Hoy se cumplen 37 años del deslizamiento en Villatina, donde más de 500 personas perdieron la vida. Un episodio que marcó un antes y un después en la gestión del riesgo en Medellín.
Hoy, 27 de septiembre, Medellín recuerda uno de los capítulos más dolorosos de su historia: la tragedia de Villatina, ocurrida hace 37 años.
El deslizamiento de más de 20.000 metros cúbicos de tierra, provenientes del cerro Pan de Azúcar, sepultó a cientos de personas en cuestión de minutos, transformando la vida de todo el barrio y dejando una huella imborrable en la memoria de la ciudad.
Eran las dos y media de la tarde cuando un estruendo sacudió la tranquilidad de las calles empinadas de Villatina. Joaquín Calle, quien para entonces tenía 14 años, recuerda cómo el ruido lo sorprendió mientras jugaba fútbol en la cancha de Los Pomales. “¡Pum! Fue un sonido tremendo. En segundos ya todo estaba sepultado, más de 270 casas quedaron bajo la tierra”, relata con la misma precisión que la tragedia le dejó grabada en el alma.
Villatina, un barrio ubicado en la zona centroriental de Medellín, vivió un desastre imparable que acabó con familias enteras y dejó una comunidad fragmentada. Hoy, a pesar de los años, aquellos que sobreviven siguen viviendo con el recuerdo intacto.
Flor Marina Torres, una de las habitantes actuales del sector, comparte su angustia. “Amigo, yo le digo honestamente, uno porque no tiene más a dónde meterse ni con qué pagar un arriendo. Solo el Dios del cielo sabe cuando uno se acuesta y se sienten esos ventarrones, cuando caen esos viajes de agua ¡Señor por Dios, uno dice: Dios mío, protégenos!, porque a dónde más nos vamos a meter”.
La tragedia de Villatina no solo dejó dolor y pérdidas. También fue un punto de quiebre para la gestión del riesgo en Colombia. Carlos Andrés Quintero, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD), destacó durante la conmemoración que este hecho impulsó la creación de políticas públicas más estrictas en cuanto a prevención y manejo de desastres. “Después de Villatina, Medellín aprendió. Hoy somos un referente en gestión del riesgo, pero no podemos olvidar de dónde venimos ni lo que hemos perdido en el camino”, afirmó el funcionario.
La Ley 1523, promulgada hace 12 años, surgió como una respuesta directa a eventos como el de Villatina. Esta norma creó un marco legal que permite a las ciudades estar mejor preparadas ante desastres naturales, reduciendo los riesgos y mejorando la respuesta ante emergencias.
Ante esto, se pronunció Carlos Andrés Quintero, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD) durante la conmemoración de este evento, recordando la magnitud de la emergencia: «Hoy, 37 años después, conmemoramos esas vidas perdidas, esos sobrevivientes y hoy hablamos sobre la importancia de la gestión del riesgo de desastres. Después de 37 años, hemos evolucionado y pasamos de hablar de la atención a hablar de la gestión».
El terreno donde ocurrió la tragedia es ahora un camposanto. Un lugar sagrado donde descansan cientos de cuerpos que jamás fueron recuperados. Sin embargo, hoy se observa cómo, a pesar del estatus de alto riesgo, la urbanización irregular ha invadido aproximadamente un 30% del área. Cerca de 50 viviendas han sido construidas sobre un terreno de 18.000 metros que aún presenta riesgo de deslizamientos.
La comunidad, aunque consciente del peligro, se enfrenta a una dura realidad: no tienen otro lugar a dónde ir. Para muchos, vivir en esta zona es la única opción, a pesar del temor constante de que la tragedia se repita.
Las autoridades locales continúan trabajando en la mitigación del riesgo, pero el terreno, lleno de historia y cicatrices, sigue albergando a quienes no tienen más opción que vivir entre el recuerdo y la incertidumbre.