En el proceso de una vida saludable, algunas personas llevan a cabo acciones inadecuadas. EL HERALDO habló con expertos sobre el tema.
Las acciones que son implementadas en el camino de instaurar hábitos de comida saludable que logren disipar diversas patologías asociadas con un aumento de peso considerable no siempre se derivan del uso correcto en la ingesta de los alimentos.
Nuevas tendencias en el mercado que son difundidas en las plataformas digitales y carecen de una asesoría respaldada por especialistas han provocado la implementación errónea de actividades por parte de aquellas personas interesadas en mejorar su estilo de vida alimenticio.
La dieta de la piña, del agua o del té depurativo son algunas de las orientaciones expuestas en redes sociales durante la búsqueda de estos procesos.
Además de seguir dichas pautas, los individuos optan por llevar a cabo lo que para ellos es la mejor salida.
Para la nutricionista Clara Valderrama, los intentos en este objetivo pueden fracasar a largo plazo.
“Cuando hay afán empiezan a utilizar tendencias que aparecen en el mercado y en algún momento la persona baja de peso, pero más por deshidratación o por otro tipo de procesos que se dan en el cuerpo. Sin embargo, no es algo que se vaya a volver sostenible en el tiempo”, explicó Valderrama en diálogo con EL HERALDO.
Por su parte, el médico, psiquiatra y máster en Mindfulness Juan Carlos Alba hizo énfasis en la aceleración de las rutinas diarias que influyen en estas acciones.
“La alimentación actualmente ha entrado en el mismo ritmo frenético en el que vivimos y terminamos alimentándonos y desayunando a las carreras, a veces ni cenando o cenando cosas inadecuadas como intentar en la cena recuperar lo que no almorzamos”, indicó.
Consumir una cantidad muy mínima de alimentos nunca ha sido una de las opciones recomendadas por especialistas para llevar una vida saludable. Por ello, el organismo responde de forma negativa a las restricciones alimenticias.
“Dejar de comer para perder peso puede inicialmente para el paciente ser efectivo, él cree que lo está logrando, pero lo que pasa es que el organismo entiende eso como una carestía y los pocos alimentos que ingiere él los va a almacenar, pero no los va a metabolizar”, agregó Alba.
Comer de pie o con distracciones se presentan como otros de los ‘enemigos’ que impiden el final feliz de un buen día alimentario.
“Hemos perdido el hábito de sentarnos a la mesa a comer y eso lo hemos reemplazado por comida a las carreras o comer con estrés, que ese es otro gran problema”, sostuvo el especialista.
Además, señaló que el término dieta debe ser modificado en este proceso, ya que siempre se ha establecido en un período determinado.
“La dieta tiene un inicio y final, por eso la persona cree que cuando acaba su dieta puede seguir con sus hábitos de alimentación inadecuada. Entonces la invitación es a que consideremos no hacer dietas para bajar de peso, sino tener una alimentación saludable y consciente”, dijo.
Los factores psicológicos en el transcurso de este ‘viaje’ saludable son fundamentales. Las emociones impactan de manera positiva o negativa el proceso.
Por ello, Alba recomienda a sus pacientes la técnica Mindfulness, un término que hace referencia a un estado de atención plena, es decir, la capacidad de estar en el momento presente desligando el pasado que produce estados de tristeza y el futuro que conlleva a la ansiedad y preocupación.
Antes de ingerir los alimentos hay que hacer respiración profunda y ser conscientes del presente. Comer de manera pausada, masticar, percibir el sabor de los alimentos y acompañarlos de un vaso de agua para mejorar la digestión y la sensación de plenitud”, explicó.
De acuerdo con la nutricionista Carla Valderrama, el momento debe constituirse en disfrutar lo que se come. “Es importante que la persona tome conciencia de lo que come”.
A sus 23 años, Patricia Almanza acumuló dos años intentando bajar 18 kilos, proceso en el que no tuvo asesoría y padeció afecciones internas en el organismo. “Comía muy poco y a deshoras. Creía que así lo iba a lograr y me daban muchas ganas de vomitar, al punto de que se me terminó bajando la presión. Invito a todos siempre a consultar un médico en estos casos”.
Ideales que combaten los antojos excesivos
Los antojos se constituyen como otra de las barreras que destruyen los esfuerzos de los pacientes. Para el médico y psiquiatra Juan Carlos Alba, estos pueden representarse solo en un deseo. “El problema es cuando ese deseo se vuelve un picoteo ingiriendo alimentos todo el tiempo”, explicó.
El especialista recomendó algunas acciones que pueden disipar estos apetitos.“No se resista al antojo, que lo reconozca, que sepa por qué es. A veces es porque está muy estresado, triste, preocupado y detrás de eso se esconde una emoción. El consejo es que se pueda mejorar de otra forma como levantarse, escuchar música, o hacer una pausa activa”.
Los dulces, grasas y embutidos hacen parte de los alimentos que más consume el paciente cuando necesita saciar sus antojos. De acuerdo con la nutricionista Clara Valderrama, la psicología influye para que estos procesos se manifiesten.
“Los antojos tienen un componente psicológico bastante alto y como la comida nos da placer, cuando queremos tener ese placer y desviar la atención de algo que estamos haciendo los compensamos con alimentos y generalmente son dulces o grasas”, sostuvo Valderrama. “El secreto es que el almuerzo contenga una buena porción de proteína que da mayor sensación de saciedad y que no estemos pensando en qué vamos a comer. Hay que tratar de ocupar la mente en otras cosas”.
Ignorar los antojos solo los hace más fuertes, por ello la nutricionista instó en ser consciente de lo que cada uno consume y que este no se convierta en comer compulsivamente.
“Es un proceso de disfrutar lo que comemos. Yo puedo comer un patacón, pero no seis, solo disfruto ese y eso me evita estar comiendo en exceso”.
El estudio previo en un centro médico es fundamental, factor en el que los especialistas hicieron énfasis para no ser víctimas de la desinformación.