GUSTAVO OSPINA ZAPATA
En las últimas dos semanas murieron una mujer en Peque y un campesino en Ituango por estar cerca de comandos policiales.
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— Informativo Digital #HeraldoDelNorte #Antioquia (@soydeituango) July 10, 2022
Las muertes de dos civiles en medio de los ataques que el Clan del Golfo adelanta contra la Policía en Antioquia siembra alarmas entre las autoridades.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
El último caso se presentó el sábado en la noche en el municipio de Ituango (región Norte), cuando hombres armados dispararon contra uniformados que estaban en la estación de policía. Los hechos sucedieron en el corregimiento Santa Rita, a seis horas de camino del pueblo.
Aunque en los hechos los uniformados repelieron el ataque y salieron ilesos, el fuego cruzado causó la muerte de un joven residente en el lugar que en ese momento cargaba un camión con mercancía. El propio alcalde, Edwin Mira, lamentó los hechos, mientras se suman voces que siguen pidiendo protección para esta zona del departamento.
“Ituango no merece noches de terror y mañanas de incertidumbre, pedimos a las autoridades acompañamiento”, expresó la cuenta de Twitter @JRoldanJ.
Pero este caso se suma al de la semana anterior, cuando en un ataque a la estación de Policía de Peque también resultó muerta una civil ajena al conflicto.
Los hechos ocurrieron el domingo 3 de julio en horas de la noche, en plena celebración del Día del Campesino, cuando un comando del Clan del Golfo atacó la estación policial, hecho que dejó a un informado con heridas en un brazo y una joven mujer de 32 años muerta por el atentado.
La víctima fue identificada como Paula Andrea Londoño, cuyo deceso causó gran tristeza y consternación entre la comunidad. En horas de la mañana, el mismo grupo armado había dado muerte al comandante encargado de la estación de Policía de Uramita, localidad vecina, Wilmer Genes.
Entre tanto, en Cañasgordas ya se habla de un posible desplazamiento masivo de cerca de 130 familias del corregimiento Juntas de Uramita a causa de los enfrentamientos entre el Clan del Golfo y la Fuerza Pública.
“Requerimos del gobierno nacional un apoyo permanente. Lo venimos diciendo desde el paro armado, que se requería una visibilidad de la situación del Occidente antioqueño. Necesitamos de la presencia del Estado”, advirtió el alcalde de Cañasgordas, Aicardo Urrego.
Lo preocupante es que los ataques siguen arreciando contra la institución policial pero sin el mínimo respeto por las normas del Derecho Internacional Humanitario, que exigen respeto por los civiles y sus vidas.
¿Seguirán los ataques de esta organización delincuencial contra la Policía y el Ejército en algo que ya muchos llaman como un plan pistola contra la fuerza pública?
Un tema al que las autoridades deben estar atentas y tomar medidas de protección, en especial para evitar que ciudadanos inermes y ajenos a la confrontación sean las víctimas de los ataques.