DANIELA OSORIO ZULUAGA
Con un 85.57 % de ocupación UCI en el departamento, el gobernador, Aníbal Gaviria, anunció que la alerta roja hospitalaria se extenderá hasta el próximo 31 de enero, fecha en que se evaluará nuevamente si se baja a alerta naranja o se sostiene la medida.
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Cabe recordar que la alerta fue decretada el pasado 20 de diciembre, cuando la Gobernación anunció que el sistema estaría en rojo desde el 22 de ese mes hasta el pasado 4 de enero. Sin embargo, para esa fecha la ocupación de las Unidades de Cuidado Intensivo oscilaba entre el 82 y el 83%, por lo que se había extendido hasta el 13 de este mes.
En ese orden de ideas, esta es la alerta roja hospitalaria más extendida que ha sostenido el departamento desde el inicio de la pandemia. Las otras dos decretadas anteriormente no llegaron a ser ampliadas en dos ocasiones, como esta.
Pero, ¿Qué significa estar en rojo?
Contrario a lo que se creería, la alerta roja hospitalaria no implica en sí misma restricciones como cuarentenas o cierres, aunque sí puede ser un aliciente para que los mandatarios se motiven a decretar nuevas medidas, pues significa que el sistema se enfrenta a un posible colapso.
En términos prácticos la alerta roja va en dos sentidos: el primero tiene que ver con que se restringen todos los procedimientos que no son urgentes como servicios de salud bucal, cirugías estéticas y ambulatorias, entre otras; y el segundo está relacionado con la forma en que se administran las clínicas y hospitales.
Normalmente estos son dirigidos internamente y de acuerdo a las directivas de las IPS, no obstante, con esta medida lo que se hace es que la Gobernación toma el manejo de toda su capacidad hospitalaria a través de su Centro Regulador de Urgencias, Emergencias y Desastres (Crue), lo que permite tener un control sobre las camas UCI y quién accede a ellas.
Así pues, lo que busca la alerta roja es disminuir la presión sobre el sistema hospitalario, sin embargo, especialistas han advertido sobre el riesgo al que se enfrentan otros pacientes cuyos procedimientos no son considerados “urgentes”, pues deben esperar mucho tiempo más para que se les realicen los procedimientos necesarios.
