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Así afecta la crisis en Colombia a la salud mental de los cartageneros

GISSEL DÍAZ SÁNCHEZ

¿Ha sentido miedo, estrés, ira o ansiedad? Puede estar siendo afectado mentalmente por la situación que atraviesa el país: tercera ola de coronavirus y crisis social.

TOMADA DE:eluniversal.com.co

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Los colombianos atraviesan un momento difícil. La tercera ola de la pandemia ha golpeado con fuerza a todo el país y en Cartagena el número casos de coronavirus y de los fallecidos sigue aumentando. Pero ahora no solo está la preocupación latente por el COVID, sino por la crisis política que atraviesa el país, y que tiene a los ciudadanos manifestando desde hace más de 12 días. Más allá de las implicaciones que la situación pueda traer al sector sanitario en medio de una pandemia, también están las alteraciones a la salud, que seguramente usted ya ha experimentado.

Muchas veces dejamos de lado nuestra salud mental por no estar suficientemente informados sobre las señales en las que nuestra mente pide ayuda, y en este momento experiementar una crisis es mucho más probable.

¿Cómo saber si mi salud mental se ha visto afectada?

Hace más de un año llegó a Cartagena el coronavirus. La vida tal y como la cocíamos, dio un giro de 180° del que apenas nos empezamos a recuperar un poco, tanto económica, como social y mentalmente. Cuando la situación parecía tomar un rumbo más “positivo” con la reactivación de los diferentes sectores, la tercera ola del COVID-19 golpeó al mundo, y Cartagena no fue la excepción.

El estrés, el miedo, la ansiedad, se vieron exacerbados por la preocupación del rumbo económico que tomaría el país con la reforma tributaria y los colombianos salieron a marchar. Las marchas se han extendido debido a que los ciudadanos sientes que hay más motivos por los cuales protestar ante el gobierno, eso sumado a las situaciones de alteración de orden público y presuntos abusos de autoridad han extendido las manifestaciones.

El Universal habló con Diana Gómez, profesional en psicología con maestría en psicología clínica, quien explicó cómo la situación actual es un motivo para estar más atentos al cuidado de la salud mental. Ya no es solo la pandemia, ahora también es la situación del país lo que puedo golpear fuertemente a nuestra mente.

¿Qué tanto considera que puede afectar a una persona la situación de crisis que atraviesa el país?

Diana Gómez: Muchísimo. A unos más que a otros, pero sí afecta. Las situaciones de emergencia causan malestar y se manifiestan de diferentes formas. Toda esta situación que estamos viviendo, el paro más la pandemia, nos produce un desgaste físico y emocional tremendo. Principalmente por la cantidad de información que estamos consumiendo diariamente.

Es importante entender que en estos momentos los cartageneros se ven afectados mentalmente por estas situaciones, pero no lo saben. ¿Cómo se manifiestan estas alteraciones?

Las alteraciones se manifiestan con ansiedad, tristeza, rabia, ira, desesperación, irritabilidad, dolor, trastornos de sueño, cansancio extremo, dificultades para concentrarse. También dolores de cabeza, de espalda, alteraciones en los hábitos alimenticios. Puede ser diferente para cada persona. En algunas incluso puede ocurrir la re-experimentación de experiencias traumáticas que hayan tenido.

Con estas situaciones, se suele hablar de ansiedad, ¿qué significa realmente y cómo se puede identificar? ¿Es igual al pánico?

Aunque comúnmente nos referimos a la ansiedad intensa que experimentamos sin hacer distinciones entre términos como ataque de pánico y crisis de ansiedad, realmente sí hay diferencias.

En el caso de un ataque de pánico, el paciente debe cumplir con 4 o más de una lista de síntomas. Entre estos están: aceleración de la frecuencia cardíaca; sudoración; temblor; sensación y dificultad para respirar, sensación de ahogo; dolor o malestar en el tórax; náuseas o malestar abdominal; sensación de mareo; inestabilidad; aturdimiento; desmayo; escalofrío; sensación de calor. También la parestesia, que es como la sensación de hormigueo y la desrealización, que es la sensación de irrealidad o de despersonalización, de separarse de sí mismo. El miedo a perder el control, a volverse loco y el último es el miedo a morir.

En un ataque de pánico es la aparición súbita de uno de estos síntomas y se puede producir desde un estado de calma o de ansiedad.

¿Cuál es la diferencia entre un ataque de pánico y uno de ansiedad?

Un ataque de pánico es un término clínico, están los especificadores en el DCM5, que es el manual de diagnóstico de la psicología, mientras que un ataque de ansiedad no lo es, este puede significar cosas diferentes para cada personas. Sin embargo, cuando hablamos de crisis de ansiedad, también hay una diferencia con el ataque de pánico, que tiene una duración corta, tiene un inicio y un final identificados. Mientras que la crisis de ansiedad no tiene una duración determinada. El ataque de pánico, además, aparece de forma repentina, sin que haya un desencadenante evidente. Tiene su punto máximo de expresión en minutos. Mientras la crisis de ansiedad es más lenta, se va intensificando y puede tener un desencadenante claro.

Recomendaciones generales, para evitar un impacto grave en nuestra salud mental

Lo primero es entender que no tenemos que estar bien, hay que reconocer que la situación nos está afectando, que es natural si sentimos rabia, si sentimos miedo o tristeza. Debemos idenficar esa emoción, validarla y no exigirnos ningún tipo de inmunidad emocional.

– Debemos protegernos con la información, hacer un uso racional y dosificado de la misma.

– También hay que aceptar lo que no está bajo nuestro control. Hay cosas que se salen de nuestras manos, debemos soltar eso y actuar desde nuestro lugar.

– Poder expresar lo que sentimos. Desahogarnos, hablar sobre ello es bueno.

– Debemos entender que nuestros pensamientos negativos son solo eso, hay que cuestionarlos cada vez que aparezcan. No dar pie a la anticipaciones negativas, imaginar el peor necesario trae más angustia.

– Desconectarse. Debemos tener espacios de calma y no sentir culpa por eso, porque la calma es protectora. Querer desconectarnos no nos hace indiferentes o irresponsables con lo que está pasando. Tomarnos unos minutos para meditar o hacer una actividad que pueda desactivar el estado de alerta y respiración consciente, nos ayuda.

“Una mente calmada puede actuar desde la conciencia y buscar soluciones”, concluye la Dra. Diana Gómez

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