Sara Kapkin
El tour acerca a locales y turistas a los lugares, los personajes y las historias que han hecho de Medellín una ciudad particularmente musical.
Hay habitantes de Medellín que desconocen lugares de la ciudad tanto como cualquier turista. Para unos y otros está Destino Sonoro, un recorrido por la ciudad a través de la música.
Aunque no se trata de la historia como un asunto teórico, sino experiencial, es decir, de acercarse a la música a través de aquellos que la han hecho posible: los artistas, los lugares, los bailarines, los coleccionistas. Porque el tour nació con la idea de articular a todos los que hacen posible que la música sea una industria.
La idea empezó hace más o menos cuatro años. Lali Guerrero y Ana María Zuluaga son publicistas y gestoras culturales y llevan más de 10 años trabajando alrededor de la música en distintos roles –maganment, booking, mercadeo–. Fue por esa experiencia que entendieron que hacía falta algo que permitiera a aquellos interesados en la industria musical local, poder acercarse y conocerla desde diferentes lugares y perspectivas.
Pero no sólo a ellos, sino al público en general, porque la música hace parte de la historia personal de casi todos. Y aunque cualquier puede encontrar todo tipo de música en plataformas, la música no es sólo lo que suena sino lo que representa, por eso hacen falta mediadores, personas que puedan hablar de esa música, de lo que ha sido en el tiempo. Porque las canciones quedan grabadas para siempre, pero significan cosas distintas con el tiempo.
Cómo la música es tanta y la historia también, el tour va recorriendo lugares distintos cada vez. Este último, del pasado sábado 26 de abril empezó en el Teatro Pablo Tobón Uribe, pasó por el bar de salsa El Jibarito, que tiene a disposición de interesados y curiosos una colección extraordinaria de LPs para la venta. Allí William, el dueño habló de la historia del bar, de la salsa en la ciudad, y de su colección. Esa parada contó además con un show de baile en vivo.
De ahí pasó al legendario bar de tango Homero Manzi, donde Jorge, su dueño, respondió las dudas de los visitantes respecto al tango. Y finalmente terminó en Mad Records, con un encuentro con Felisa Tambor, una artista local con un proyecto musical absolutamente cautivador. Ella habló de su trayectoria, de la industria musical local, de su experiencia como artista y gestora y compartió una selección musical de la inmensa colección de su familia.
Lugares conocidos para muchos, pero un acceso que ninguno de los participantes hubiera podido tener si va a esos bares por su cuenta.
“Medellín es un gran destino para la música, hay un ecosistema increíble, y cuando hablamos de ecosistema hablamos de toda una cadena de valor. Además sentimos que es una iniciativa muy oportuna, pues tiene el potencial de conectar dos industrias, la de la música y la del turismo, y nutrirse ambas”, dice Guerrero.
De eso se trata Destino Sonoro, de entender la industria de la música, sus personajes, sus dinámicas y su trascendencia. Guerrrero y Zuluaga lo definen como una “iniciativa cultural y creativa que busca generar experiencias alrededor de la música con el fin de promover el patrimonio sonoro colombiano”, entendiendo la música como un eje central y las historias que allí se cuentan y tienen lugar, como creadoras de cultura, del imaginario colectivo.
Es un tour que hace más por construir la historia que está por venir, que por contar la que ha sido hasta ahora, porque la idea es que quienes asistan se conozcan, compartan, y generen conversaciones que trasciendan el recorrido. Que lleven a otros a esos mismos lugares y que vuelvan a contar a esas historias.
“Hay muchos caminos interesantes por seguir, nos faltan más horas en el día para poder hacer todo. Nosotras todo el tiempo estamos buscando nuevos lugares e historias, y vienen más cosas y contenidos. También estamos trabajando en la conceptualización e investigación de algunos tours más enfocados en géneros musicales específicos, para poder profundizar más en ellos”, dice Zuluaga.
El recorrido se hace en carro, e incluye merienda y bebidas en algunas de las paradas. Tiene un valor de $150.000 por persona. Los próximos están programados para los días, 4, 17 y 25 de mayo, todos sábados. Si quiere saber más, entre aquí.