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Ejemplar: un ingeniero de Barbosa compra dos monos tití para luego liberarlos

GUSTAVO OSPINA ZAPATA

En un acto de amor y respeto por los animales, Conrado Muñoz, un ciudadano del municipio de Barbosa, acaba de protagonizar un acto digno de imitar y elogiar: compró dos monos tití cabeciblancos que estaban amarrados y en venta, y luego los liberó.

El hecho tuvo lugar en un paraje de la vía a la Costa Atlántica, por donde Conrado se desplazaba en su vehículo acompañado de su esposa, su hija y su suegra.

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Al ver que los animales estaban en buena condición pero atados con cabuyas y sin poderse mover y saltar, como debe ser, decidió comprarlos y más adelante dejarlos en libertad.

Conrado narra así la historia:

“Veníamos de Coveñas, y en ese trayecto, al paso por el corregimiento Buenavista (Córdoba) vimos que los estaban vendiendo. No dudé en parar y preguntar cuánto valían, me pidieron 400.000 pesos por cada uno, ofrecí menos pero no fue posible y entonces los compré y los subí al carro”.

Más adelante, la familia buscó un lugar donde poder comprar unas tijeras para desatar los animales y dejarlos libres.

Una vez liberados de sus cabuyas, que tenían nudos muy fuertes que hacían muy difícil la situación de ambos individuos, Conrado siguió camino buscando el sitio ideal para soltarlos.

“Cuando encontré el sitio adecuado, una zona muy boscosa con árboles, saqué la caja donde los transportaba y fue muy extraño, porque ya el macho no estaba, no me explico en qué momento ese animal se voló. Entonces, cogí la hembra y la liberé”.

La mayor satisfacción de Conrado fue ver que al liberarla, el animal saltó y corrió, pero unos metros más adelante paró y volteó a mirarlo: “me miró como para decirme gracias, fue algo muy emocionante, me dieron ganas de llorar de ver eso”, narró Conrado.

Este ciudadano explica que este acto lo hizo porque considera que los animales no son para estar amarrados ni en cautiverio y mucho menos en venta, como si fueran mercancía.

“Soy ingeniero civil y la plata que invertí después se recupera, pero la libertad de esos animales me dejó alegre el corazón”.

Conrado no dejó de lamentarse por el despiadado comercio de animales que observó en el trayecto: loras, guacamayas, iguanas, tucanes y toda especie exótica y silvestre son vendidas por traficantes de fauna, un delito que es considerado entre los más rentables del mundo junto a la trata de personas, la venta de armas y el comercio de drogas.

El suyo es un ejemplo a imitar y un llamado a las autoridades a tener un mayor control con esta actividad, que aunque ilegal, se ejerce a sus anchas en muchos corredores viales del país.

El mono tití, también conocido como tamarino, algodonoso, pielroja o pinche, es un primate que pertenece a la familia Callitrichidae, es de hábitos diurnos, habitan al borde de bosques y selvas, especialmente en la región norocidental del país y se caracterizan por ser muy territoriales.

 

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