Los delincuentes, que se hicieron pasar por miembros del Tren de Aragua, obtuvieron los números de directivos y maestros de colegios privados en Chía.
En Chía se suscitó un grave caso de extorsión. Delincuentes obtuvieron los números telefónicos de directivos y docentes de colegios privados en el municipio. Estos individuos les decían a los maestros que debían asistir a una reunión y si no lo hacían atentarían en su contra.
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Los criminales llamaron a los colegios más importantes del municipio para citarlos y, según las bandas criminales, garantizar su seguridad.
“Dicen que lo conocen a uno. Buscan intimidar a la gente a ver si a través del nerviosismo les giran plata y después desaparecen esos números celulares”, indicó el alcalde de Chía, Leonardo Donoso.
El teniente Javier Eduardo Figueroa explicó cómo funciona esta modalidad. “En estas llamadas lo que hacen es empezar a intimidar a la gente, haciéndose pasar por grupos al margen de la ley, que de pronto no operan en ninguna de estas zonas y pues la causal es llevarlos a que la gente entre en desesperación”, indicó.
Los criminales consiguieron los números telefónicos de docentes y directivos de los principales planteles educativos para así extorsionar.
El pánico se apoderó de los maestros, como se vio reflejado en varios mensajes que los mismos afectados comenzaron a publicar en grupos de WhatsApp.
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“Hoy la tecnología facilita la ubicación de datos, lo que genera una vulnerabilidad muy grande”, acotó el alcalde de Chía.
Los hombres del Gaula de Cundinamarca hablaron con los maestros y uno a uno contaron cómo los sujetos que se hicieron pasar por miembros del Tren de Aragua los amenazaron de muerte si no asistían a una supuesta reunión que estaría programada para las próximas horas.
“A la comunidad invitarla a que cuando reciban esta clase de llamadas mantengan la calma y de manera inmediata se comuniquen con la línea 165 del Gaula de la Policía Nacional”, agregó el uniformado.
La investigación sigue en curso. Los afectados esperan que esta situación haya sido denunciada a tiempo y que estas bandas no lleguen a atemorizar a los estudiantes ni a cobrar dinero para que los profesores puedan educar tranquilamente.