PERÚ:
Un grupo de casi 20 reclutas voluntarios, con fotos y videos en mano, no aguantó más el maltrato.
Luego de que un grupo de soldados desertara denunciando tratos inhumanos con comida insuficiente, vencida y malograda, el Ejército del Perú anunció que tomó acciones y separó al jefe encargado.
A través de un comunicado oficial difundido en sus redes sociales, el Ministerio de Defensa se pronunció y anunció que, además de la separación del líder de la base militar El Tambo, en Amazonas, también indagarán lo ocurrido.
“La institución rechaza de manera enérgica todas las acciones que atenten contra la salud e integridad física de su personal y, en caso de determinarse responsabilidad punible, se establecerán las medidas correctivas y sanciones drásticas de acuerdo al régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas”, se lee en el tercer punto de la misiva castrense.
Finalmente, “el Ejército del Perú reafirma su compromiso de seguir velando por la seguridad y defensa de la Patria y mantiene su política de respeto irrestricto a las leyes y normas emanadas de nuestra Carta Magna (Constitución Política)”.
Increíble. Un grupo de soldados del Ejército del Perú en Amazonas desertó y escapó de su puesto asignado denunciando ante la Policía que recibía un trato inhumano.
Con fotografías y videos de raciones de comida insuficiente, vencida y podrida, los jóvenes reclutas no aguantaron más el incumplimiento de las promesas militares y se marcharon.
“Nos hemos escapado de la sexta brigada porque nos dan raciones de comida incompletas y vencidas”, “todos los días nos dan sopa y un poquito de arroz, eso no es”, reclamaron.
Otros soldados que también decidieron alzar su voz de protesta contaron que “nos estaban estafando con los alimentos. Nos daban poco y vencido”, “pura agua. 6 presas para 17 personas”.
“Mantequilla y leche vencida, bolsas de menestra apolillada y huevos podridos”, eran las supuestas provisiones que recibía el grupo de reclutas voluntarios desde agosto del 2023, en el Tambo.
Ante esos tratos inhumanos y la falta de respuesta de sus superiores, los cuarteleros se reunieron y decidieron desertar huyendo entre la selva de Amazonas y gracias a residente de la zona.
“Nos escondimos en el río y, como Dios está con nosotros, un señor vino a cargar agua, le contamos el porqué nos escapamos y nos ayudó. Contactó un carro y nos fuimos”, narraron.
Vale recalcar que este grupo de casi veinte soldados voluntarios se enrolaron bajo la promesa de recibir un bono de mil soles mensuales más alimentación. Al menos una de las promesas no se cumplió.
Entre sus múltiples funciones, ellos tenían que vigilar la frontera de nuestro país con el Ecuador, esto para evitar que inmigrantes ilegales ingresen al Perú sin documentación ni autorización.
Finalmente, cabe mencionar que, hasta el cierre de esta nota, ni el Ministerio de Defensa ni ninguna otra autoridad del Estado se ha pronunciado sobre esta grave denuncia de trato inhumano a un grupo de soldados.