Según la ADI, en la ciudad tiene el 70 % de su alcantarillado fluvial cubierto. En la calle 85 y 27 se debe tener cuidado con las grandes corrientes que lo arropan.
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A pesar de las obras que se han ejecutado en Barranquilla para acabar con los arroyos, cada vez que llueve las fuertes corrientes de agua que se forman en las calles siguen causando emergencias y sembrando temor entre los ciudadanos.
Las fuertes corrientes de agua paralizan algunos sectores de la capital del Atlántico, amenazando el bienestar de los ciudadanos que son sorprendidos mientras transitan por las zonas que ahora se han convertido en un riesgo. La misma amenaza la enfrentan los peatones, las personas que trabajan cerca de los puntos críticos y los vendedores informales.
Durante muchos años, los temibles arroyos que se formaban en Barranquilla cobraron las vidas de varias personas, dejando vacíos infinitos en sus familias y marcando la historia de la ciudad; empero, también han sido numerosos los que han logrado salvarse. Varios de estos arroyos fueron canalizados, pero han surgido otros que están causando emergencias.
Otro arroyo que está causando emergencias es el de la calle 57 con carrera 27. En días pasados, un bus que transitaba por la mencionada dirección del barrio Los Andes fue arrastrado por esta fuerte corriente. El nivel del agua subió, apagando el motor y dejando al vehículo a la deriva, hasta quedar atascado a un costado de la calle.
Las intervenciones
El gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Alberto Salah, explicó que Barranquilla cuenta con un plan de alcantarillado pluvial en el que tiene que seguir trabajando; sin embargo, resaltó que la canalización de los arroyos de la ciudad avanza en un 70 %.
“Hoy Barranquilla tiene más de 60 kilómetros de soluciones hidráulicas, que son los que se han construido en los últimos 10 años, por lo que Barranquilla tiene que seguir creciendo y los arroyos de la calle 85 y 27 son parte de esos colectores que todavía se requieren, pero eso cuesta dinero”, dijo Salah.
El funcionario mencionó que en el pasado el gobierno de Alejandro Char dejó gestionados recursos ante la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, los cuales fueron utilizados durante la pandemia y se quedó sin viabilidad económica.
Afirmó, además, que los ciudadanos deben tener especial cuidado con el arroyo Felicidad cuando pasa por las carreras 25 y 27, porque en estos puntos la canalización debe hacerse a futuro. Lo mismo ocurre con la calle 85.
Recuerdo que uno de los grandes arroyos que se intervino fue el arroyo de la 21 que pasa por el Jardín Botánico. Allí se hizo un trabajo de ingeniería fuerte para darle una solución a la ciudad”, expresó.
Saucedo reiteró que lo mejor que se puede hacer en dichos casos es refugiarse de la lluvia en un lugar seguro y esperar a que escampe para poder seguir con el desplazamiento.
Salah sostuvo que todos los canales abiertos generan un riesgo ante la fuerza del agua. “Tenemos un plan maestro de alcantarillado pluvial y falta mucho por construir y canalizar para estar a la cobertura del 100 %. Será el gobierno entrante el que tendrá que ver de cuantos recursos dispone para trabajar en estas soluciones hidráulicas”.
Y agregó: “La gente tiene que estar alerta cuando empieza a llover, sobre todo en la 85, ya que muchas veces está lloviendo en otras partes y cuando se ve es el arroyo aún cuando no esté lloviendo por esa zona”.
El llamado
Edgardo Saucedo, jefe de Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del Distrito, hizo un llamado a los barranquilleros a tener especial cuidado con los arroyos que se encuentran en diferentes puntos de la ciudad, sobre todo el de la calle 85, el cual ya se evidenció que necesita trabajos civiles.
“Hay que ser muy prudentes y respetuosos frente al tema de la lluvia. Nosotros no podemos minimizar el riesgo porque en cualquier momento podemos estar expuestos por no medir las consecuencias sin importar si vamos a pie, en moto, bicicleta o carro”, dijo.
El funcionario distrital mencionó que para evitar los riesgos es necesario que los usuarios que se encuentren transitando por la calle 85 durante las precipitaciones, deben buscar rutas alternas, tales como la calle 84 y la 51.
Ciudadanos piden soluciones urgentes
Desde hace 16 años, Robinson Romero, trabajador estacionario de la calle 85, ha sido testigo de las emergencias que ha ocasionado el arroyo al que se enfrentan cada vez que llueve. “Este arroyo es terrible. Yo he tenido que ayudar a que los carros que van por la vía no sean arrastrados por el arroyo, pero no siempre ha sido posible porque este es demasiado fuerte y agresivo”, dijo Romero.
Por su parte, el taxista Xavier Suárez mencionó que ante las precipitaciones prefiere quedarse estacionado en algún punto seguro ya que considera que no hay garantías suficientes para movilizarse mientras esté lloviendo. “La gente nos critica porque nos ve estacionados o no queremos llevar carreras hasta que escampe, pero es que realmente es muy compleja la situación”, dijo Suárez.
