Por: Noticiasrcn.com
El coronel Gustavo Camacho estuvo en el operativo que terminó con el regreso de la religiosa a Colombia.
El regreso a Colombia de la hermana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Malí por el grupo Al Qaeda durante 4 años y 8 meses, causó alegría en todo el país y, sobre todo, en los hombres del Gaula, que estuvieron a cargo de la operación de la liberación de la religiosa.
Johana Amaya en ‘A lo que vinimos’ de Noticias RCN, habló con el coronel Gustavo Camacho, subdirector Gaula Policía, quien tuvo contacto con el grupo terrorista y estuvo en la operación que terminó con el regreso al país de la colombiana secuestrada en territorio africano.
“Una vez en el terreno, empezamos a identificar unas líneas de acción, de trabajo, investigativas y de inteligencia, en las que empezamos a ubicar los posibles lugares de cautiverio. Trabajamos con gobiernos aliados como Italia, España y Francia, con quienes intercambiamos información de inteligencia. También con fuentes humanas, como campesinos del sector y comerciantes de camellos”, dijo.
Y agregó: “Es así como logramos recolectar información valiosa del lugar de cautiverio donde la tenían, y cuando hablé con la hermana Gloria en el aeropuerto, confirmé que siempre tuvimos esos lugares en nuestra óptica”.
Sobre los terroristas (Al Qaeda), el coronel Camacho aseguró que ‘el grupo se encontraba en el Magreb Islámico, del frente de Liberación Macina, liderado por Amadou Koufa’.
“El modus operandi de este grupo era que siempre los secuestrados, nueve además de ella, siempre los tenían en limites con Mauritania y Argelia, porque era una zona muy difícil, pues el desierto tenía condiciones muy difíciles para planear una operación militar o de rescate”, dijo.
Y añadió: “Constantemente, la estaban moviendo entre aldeas y sitios alejados del casco urbano”.
Camacho manifestó que la operación no fue fácil; de hecho, en algún momento se llegó a pensar que la hermana había muerto durante el cautiverio.
“En el tiempo que estuvimos nos llegó una información de que ella había fallecido en el cautiverio, nunca perdimos la fe y nuestras fuentes de información e inteligencia, no nos evidenciaban que algo como eso hubiera ocurrido”.
Por último, Camacho, quien estuvo en el Aeropuerto El Dorado para recibir a la hermana Narváez, expresó su emoción por el regreso de la religiosa al país y la satisfacción del deber cumplido.
“Una alegría inmensa, indescriptible, dan ganas de llorar. También la satisfacción del deber cumplido. Ahí es donde entendemos que es un honor ser policía. Ella nos dijo que rezó mucho por nosotros, porque sabía que la estábamos buscando, que estábamos arriesgando nuestras vidas”, finalizó.
