GUATEMALA:
Por Raúl Barreno Castillo
Socorristas se han negado a atender emergencias, por el peligro que representa el activo coloso en Quetzaltenango.
La mesa interinstitucional que mantiene vigilancia sobre el volcán Santiaguito, ubicado en Quetzaltenango, tuvo en sus manos un caso que causó alguna discusión el pasado fin de semana.
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Se trató de un llamado de auxilio de un grupo de excursionistas que optaron por descender al domo del coloso, pese a que existe una restricción desde hace años por los peligros que representa una erupción del volcán más activo de Guatemala.
Uno de los integrantes del grupo, de 45 años, sufrió una fractura de tobillo durante el descenso. La persona es originaria de Totonicapán y no se reveló su identidad. Por tal razón pidieron auxilio a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) y a los Bomberos Voluntarios, así como a asociaciones privadas de rescate en montañas.
Esta emergencia provocó que las instituciones analizaran si era viable enviar equipo para apoyarlos, en especial porque estaban en un área restringida por la autoridad local y también se podría poner en riesgo a los socorristas.
La mayoría de integrantes supuso sentar un precedente para evitar que más personas vayan al Santiaguito y algún día ocurra una tragedia mayor por una explosión del volcán.
Al final, la decisión fue dejar que ellos buscaran ayuda por su lado, porque se podrían enfrentar a sanciones, aún no muy precisas, por haber estado en un lugar que, desde hace más de 10 años, está prohibido visitar por representar peligro extremo.
Al final, el grupo logró apoyarse en pobladores de lugares cercanos para salir. El herido fue montado a caballo y así llegaron hasta un lugar seguro. Socorristas particulares lo trasladaron a su departamento de origen.
Ese día no hubo víctimas mortales por violar espacios restringidos en uno de los volcanes más activos de Guatemala. No obstante, abrió la discusión sobre hacer más duras las sanciones legales para quienes insistan en hacerlo.
De acuerdo con las fuentes consultadas, solo en ese fin de semana que ocurrió el incidente había más de 50 personas en el área, la mayoría atraída por invitaciones en redes sociales de organizaciones que promueven esta visita como “el ascenso prohibido al Santiaguito”.
Suerte
“Suerte han tenido”, relata con seguridad Eddy Maldonado, de la Unidad de Prevención de Volcanes de la secretaría ejecutiva de la Conred, al referirse al progresivo número de personas que descienden al domo principal del Santiaguito, que este 25 de octubre cumple 100 años de haber nacido, después de una violenta explosión del volcán Santa María.
“La gente no ha dimensionado, y por moda, por retos, o porque han visto a famosos tomarse selfies en otros colosos, que el Santiaguito es un volcán joven, pero también uno de los más peligrosos de Guatemala después del Tacaná, el de Fuego y el Pacaya”, explicó Maldonado.
El vulcanólogo de la Conred considera que las personas que transgreden la restricción para llegar lo más cerca posible al Santiaguito no solo se ponen en riesgo a sí mismos, sino también a los integrantes de cuerpos de socorro que tendrían que trasladarse allí para rescatarlos en caso de emergencia.
“El Santiaguito no es un solo volcán, sino un complejo de cuatro domos, los cuales tienen una actividad altamente explosiva. Es extremadamente peligroso”, insistió.
Maldonado agrega que este coloso “no llegará a tener el tamaño del Santa María, pero, eso sí, la constante actividad que mantiene hace que destruya su propia estructura volcánica y ponga en riesgo a las comunidades que están a su alrededor”.
De acuerdo con la explicación, algunas personas esperan que el Santiaguito “crezca”, pero Maldonado revela que “nunca vamos a ver un volcán Santiaguito de 3 mil o 4 mil metros sobre el nivel del mar.
El Santiaguito, que en promedio presenta de 15 a 20 explosiones diarias, provoca la caída de ceniza, que es lo menos peligroso para el ser humano, y aunque afecta en alguna medida a la agricultura, en otros casos la ayuda.
Sin embargo, la concentración de gases y los flujos piroclásticos, parecidos a los que provocaron la tragedia en las comunidades de las faldas del Volcán de Fuego, son el riesgo latente para las personas que se acercan demasiado al complejo volcánico del Santiaguito, refiere Maldonado.
“Esto no es un juego”, asegura. “La prohibición de llegar al Santiaguito tiene años. No es por molestar a nadie, ni por nada. Esta basada en aspectos científicos. Es por eso por lo que se observa el área sin vegetación, sin árboles, porque la alta concentración de gases y calor, que puede llegar a los 1,000°C, y en una explosión puede acabar con todo a su paso”, advierte.
“Estas personas que han hecho caso omiso a la restricción, realmente han tenido suerte, no les ha tocado, no les ha llegado la muerte porque, como recordarán, el 19 de julio de 1994 cuatro andinistas quetzaltecos perdieron la vida cuando ocurrió una violenta erupción.
