Más de mil personas invadieron la región conocida como La lengüeta y comenzaron un proceso de tala de árboles y parcelación del predio.
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La apropiación arbitraria y fraudulenta de los territorios indígenas que se ubican en la Sierra Nevada de Santa Marta, por cuenta de supuestos campesinos, – un poco más de mil personas – tiene varias aristas que preocupan a las autoridades, pero sobre todo a quienes residen en el macizo montañoso.
Se trata de personas que por años han vivido el oprobio de una guerra suscitada por una conquista del control territorial para envío de drogas hacia el extranjero, por parte de grupos ilegales, guerra que pone en riesgo a las comunidades cercanas a la Sierra Nevada de Santa Marta,
Desde el pasado 20 de agosto, líderes indígenas están denunciando la presencia de más de mil personas – provenientes de Palomino, Mingueo, Riohacha, y Santa Marta – que de manera irregular invadieron el territorio conocido como ‘La Lengüeta’, ubicado en la vertiente Norte de la Sierra Nevada, entre los ríos Don Diego y Palomino, en donde comenzaron un proceso de tala de árboles y parcelación del predio.
Esta zona es reconocida como la salida al mar del resguardo indígena Kogui-Malayo-Arhuaco y pertenece al Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta.
Además, está sometido a extinción de dominio, administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE), la cual avanza en el proceso de saneamiento fiscales para su posterior entrega a Parques Nacionales.
Las comunidades indígenas que allí habitan ven con preocupación que, con la cuarentena, producto de la emergencia por coronavirus, ha aumentado la presencia de grupos de personas que invaden y destruyen su entorno.
LA LLEGADA DE UN EXNARCO
Según el comunicado de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), estos sujetos han hecho uso de cintas para demarcar el terreno y han cortado diferentes árboles, dañando el equilibrio ambiental de la zona.
Los invasores argumentan que el Estado no los ha reubicado ni les ha dado tierras y es por eso que hoy deciden parcelar los predios. Sin embargo, gracias a las labores de inteligencia de la fuerza pública se conocen otras versiones que son investigadas.
Según la denuncia de la comunidad, estas personas son enviadas por grupos ilegales que quieren preparar el terreno para la llegada de un exnarcotraficante colombiano que delinquió en La Guajira y sus alrededores.
Se trata de Ever Oñate Viana, alias ‘Barrabás’, uno de los capos más buscados en la región Caribe que fue detenido en Honduras en mayo del 2014 y ahora debe responder ante la justicia colombiana por múltiples delitos.
Las autoridades hondureñas señalaron que, al momento de su detención, esta persona portaba dos identificaciones, una venezolana con el nombre de Óscar Enrique Zamora Mendoza y otra era hondureña, David Galo Reyes.
Hace un tiempo, alias ‘Barrabás’ era considerado cabecilla de una de las bandas criminales que operaban en La Guajira, en el norte de Colombia. También delinquió en el departamento del Magdalena, cuando era el jefe de ‘Los Rastrojos’.
Según las autoridades, uno de los terrenos de la Sierra Nevada que está en conflicto con los colonos e indígenas, estuvo en la mira de narcotraficantes como Ever Oñate Viana, quien lo utilizó como punto de embarque de cargamentos de droga hacia Centroamérica y el Caribe.
A finales de los noventa el predio quedó abandonado definitivamente lo que fue aprovechado por narcos y paramilitares.
En la actualidad, las autoridades del Magdalena investigan estas denuncias de las comunidades afectadas, en el sentido que los invasores estarían siendo instrumentalizados por estos grupos ilegales al servicio del exnarcotraficante colombiano.
