Santiago Olivares Tobón
Las riñas y los hechos de violencia intrafamiliar ya dejan más muertos que las confrontaciones de bandas.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
Los actos de intolerancia, la mayoría de ellos con influjo de alcohol y otras sustancias, fueron el detonante para que este que pasó fuera el fin de semana más violento del año en Medellín, con ocho casos entre sábado y domingo. Esta situación dejó en evidencia que los homicidios en la ciudad se originan principalmente por altercados y no por bandas criminales, como hace algunos años.
El comandante operativo de la Policía Metropolitana, coronel José Cristóbal Fonseca, señaló que de estos casos, cinco tuvieron que ver con riñas o hechos de violencia intrafamiliar, como los dos ocurridos en el barrio El Picacho o uno que se registró en Moravia.
De hecho, los actos de intolerancia y violencia intrafamiliar sumados ya superan la cantidad de asesinatos que implican a las bandas criminales y desde 2019 se viene estrechando la brecha, más por la reducción de retaliaciones entre bandas que por el control de las peleas dentro y fuera de las viviendas.
Para este 2023 se han registrado 43 homicidios por riñas y 15 por violencia de género e intrafamiliar, que sumados conjuntamente dan 58 asesinatos. Los muertos por temas de bandas criminales este año llegan a los 47 casos.
Este fenómeno se debe, según Luis Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo (Corpades), a que la disminución de los asesinatos por parte de las bandas criminales está más relacionada a los temas de los acercamientos para la paz total.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Medellín, general (r) José Gerardo Acevedo, afirmó que la presión de las autoridades, sumado a la tecnología con la que cuenta la ciudad, llevó a que los criminales opten por no atentar contra la vida de las personas.
El dolor de la intolerancia
Las autoridades han reiterado que su nuevo desafío es evitar que las reacciones de las personas bajo un estado de alteración terminen evitando que las cifras de asesinato sigan bajando más de lo que ya lo vienen haciendo.
“Buscamos hacer campañas de sensibilización en las comunidades de menos agresividad y más tolerancia y resaltar la importancia de evitar estas reacciones que terminan ocasionando estás muertes”, señaló el coronel (r) Ómar Rodríguez, subsecretario operativo de la Secretaría de Seguridad de Medellín.
Pero además de las 43 muertes por riñas, se contabilizan este año 2.387 personas lesionadas en esta clase de altercados, 127 casos más que el año pasado. Adicionalmente se han registrado 2.695 casos de violencia intrafamiliar en lo que va de este 2023, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).
Otra de las cosas que resaltó el subsecretario Rodríguez es que se ha venido recortando la brecha entre los homicidios con arma de fuego y los registrados con arma blanca.
Para este año van 96 asesinatos con arma de fuego, mientras que 92 se han registrado con el uso de cuchillos, puñales y otros elementos cortopunzantes, cuando nada más en el 2022 la diferencia de crímenes con este tipo de armas era de más del doble: 134 con arma de fuego contra 68 de arma blanca, usada principalmente en los altercados.
De acuerdo con los expertos en salud mental, las principales causas que conllevan a que se presenten estas situaciones se deben a las presiones por la crisis económica, la sensación de inseguridad, además de una que otra rencilla entre los implicados y que se crece con el paso de los días.
Fines de semana violentos
Aunque el pasado fin de semana registró la mayor cantidad de asesinatos este año en Medellín, en el último mes se ha venido presentando un incremento sostenido en los asesinatos en el periodo donde la gente más socializa y, a su vez, consume más licor y, en algunos casos, sustancias estupefacientes.
Antes, lo ocurrido el último fin de semana de enero era una excepción a la regla, cuando se presentaron cinco asesinatos en los dos días, cifra que no se igualó sino hasta el penúltimo fin de semana de julio. A partir de ese momento se volvió una rutina de cada sábado y domingo contabilizar muertos, en su mayoría, por los altercados sociales.
De hecho, el 29 y 30 de julio se presentaron otros cinco asesinatos; el 5 y 6 de agosto, en plena Feria de las Flores, hubo tres para dar paso a los ocho de este fin de semana.
Para las autoridades de Medellín, la intolerancia se volvió en el verdadero dolor de cabeza para la seguridad, por lo que se vuelve importante trabajar entre las comunidades para evitar que unos tragos hagan que las cifras de asesinatos se sigan incrementando.