Aquel año, el grupo estaba a 300 metros del cráter del volcán. La abrupta actividad provocó una serie de explosiones de gran magnitud, acompañadas de flujos piroclásticos, que hizo emanar gases tóxicos que envolvieron a los andinistas y les ocasionaron la muerte.
Volcán Santiaguito 🌋
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“En este caso fueron puros gases, conocidos como una nube ardiente que prácticamente los calcinó”, dijo Maldonado.
Las víctimas en esa ocasión fueron Edgar Valenzuela, Zudy Escobar, Rafael López Recinos y Mario Sosa, quienes filmaban y analizaban el comportamiento del Santiaguito.
Llamado a auxiliar
Estuardo Carranza, jefe de Brigada de Rescate de Occidente de los Bomberos Voluntarios, aseguró que ellos “siempre van a apoyar a las personas que lo necesiten”, porque “para eso nos hemos preparado”.
Pero indica que en el caso del fin de semana recién pasado “respetamos una línea de mando en la mesa interinstitucional en donde la Conred coordina”.
“Recibimos el llamado de auxilio de los excursionistas, lo atendimos, pero al evaluar en la mesa se determinó que no se podía poner en riesgo a más personas. De igual forma, los montañistas volvieron a llamar para asegurar que habían logrado salir utilizando el caballo de un poblador que vive cerca del área, para salir del lugar y ponerse en resguardo”, expresó Carranza.
El jefe de la Brigada de Rescate está consciente de que el montañismo es un deporte muy interesante y vale la pena practicarlo, pero que se deben respetar las áreas en las cuales hay restricciones.
“Hay más volcanes, hay más lugares para hacer travesías, donde los montañistas pueden escalar y aventurarse, pero deben tener claro que el Santiaguito no es seguro para eso”, remarca Carranza.
Añade que el riesgo en esa área es latente y se deben tomar las precauciones para evitar tragedias mayores.
Riesgos
En los últimos años la Municipalidad de Quetzaltenango detectó que en redes sociales han surgido grupos, identificados como operadores de turismo, que promueven la expedición hacia el volcán Santiaguito, pese a la prohibición para escalarlo.
Rony Álvarez, encargado de la oficina de Gestión de Riesgos de la comuna quetzalteca, confirma que hay “turoperadores de la capital y otros departamentos” que promueven la visita al referido cono volcánico.
“Existe un acuerdo municipal que establece que hay prohibición de ir al Santiaguito. Hemos buscado a las personas que hacen los anuncios en las redes sociales, pero no las hemos podido ubicar. Es por eso por lo que volvimos a emitir un comunicado para dejar claro que no se puede ascender a ese coloso”, puntualiza Álvarez.
#SabiasQue…
El volcán Santiaguito
está compuesto por cuatro domos de lava con orientación este-oeste, los cuales
comenzaron a surgir en el año 1922, siendo este el volcán más joven en
Guatemala. pic.twitter.com/ZyInt79sqs
La idea, según el funcionario municipal, es evitar que algún día ocurra una tragedia. De la misma opinión es Eddy Maldonado de la Conred, quien asegura que las corporaciones ediles de Zunil, San Martín Sacatepéquez, El Palmar y Xela, todos del departamento de Quetzaltenango, donde limita el volcán Santiaguito, deberían emitir acuerdos no solo para prohibir la escalada, sino también para imponer sanciones económicas a quienes violen la restricción.
De acuerdo con el delegado regional de la Conred, Sandino Monzón, la distancia permitida para acercarse al volcán es hasta 5 km a la redonda. Menos de eso se considera una violación a la restricción que se ha impuesto, y que se volvió a analizar en el 2016 durante una violenta explosión que lanzó ceniza hasta varios departamentos del suroccidente.
Sin embargo, algunas personas se han arriesgado a estar a escasos 100 o 300 metros del domo principal y tomarse fotografías que luego publican en las redes sociales como su logro personal del mes o el año.
Trabajando en la prevención
Monzón y Maldonado coinciden en que se deben imponer más sanciones y ejercer un control más exhaustivo. Por ejemplo, en 2018 se interceptó a un grupo de 12 montañistas cuando ascendían al Santiaguito. La Conred y la Policía Nacional Civil los regresaron, pero no hubo ninguna sanción.
Especialistas consultados dicen que el área más frecuente para llegar al Santiaguito es por el lado de Xela, en dirección del volcán Santa María.
🚨Tomar en cuenta las siguientes recomendaciones, por la Caída de ceniza volcánica 🌋 expulsada por el volcan Santiaguito.
Oficina de SEGURIDAD Y PREVENCIÓN @BVoluntariosGT #QuintaCompañia
⚠️Promoviedo cultura de prevención⚠️ pic.twitter.com/nwCL3unmFk
Por El Palmar, consideran, hay muchas fincas privadas que hacen difícil la escalada, y en el lado de San Martín Sacatepéquez la zona es escabrosa. Es por eso que la vigilancia debe fortalecerse en Quetzaltenango.
Fue por allí, según los análisis, por donde subieron los excursionistas que reportaron el incidente el pasado fin de semana.
