En 1989, el presidente Carlos Andrés Pérez aplicó en Venezuela una serie de reformas económicas de corte neoliberal basadas en el llamado Consenso de Washington.
Unos 30 años más tarde, el gobierno de Nicolás Maduro parece haber hallado su modelo político no en Washington, sino en sus antípodas geopolíticas: en Pekín.
“[La economía venezolana] está en una transición, que tiene como referencia al modelo chino”, dijo Rafael Lacava, miembro de la dirección nacional del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y gobernador del estado Carabobo, durante una visita a Shanghái en noviembre.
Lacava, quien aseguró estar allí como enviado especial de Maduro, explicó luego que esa visión sobre China era la que explicaba que el mandatario venezolano hubiera viajado con tanta frecuencia a ese país.
Y, ciertamente, Maduro había realizado en septiembre su tercera visita de Estado a China que, según afirmó, era también su viaje número 11 a ese país desde 1999.