El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha reconocido el enorme desafío que enfrenta la Administración distrital en los primeros meses de su mandato: contraatacar la ola de inseguridad y la falta de autoridad que dejó la exalcaldesa Claudia López en la capital colombiana.
Durante el gobierno anterior, diversos indicadores de delitos de alto impacto se dispararon en Bogotá, destacando el hurto a personas, la extorsión y los homicidios. La falta de acciones contundentes contra la criminalidad permitió que los delincuentes ganaran terreno en la ciudad.
Esta cruda realidad se evidenció recientemente cuando un comerciante del barrio 7 de Agosto, identificado como Jeison Ferney Vargas, fue asesinado a tiros por delincuentes. Según las autoridades, la víctima se habría negado a pagar una extorsión, y se presume que el grupo delincuencial ‘Los Satanás’ estaría detrás de este acto criminal.
Un video captado por cámaras de seguridad muestra al comerciante conversando con otras personas, cuando dos hombres en una motocicleta se acercan y uno de ellos desenfunda un arma, disparando mortalmente contra Vargas.
Tras este trágico incidente, la Policía Metropolitana de Bogotá anunció un plan de choque para combatir la extorsión en la capital. El mayor Mauricio Figueroa, subcomandante del Gaula de la Policía, señaló: “No hay fronteras para la Policía Nacional y eso queda claro con la captura de alias Satanás, y pueden ser retaliaciones por este resultado”.
Cabe recordar que a finales del 223, las autoridades capturaron a Hernán David Landaeta Garlotti, alias Satanás, máximo líder de este grupo criminal. A pesar de declararse inicialmente inocente, manifestó su deseo de llegar a un preacuerdo con las autoridades, admitiendo su participación en delitos como concierto para delinquir, homicidio, extorsión, porte ilegal de armas y tráfico de estupefacientes.
Alias Satanás, de nacionalidad venezolana, tenía una circular azul de Interpol por los numerosos delitos cometidos en el territorio nacional. Su historial delictivo comenzó en Venezuela, siendo parte del temido Tren de Aragua y escapando en 2016 tras activar dos granadas. En Colombia, enfocó sus acciones criminales en varias localidades de Bogotá, participando en secuestros, extorsiones, hurtos y homicidios.
A lo largo del año, la Policía Metropolitana de Bogotá ha logrado capturar a varios miembros del Tren de Aragua y de alias Satanás, marcando un avance en la lucha contra la delincuencia en la ciudad. La situación actual representa un reto significativo para la nueva administración, que busca restablecer la seguridad y la autoridad en la capital colombiana.