Gracias a la liberación masiva de mosquitos con la bacteria Wolbachia, los casos se disminuyeron dramáticamente mientras que en el resto del mundo aumentan.
Este año y bajo condiciones normales, en Medellín se debieron presentar por lo menos 20.000 casos de dengue, pero solo van cerca de 2.000, es decir diez veces menos de lo esperado, con un consecuente efecto positivo sobre la salud de la gente.
Este logro epidemiológico sin precedentes que fue presentado este martes por el World Mosquito Program (WMP) y el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) de la Universidad de Antioquia se empezó a gestar hace una década.
Resulta que en 2013 la capital antioqueña y el Valle de Aburrá eran considerados como una de las zonas urbanas con más personas enfermas de dengue en Colombia. Mientras que en años “normales”, sin pandemia, el promedio de infectados era de 4000, ese año se registraron más de 17.000. Fuera de eso, al año siguiente se dispararon en Latinoamérica y el Caribe el Zika y el chikungunya, que igual que el dengue se transmiten por el zancudo Aedes aegypti.
Así fue como surgió una alianza entre el WMP y Pecet con el fin de iniciar en ese mismo 2014 una prueba piloto que consistió en la liberación masiva de ese tipo de mosquito con la bacteria Wolbachia en las áreas de mayor incidencia, o sea que fue como camuflar un caballo de Troya. Específicamente la operación se realizó en el barrio París, de Bello y a partir del año 2017 se extendió a la totalidad del mismo municipio, así como a Medellín e Itagüí, territorios donde está la mayor cantidad de población del área metropolitana.
La metodología consistió en liberar mosquitos en áreas delimitadas en 50 por 50 metros durante 20 semanas y se aplicó gracias al respaldo de las comunidades, especialmente de las comunas con mayor incidencia del dengue, en las que la aceptación fue del 95% de acuerdo con encuestas que realizó para el Pecet la firma Yanhaas.
La Wolbachia es una bacteria que no afecta a las personas, pero sí impide la transmisión del virus. Después de que un mosquito infectado la tiene, aunque pique a alguien no le traspasa la enfermedad.
Los resultados fueron evidentes en 2020, cuando hubo menos de mil contagiados, bajando a 500 en 2021 y a 200 en 2022 -la cifra se mantuvo-, lo que contrasta con los altos guarismos iniciales.
“Este año 2024, que ha sido de epidemia en América Latina, la más grande en la historia de la humanidad, porque hemos tenido en toda esta región más de 10 millones y medio de casos, en Medellín estamos llegando a cerca de 2.000, pero deberíamos estar por lo menos en 20.000 enfermos con dengue”, explicó el médico Iván Darío Vélez, quien fundó y dirigió hasta este año el Pecet.
Vélez indicó que la meta a mediano plazo es liberar mosquitos con Wolbachia en el resto de los municipios del Aburrá, lo mismo que en Urabá y Bajo Cauca. La intención de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia es que este se convierta en el primer departamento del país con el dengue controlado.
En el momento, el mismo método se aplica igualmente en Cali, donde según datos oficiales del año 2023, la liberación de mosquitos portadores de Wolbachia ocasionó una disminución de entre 41% y 54% de los casos de dengue.
Scott O’Neill, creador y director ejecutivo del WMP destacó que esta experiencia se puede replicar en zonas con poblaciones amplias en otras latitudes.
“Medellín solía ser una de las peores zonas del país para el dengue, pero ya no es así y eso se alinea con lo que vemos en otros países. Esta evidencia del impacto del método será cada vez más clara en los próximos años”, apuntó O’Neill.