La entidad firmó un cuantiosos contrato con Terminales Medellín para encontrar un lugar a donde trasladarse. Concejales piden revisarlo.
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El aeropuerto Olaya Herrera está en el centro de una controversia por cuenta de un multimillonario estudio con el que se busca encontrar un sitio que le permita trasladar sus operaciones por fuera de Medellín.
Pese a que esa entidad defiende la necesidad del mismo y argumenta que su realización es un paso necesario para fortalecer la planeación del sistema aeronáutico regional, en el Concejo de Medellín varios cabildantes encendieron las alarmas al considerar que el contrato tendría presuntas irregularidades.
El concejal Alfredo Ramos, del Centro Democrático, llamó la atención por el alto monto del estudio, que costará 6.496 millones de pesos, y cuestionó la forma en cómo fue estructurado, a través de un convenio interadministrativo con Terminales Medellín, cuya experiencia nada tiene que ver con el transporte aéreo.
Además, a la controversia se suman las múltiples dudas y cuestionamientos que han salido a flote luego de que la Alcaldía anticipara que volvería a radicar ante el Concejo un proyecto de acuerdo para transformar la naturaleza jurídica del aeropuerto, una iniciativa que ya se hundió el año pasado y que ocasionó fracturas en la bancada de gobierno.
El contrato de la polémica
Aunque desde 2020 la Alcaldía de Medellín viene insistiendo en reabrir el debate sobre el cierre del Olaya Herrera, la semana pasada el establecimiento público que lo administra dio un nuevo paso en ese sentido y firmó un contrato con el objeto de encontrar un lugar para trasladarse en el futuro.
Pese a que en abril de 2021, (cuando se hundió en segundo debate el proyecto para transformar la entidad), el Concejo había demandado a la administración distrital tener un mayor sustento técnico para discutir el traslado, hoy la controversia se centra en cómo se estructuró el contrato con el que se busca subsanar esa falta de información.
El punto más polémico radica en que el aeropuerto, en vez de convocar a una licitación pública, decidió hacerlo a través de Terminales Medellín, la entidad que opera las terminales de buses Norte y Sur.
Aunque la misma está constituida como una sociedad de economía mixta, integrada al conglomerado público de Medellín y con el objeto de “proporcionar soluciones de movilidad”, varios concejales consideran que no tiene el conocimiento para asumir un estudio de tal envergadura.
“Tener en el objeto social algo no significa que uno tenga idoneidad y experiencia (…). Esto es un absoluto abuso del derecho. Esta es una entidad que no tiene la experiencia en temas de transporte aéreo”, expresó el concejal Ramos. “Yo le sigo pidiendo a las entidades de control de Medellín le pongan atención a este contrato, que lo que están haciendo es mandarle plata del Olaya Herrera a Terminales para que allá se brinquen las normas de contratación”, dijo.
Al igual que Ramos, al interior del Concejo otros cabildantes ven con suspicacia que la contratación del estudio haya coincido con la antesala de un nuevo debate por la transformación del objeto social del Olaya, que hoy funciona como una unidad administrativa pero que la Alcaldía quiere convertir en una Empresa Industrial y Comercial del Estado (EICE).
La entidad responde
Al ser consultado sobre el contrato, Jesús Alberto Sánchez, gerente del Aeropuerto Olaya Herrera, planteó que el mismo fue firmado para tener una base de información que permita conocer qué alternativas que tiene esa terminal aérea de cara al futuro.
A raíz del crecimiento del sector aeronáutico, que se ha disparado desde que se levantaron las restricciones por la pandemia, el funcionario sostuvo que cada vez se hace más urgente tener claridad sobre cómo se planificará el sistema aeronáutico regional.
Sobre las dudas que se ciernen sobre la contratación, Sánchez se defendió argumentando que el aeropuerto escogió esa figura de contratación porque, de hacerlo directamente, los tiempos no le darían para tener los estudios listos antes del cambio de gobierno.
“Nosotros sí estaríamos facultados” dijo Sánchez, al ser interrogado sobre si el aeropuerto podría adelantar el contrato por cuenta propia. “Pero por los temas del tiempo, si sacamos una licitación pública nos demoraríamos seis meses en hacer esa contratación y solamente tendríamos seis meses para la ejecución del contrato, porque por la naturaleza jurídica que tenemos no podemos romper la vigencia”, expresó.
Según sostuvo, luego de adelantar conversaciones con entidades como el Metro y el Metroplús, al final se optó como escoger a Terminales Medellín, dado que su objeto social lo permitía. Sobre la idoneidad de la entidad, sin bien el gerente reconoció que la misma no tiene experticia en el transporte aéreo, alegó que el contrato tiene requisitos técnicos que garantizarían tener a un contratista idóneo.
Finalmente, mientras Sánchez se mantuvo en que la contratación avanza de forma transparente, desde el bloque opositor en el Concejo pidieron a los organismos de control hacer vigilancia al convenio y determinar si hay irregularidades
6.496 millones de pesos es el monto del contrato firmado por ambas entidades.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
PARÉNTESIS
UN DEBATE QUE YA CAUSÓ CHOQUES
En abril del año pasado, el traslado del aeropuerto Olaya Herrera fue objeto de una acalorada discusión en el Concejo. En aquel momento, la Alcaldía radicó un proyecto que buscaba transformar en una EICE a esa entidad y argumentó que dicho paso era crucial para pensar en un traslado hacia el futuro. Sin embargo, la iniciativa se hundió con 12 votos en contra y solo 8 a favor, luego de que varios concejales argumentaran que el proyecto le otorgaba funciones demasiado amplias a la entidad, pero no argumentaba con detalle las razones técnicas para hacerlo. Se espera que próximamente la discusión se reviva.