Cuatro integrantes de una familia resultaron quemados el 24 de diciembre por una chimenea portátil a base de bioetanol. ¿Qué tan frecuentes son estos casos?.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
Las quemaduras con pólvora amargaron las celebraciones de Navidad y Año Nuevo de 86 familias en Antioquia. Pero un caso particular, que tuvo lugar el 24 de diciembre pasado, escapó a ese listado y puso a prueba la solidaridad de decenas de medellinenses. Una familia de cuatro integrantes, que compartió su drama por redes sociales, resultó quemada por una chimenea portátil de bioetanol.
La chimenea explotó mientras la familia compartía en la tradicional noche decembrina. El fuego les causó quemaduras de segundo y tercer grado, comprometiendo buena parte de sus cuerpos. “El 24 de diciembre, mi familia sufrió un accidente con una chimenea. Mis hermanos tienen quemaduras de gravedad: mi hermana tiene el 50% del cuerpo quemado y mi hermano el 73%; la mayoría son de tercer grado”, relató a través de redes una familiar de los afectados.
La situación revistió tal gravedad, que dos de los cuatro integrantes de la familia tuvieron que someterse a escarectomías para tratar las quemaduras. Pero el procedimiento, según trascendió, implicaba pérdida de sangre en altas cantidades. “Necesitan varias cirugías en las que se pierde mucha sangre. Por eso estamos necesitando sangre O negativo en el Hospital San Vicente. Sin estas reservas no se puede realizar la cirugía que es urgente”, indicó la familia.
El episodio, en plena época de vacaciones, fue difundido a través de cadenas de WhatsApp, Facebook y hasta Twitter. Resultó en una campaña para la recolección de este tipo de sangre que puso a prueba la solidaridad de los habitantes de la región. Pero también dejó sobre la mesa varios interrogantes: ¿qué tan riesgosas son este tipo de chimeneas?, ¿son frecuentes las quemaduras por este tipo de elementos?
Lo que ocurrió
Una imagen con información básica de contacto, bajo el mensaje de urgencia, acompañó los relatos compartidos por la familia en redes sociales. “Necesitamos con urgencia donantes de sangre O negativo, a nombre de Diana y Felipe (identidades cambiadas)*, en el hospital San Vicente de Paúl, frente a la sala de quemados”. La solicitud fue todo un éxito. No importaron el cierre de año ni los bríos vacacionales de la primera semana de enero.
En tiempo real, también en redes y WhatsApp, la familia compartió el avance de su gestión en medio de semejante drama: “La asistencia a la sala de donación del hospital fue masiva. Prácticamente, colapsó. Enviaron incluso un audio pidiendo que hoy no fueran más personas. Hubo mucha respuesta positiva”, expresaron.
La alta afluencia quedó retratada en fotografías. Las reservas de este tipo de sangre en el hospital, que eran escasas previo a las intervenciones de los dos menores, permitieron adelantar las intervenciones requeridas con suficiencia. Diana superó con éxito la primera cirugía con éxito, sin infección de por medio. Felipe “perdió mucha sangre, pero había reservas suficientes”. Pese a este parte positivo, según le dijo a EL COLOMBIANO una familiar de los afectados, aún restan algunas intervenciones quirúrgicas.
¿Chimeneas peligrosas?
El episodio reseñado no es aislado. En la unidad de quemados del Hospital San Vicente atendieron 18 quemados por chimeneas de bioetanol durante 2022. Los casos, debido al tipo de atención que presta este centro de salud, habrían revestido gravedad. Pero, ¿estos elementos son en realidad peligrosos?
Consultamos a Bioetanol Chimeneas, una firma de origen danés que comercializa este tipo de productos. Nos respondieron: “La chimenea en sí no es peligrosa. Se usa un líquido inflamable y hay fuego, así que hay que tener cuidado”. El bioetanol, aunque es un combustible alternativo, de origen natural en la mayoría de casos, también es inflamable.
Esta es la base para el encendido de las chimeneas automáticas que ahora ocupan un renglón relevante en el diseño de interiores de algunas viviendas. Su administración, según las empresas que las comercializan, no es compleja, pero requiere de cuidados para evitar este tipo de situaciones.
Como la renovación del bioetanol es manual, este podría derramarse durante el proceso de llenado de la chimenea, causando posteriormente llamas de alta escala. La sobrecarga del tanque también podría ser peligrosa (ver Para saber más). En el caso de Diana, Felipe y su familia se desconoce la filigrana de lo ocurrido. La familia afectada decidió no ampliar los detalles del accidente.
Pero en algunos chats que compartieron expresaron: “Las enfermeras me comentan que este año fueron muchos los casos de personas quemadas con estas chimeneas. Su manejo es altamente peligroso y nunca había escuchado ninguna advertencia. Si las usan, las conocen o quieren comprarlas, hay que estar alerta. Ninguna persona debería vivir una tragedia como la que estamos viviendo en este momento”.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
PARA SABER MÁS
EVITE RIESGOS AL USAR ESTAS CHIMENEAS
Una de las recomendaciones tiene que ver con el llenado de la chimenea: evitar que sea manual, mediante el botón que trae el aparato para este proceso, o apelar a un embudo es una opción más segura. Los restos de bioetanol por fuera de la chimenea tienden a potenciar los riesgos. La sobrecarga del tanque, que puede resultar en el contacto del combustible con el quemador de la chimenea, también podría ser peligrosa. Quienes usan este tipo de elementos deben seguir al pie de la letra las instrucciones del producto para evitar que esto suceda. Otros productos, además, no resisten altas temperaturas de calor.
El material base de la chimenea es clave.