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Prueba de alcoholemia, otro gol que trató de meter Enrique Vives Caballero a la justicia luego de atropellar a seis personas en Santa Marta

Además de su intento de evadir la imputación con una hospitalización sin mayor gravedad. Ahora SEMANA conoció la prueba de alcoholemia que marcó nivel tres, el máximo que contempla la norma, y no dos como habían afirmado las autoridades.

TOMADO DE: semana.comRevista Semana (@RevistaSemana) | Twitter

La muerte de seis personas que fueron arrolladas en el sector de Gaira, Santa Marta, por el empresario Enrique Vives Caballero tiene indignados a los samarios porque estaría tratando de realizar maniobras oscuras para evadir a la justicia. A la revelación en exclusiva de SEMANA de su intento de no ser imputado usando una excusa médica manipulada, se suma que, aunque las autoridades afirmaron que se encontraba en grado dos de alcoholemia, en realidad, el grado es tres, una diferencia significativa que repercute directamente en la pena que podría recibir Vives Caballero.

A las pocas horas del lamentable incidente, le fueron realizadas de forma extraña, en un lapso de una hora, cuatro pruebas de alcoholemia a las que tuvo acceso SEMANA. El resultado es contundente y deja en evidencia que lo informado por el coronel Jesús de los Reyes Valencia, comandante de la Policía en Santa Marta, es falso, en realidad, Vives Caballero registraba el más alto grado de ebriedad.

“Se determinó técnicamente que el grado de alicoramiento era grado dos, es decir, un grado alto, lo que le representa una suspensión de cinco años de la licencia de tránsito y un comparendo de 11.800.000 pesos”, explicó a SEMANA, en su momento el coronel.

La diferencia en el grado de ebriedad de Vives Caballero no es de poca monta y va más allá del monto de la multa, en últimas de eso depende la condena. Además no es claro por qué realizan varias pruebas mientras, con el paso de los minutos, estos niveles van descendiendo.

Prueba de AlcoholemiaPrueba de Alcoholemia – Foto: Semana

Según la ley 1548 de 2012 (Ley Merlano), si el nivel de ebriedad es dos, entre 100 y 149 mg de etanol/100 ml de sangre total, le será retirada la licencia de conducción entre 3 y 5 años y la obligación se ir 40 horas a un curso de sensibilización.

Por el contrario, si es grado tres de alcoholemia, desde 150 mg de etanol/100 ml de sangre total en adelante, como se puede ver en las pruebas obtenidas por SEMANA, la sanción es entre 5 y 10 años y 80 horas de curso de sensibilización.

La Ley Merlano hace referencia al exsenador Eduardo Merlano quien tuvo muerte política porque, además de manejar borracho, amenazó a los agentes de tránsito asegurando que “usted no sabe quién soy yo”, para no permitir la prueba.

Lo más grave sería en el escenario penal, pues en la práctica lo que cometió Vives Caballero fue un homicidio por encontrarse manejando borracho, pero la diferencia en los grados de alcohol puede determinar el monto de la pena y hasta la decisión del juez sobre si es doloso o culposo.

Pese a este dudoso episodio, desde la Policía aseguran que, según Medicina Legal el nivel de alcohol es dos. Pero la ley es clara.

Un dictamen oscuro, tal como la excusa médica y una foto en la que se ve moribundo, cuando en realidad tenía mínimas dolencias, para no permitir la imputación. Ahora en la ciudad y entre los familiares de las víctimas hay preocupación porque el investigado, Enrique Vives Caballero, forma parte de una de las familias más poderosas de Santa Marta y estaría tratando de evadir a la justicia.

En la imagen que reveló SEMANA aparece Vives Caballero conectado a muchos cables, le controlan sus signos vitales y cualquiera podría decir que su estado es de gravedad. Tan planeada fue la foto, que hasta una biblia pusieron el costado izquierdo de su cama, como si se tratara de un paciente terminal o moribundo.

SEMANA también tuvo acceso exclusivo a su historia clínica y por lo que se logra leer en ella, no es más que una argucia para evitar el peso de la ley.

Traumatismo facial leve, contusión en el labio superior, estado de ansiedad no especificado, insomnio, deshidratación moderada, gastritis, dolor abdominal y dorsalgia, son los síntomas bajo los cuales Vives Caballero fue recluido en la Clínica Perfect Body. Con una nota a píe juntillas en el documento del centro médico que dice “Se considera que el paciente no se encuentra en condiciones para realizar audiencia propuesta y se debería plantear reprogramación de la misma una vez se resuelva trastorno hidroelectrolítico”. En realidad se trata de unos pequeños golpes, deshidratación y posible estrés.

El día miércoles la juez del caso le anunció que iría directamente a la Clínica Perfect Body a verificar su estado de salud, pero en la noche fue trasladado a una clínica psiquiátrica.

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