Distintos sectores se pronunciaron en contra de la medida. El alcalde dice que la meta es que 200.000 personas coman marrano y tengan una mejor Navidad por cuenta de la iniciativa.
EL COLOMBIANO |
Tal como lo anunció este jueves EL COLOMBIANO, la Alcaldía de Medellín entregará marranos a todos los barrios de la ciudad para esta Navidad. El alcalde Daniel Quintero hizo pública la noticia este mismo día en la noche y le llovieron críticas desde todos los sectores.
“Queremos que 200 mil niños y adultos tengan una linda Navidad, sin hambre y en comunidad. Medellín dará un marrano a cada barrio de la ciudad a través de sus juntas de acción comunal. ¿Quieres acompañarnos en esta iniciativa? Escribe a: dona@medellin.gov.co”, fue el mensaje que escribió en su cuenta de Twitter.
Horas antes, fuentes cercanas a la administración le contaron a este medio que en días pasados el secretario de Gobierno, Juan Pablo Ramírez, presidió una reunión en una finca de Copacabana en la que estuvieron la exsecretaria de Salud, Andree Uribe, quien sería candidata a la Alcaldía el próximo año, y otros funcionarios y alfiles del gobierno local. Allí se anunció que se entregarían marranos a las juntas de acción comunal de la ciudad.
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No obstante, cuando Quintero hizo oficial la noticia, fue muy criticado por diputados, concejales y ciudadanos. Uno de ellos es el concejal animalista Juan Ramón Lara, del Partido Conservador, quien le dijo que el mensaje es contrario a la agenda de defensa de los animales
“El símbolo de un “marrano” en navidad es sinónimo de maltrato animal y hemos tenido que dar largas luchas para desincentivar estas prácticas. Hay miles de formas distintas de quitar el hambre. Le exijo, como concejal de Medellín y vocero de la comunidad animalista, que reverse esta decisión… porque más que una “linda navidad” estaría retrocediendo décadas de lucha animalista en nuestra ciudad”, manifestó en sus redes sociales.
En este mismo sentido se pronunciaron otras personas, quienes le dijeron que cambiara los marranos por natilla y buñuelos. Fue entonces cuando el secretario Ramírez salió en defensa de la iniciativa y aclaró que los cerdos se entregarían muertos y procesados, “abiertos en canal y con cadena de frío”.
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El mandatario también hizo lo propio y respondió a los “donantes” que está buscando que no se aceptan animales vivos. Para Jiménez no fue una solución a su crítica: “Secretario, de la forma que sea, es regalar la muerte de un animal como símbolo de una feliz navidad. Lo que es peor en una ciudad que ha luchado décadas por borrar de las festividades de fin de año las horribles marranadas”, dijo.
Otras personas como el concejal Daniel Duque, de Alianza Verde, señalaron que una “linda Navidad” para los niños de la ciudad debería tener acciones como mantener la calidad de la atención de Buen Comienzo, programa para la primera infancia que ha estado envuelto en múltiples críticas: “No creo que la desnutrición crónica infantil que aumentó en Medellín se cure con una marranada”.
Asimismo, Duque expresó que la iniciativa no es coherente con la campaña que promueve la Alcaldía para disminuir el consumo de carne para proteger el planeta y disminuir el gasto de agua que estos procesos requieren.
Y el diputado Luis Peláez manifestó que para llegar a la cantidad de personas que el alcalde quiere que coma marrano deben ser más animales por barrio. “Son aproximadamente 500 juntas de acción comunal. Si suponemos que por cada marrano se saquen 200 platos (siendo casi imposible), solo serían 100.000 platos. En resumen, Quintero para que alcance a la meta deben ser dos marranos grandes por cada junta”, escribió en respuesta al alcalde.
Entre las críticas también apareció la respuesta de la esposa de Quintero, Diana Osorio, quien le dijo que prefería la frijolada a la marranada, a lo que el alcalde agregó que en las donaciones se aceptaban, además, fríjoles y productos vegetarianos.
De cualquier cosa, esta idea ha sido muy cuestionada por quienes consideran que hay cosas más importantes qué resolver en la ciudad. Y se suma a las recientes críticas que también le han hecho al exconcejal Albert Corredor, amigo y aliado político de Quintero, por las fiestas navideñas que está haciendo en los barrios, a punta de natilladas, sancochadas y regalos a los niños.
Lo cuestionan porque en 2023 buscaría ser candidato a la Alcaldía, lo que algunos califican como oportunismo y un adelanto de campaña, y también porque contratistas de la Secretaría de Educación denuncian que los han presionado para que ayuden en la logística y con dinero para dichas fiestas.