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Una expedición de NatGeo llega a Colombia para ayudar a proteger nuestros océanos

Foto: Sandra Bessudo - Fundación Malpelo

Daniela Quintero Díaz

¿Qué vive a 4.000 metros de profundidad en los mares colombianos? Durante seis semanas el buque Argo será el hogar de más de 20 científicos y expedicionarios que recorrerán las aguas colombianas con el fin de crear nuevas áreas marinas protegidas.

TOMADA DE:elespectador.com

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También se producirá un documental de NatGeo para mostrar la biodiversidad marina de Colombia. Estos son los detalles de la expedición.

Hace casi un año, científicos convocados por Pristine Seas – un proyecto que busca proteger los últimos lugares prístinos del océano y que ha ayudado a la creación de 25 reservas marinas, equivalentes a 6.5 millones de kilómetros cuadrados protegidos – publicaron en la revista Nature uno de los estudios más completos sobre el estado de los océanos en el planeta y las áreas más importantes para su conservación. Entre esos lugares fundamentales para recuperar y proteger los océanos estaban las aguas de Colombia.

Hoy, navega por nuestros mares a bordo del buque Argo, una expedición científica sin precedentes, que busca explorar y estudiar las aguas colombianas, tanto en el Océano pacífico, como en el mar Caribe para la creación de nuevas Áreas Marinas Protegidas. Desde las dorsales submarinas cercanas a Malpelo, a más de 500 kilómetros de nuestras costas, hasta los arrecifes más remotos de San Andrés.

La expedición busca apoyar la promesa del presidente Iván Duque de proteger 160.000 kilómetros adicionales de superficie oceánica para conservar el 30% de los mares del país para 2022. “Nuestra investigación se centrará en llenar los vacíos de conocimiento y abordar las necesidades de las comunidades locales”, aseguró Enric Sala, explorador residente de Natgeo y director del programa Pristine Seas.

Además del equipo de Pristine Seas de National Geographic, en la expedición participan varias científicas y científicos colombianos con el apoyo del ministerio de Ambiente, la Comisión Colombiana del Océano, Parques Nacionales Naturales, Fundación Malpelo, Fundación Colombia Azul, la Universidad Militar, Universidad Nacional, Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad Jorge Tadeo, entre otras entidades.

¿Qué hay en el fondo del mar colombiano?
El equipo de Natgeo Pristine Seas, en el que participa el científico colombiano de datos marinos, Juan Mayorga, cuenta con cámaras remotas que permiten estudiar los animales que viven en mar abierto. También, con un submarino tripulado que llega hasta los 450 metros de profundidad y cámaras que alcanzan los 6.000 metros de profundidad.

Durante estos primeros 15 días han enviado cerca de tres cámaras diarias, llamadas “drop cams”, a profundidades entre 1.000 y 4.000 metros. El objetivo es “capturar los primeros rastros de los hábitats del océano profundo colombiano, que nadie ha explorado antes”, señalan. Hasta ahora, han encontrado una riqueza de biodiversidad enorme, no solo de corales de profundidad, sino también de especies importantes como quimeras y tiburones.

También cuentan con el sumergible “DeepSee”, que puede descender a 450 metros de profundidad con tres tripulantes. “A 200 metros de profundidad, los montes submarinos de Colombia albergan un mundo lleno de vida. Tiburones espinosos, meros grandes y campos de estrellas son algunas de las maravillas que el equipo ha documentado, y que hacen parte de las especies en peligro de extinción”, asegura Sandra Bessudo, fundadora y directora de la Fundación Malpelo. Sin embargo, también se encontraron líneas de pesca perdidas en el fondo. “No hay paz para la vida salvaje ni siquiera en las remotas zonas profundas del océano. Por eso necesitamos proteger al menos el 30%”, reiteró Sala.

A 500 kilómetros de la costa, en las aguas oceánicas cercanas a Malpelo, se han realizado buceos en los que han encontrado aguas rica sen plancton, nudibránquios pelágicos, medusas, sifonóros y ctenofóros, criaturas que parecen de otro planeta. “Hemos buceado a cientos de kilómetros de la costa, y a cintos de metros por encima de una cresta montañosa submarina. Hemos visto criaturas que parecerían de otro planeta para la mayoría de los humanos. No crean a los que dicen que el océano abierto es un desierto. Hay vida en cada mililitro de agua de mar”, asegura Sala.

Estos datos, junto a los entregados por el reto de investigadores, esperan ser usados en la creación de nuevas áreas marinas protegidas. El presidente Iván Duque prometió que para este año el país tendría protegido el 30% de sus océanos.

Los lugares colombianos que visita National Geographic
La primera parte de la expedición, que zarpó el pasado 1 de marzo, culmina hoy. Durante 15 días las y los expedicionarios recorrieron las aguas colombianas cercanas a Malpelo, que hacen parte del corredor marino llamado Pacífico Este Tropical. Allí conocieron y visitaron varias cordilleras y montes submarinos que fueron el resultado de la fusión de las placas tectónicas en el fondo oceánico.

La biodiversidad en las profundidades es muy poco conocida. Con esta parte de la expedición se esperaba recuperar datos suficientes para entender cómo esas condiciones bajo el agua permiten la conectividad ecológica de tiburones y otras especies en el corredor marino.

Este martes inicia la segunda parte de la expedición en el corazón del Chocó: el Golfo de Tribugá. Un lugar con impresionante variedad de ecosistemas marinos, bosques de manglares, arrecifes rocosos, montes submarinos y aguas productivas. Una zona que es muy importante para la conectividad de especies emblemáticas como el tiburón martillo, que llega hasta esa zona a tener sus crías.

Una vez culminada la segunda parte de la expedición en las aguas chocoanas, la expedición irá hasta otros de los arrecifes más remotos de la región, en la Reserva de la Biosfera Seaflower, sobre el Archipiélago de San Andrés y Providencia, en el mar Caribe.

“Las investigaciones sugieren que estos arrecifes albergan una de las mayores densidades de tiburones de arrecife de todo el Caribe, lo que los convierte en uno de los últimos refugios para estas especies y en una prioridad para su protección”, aseguran desde Pristine Seas.

En esa parte de la expedición estará participando también el científico colombiano Diego Cardeñosa, quien lleva desde 2017 poniendo cámaras subacuáticas en Seaflower para estudiar la abundancia de tiburones en la zona. “Se van a poner cámaras someras en el arrecife, entre cero y 30 metros. También otras a cerca de 100 metros, y algunas irán hasta los 2.000 metros de profundidad”, explica Cardeñosa. “Esperamos estudiar la diversidad y la abundancia de los tiburones en las diferentes profundidades del arrecife y el ecosistema”.

Allí también se harán rastreos satelitales de especies de tiburones altamente migratorias que pasan por la reserva, particularmente en los puntos de Serranilla y Bajo Nuevo.

En palabras de Sandra Bessudo, “la idea es que toda esta información que estamos recopilando sirva para que el Gobierno pueda ampliar estas áreas y se vuelvan áreas marinas protegidas, que sirvan para que las especies se puedan reproducir y puedan migrar a otras regiones. Es indispensable proteger lo más que podamos a nuestros océanos, desde lo más chiquito que es el plancton, hasta lo más grande que son las ballenas”.

 

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