POR: NELSON MATTA COLORADO |
Luego de alegrarnos la escucha durante 57 años, se apagó la voz alegre del locutor Orlando Patiño Valencia, quien le dio vida al famoso programa radial Una hora con los solistas de la sonora matancera.
El “matancerómano”, como lo conocían, partió de este mundo a los 72 años, tras haber dedicado gran parte de ellos al oficio de la locución y la narración deportiva en las cabinas sonoras.
Su hermano Alberto Patiño le contó a EL COLOMBIANO que Orlando falleció de muerte natural, al parecer por un infarto, en su vivienda del Centro de Medellín. El sábado anterior estuvo en una discoteca de Belén, recibiendo un homenaje por su trayectoria en los medios de comunicación, y llegó en la madrugada del domingo a su residencia, en la cual vivía solo.
Ese día no contestó a las llamadas y mensajes de sus allegados. El lunes 11 de octubre, preocupado por su ausencia, Alberto llamó a un negocio vecino, donde le contaron que estaban extrañados porque Orlando no había abierto la ventana, como siempre lo hacía, ni sintonizado a alto volumen la música de Latina Estéreo.
Los familiares ingresaron al apartamento y lo encontraron sin vida, a un costado de la cama. El “matancerómano” dejó dos hijos y seis hermanos (de nueve que eran al principio).
Orlando, nacido en 1949 en el barrio Campo Valdés de Medellín, cobró fama nacional con su trabajo en Latina Estéreo, presentando a los ídolos de la salsa, pero a lo largo de su carrera también narró partidos de fútbol, noticias y peleas de gallos.
Sus inicios se remontan a las emisoras Radio Nutibara y Radio Ya, cuando con apenas 15 años comenzó a participar en el noticiero El Mundo al Día. Después pasó por Todelar, Emisora Claridad y Radio Cristal, entre otras.
En 1972, junto a Paché Andrade, fue cofundador del programa Una hora con la Sonora, en honor a la popular orquesta cubana, una de las máximas exponentes de la salsa. Y cuando se fundó Latina Estéreo, Orly – como le decían en el gremio de los micrófonos – perfeccionó esta idea en 1985, creando Una hora con los solistas de la sonora matancera.
Durante cuatro décadas conoció a los más grandes exponentes del género, quienes le reconocieron su devoción a la música. Al iniciar cada programa, alegraba a sus oyentes con su saludo tradicional, “buenas tardes mi gente, saludo cordialísimo para todos los matancerolocos y mantanceromanizadas de Antioquia y el mundo”.
Alberto recordó que la pasión de su hermano era la radio, en la cual trabajó hasta sus últimos días, Las exequias serán desde las 8:00 de la mañana de este martes, en la sala de velación Villanueva. A las 4:00 p.m. habrá una misa en la iglesia San Vicente de Paúl, del barrio Córdoba, en el noroccidente de la ciudad. Paz, y mucha música, en su tumba.