espectáculo. “Solo viéndolo entiende uno por qué es una experiencia que hay que tener”, dice.

Alimentado por la fe, el pesebre también ha servido para perseguir objetivos más terrenales. El año pasado llegaron hasta Venecia 240.000 visitantes, gran parte de estos arribaron en las seis semanas en las que estuvo dispuesta la obra al interior del templo, dándole un nuevo impulso a la actividad turística del municipio, que en época de vacaciones debe competir como destino preferente ante colosos del turismo en el Suroeste como Jardín y Jericó.

Este año decidieron ir por más. De la mano de la administración municipal inscribieron el pesebre ante los Guinnes World Records para que visiten el municipio durante la primera semana de diciembre para validar que este no es ya el pesebre costumbrista a escala 1:20 más grande de América Latina sino de todo el mundo.

Quienes tuvieron el privilegio de conocerlo el año pasado encontrarán este año nuevos atractivos. Esta vez el arquitecto Betancur incluyó en su obra escenas de simbólicos relatos bíblicos: el Jardín del Edén, el bautizo de Jesús por San Juan Bautista, la Torre de Babel y el Arca de Noé, estas dos últimas están a medio construir porque la idea del autor es que las dos colosales creaciones que relata el Antiguo Testamento tomen forma, año tras año.

En Venecia decidieron que no habrá otro pesebre. El que está en el Santuario será el que convoque a sus más de 10.000 habitantes y los miles de visitantes para renovar este año la magia navideña.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

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LUIS FERNANDO BETANCUR
Creador del pesebre costumbrista

Luis Fernando es un arquitecto oriundo de Venecia que reside en Medellín. Desde los 12 años empezó a crear pesebres con un distintivo toque paisa. Su obra fue impulsada no solo por su talento sino por su religiosidad. De niño fue acólito en la parroquia, se la pasaba metido en la iglesia, y fue allí donde se inspiró para crear su monumental obra, la cual empezó a tomar forma hace 16 años.

Todos los años, meses antes de la temporada decembrina, Luis Fernando empieza a darle forma a la idea que tenga para renovar el pesebre. Asume la totalidad de los costos que implica semejante tarea y asegura que la única retribución que busca es ver la romería de personas, de diferentes partes del país, disfrutando de esta creación.

Aunque en 2020 tuvo que suspender la tradición, desde el año pasado, de la mano de la Alcaldía de Venecia ha buscado internacionalizar este espectáculo. Tras dos años de gestiones, lograron que representantes del Guinness World Records visite Venecia para certificar que su pesebre tiene características únicas en el mundo.

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