Así lo reveló una investigación de la Universidad del Magdalena e Invemar, la cual detalla que la contaminación ha afectado la actividad económica y representa un riesgo inminente para el bienestar de las comunidades.
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Más de mil pescadores de la Ciénaga Grande de Santa Marta han tenido que modificar su rutina debido a la contaminación de microplásticos existente en este complejo lagunar, problemática ambiental que motivó la investigación de Laura Fragozo Velásquez, estudiante de grado del Programa de Biología de la Universidad del Magdalena.
La joven participó en una investigación desarrollada entre la Unimagdalena y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), la cual mostró el riesgo que vive el complejo cenagoso y las comunidades aledañas.
Este estudio se llevó a cabo con las comunidades palafíticas de Buenavista y Nueva Venecia, y en poblaciones terrestres como Tasajera e Isla del Rosario, donde se percibió la existencia de microplásticos en peces de importancia comercial y de consumo diario como el Macabí, Mojarra Lora y Lisa.
Además, trabajó de la mano con pescadores y habitantes, a quienes entrevistó y dictó talleres participativos para ir más allá de la simple caracterización a la determinación de los impactos en el bienestar humano.
“Hay parches donde tiran la atarraya y sacan plástico. La faena que era de dos días ahora es de cuatro, ya que tienen que ir mucho más adentro de la ciénaga”, explicó Laura.
La investigación también arrojó que más del 90 % desconocía el significado y las implicaciones de los microplásticos en los recursos pesqueros. Al conocerlos, en algunas comunidades, más del 55 % afirmó que seguiría consumiendo peces así estuvieran contaminados.
Tras esta investigación se espera que las comunidades le apuesten a la sostenibilidad y a fomentar acciones que impacten positivamente en los ecosistemas y frenen la contaminación.
