Aunque el invierno es la principal causa, hay otros factores, incluida la falta de mantenimiento.
SANTIAGO OLIVARES TOBÓN |
En los últimos 53 días, algunos principales corredores de Medellín se han hundido como si la ciudad se fuera a partir en pedazos. Ocurrió con un tramo del metro en Tricentenario y de ahí siguieron la avenida Las Palmas, la loma de El Campestre y la avenida Regional. Atribuyen la responsabilidad al invierno, aunque también a la falta de mantenimiento de vías y de las redes subterráneas.
El daño registrado el pasado sábado en la avenida Regional, a la altura del puente Horacio Toro, agravó una crisis en la infraestructura vial por cuenta de los hechos recientes, sumados a los huecos y resquebrajamientos que se han venido presentando en las calles de la ciudad.
Tanto desde la Alcaldía de Medellín como desde EPM, entidades implicadas en las afectaciones viales recientes, han asegurado que esto se debe a hechos aislados y que la infraestructura vial y subterránea de Medellín se encuentra en buenas condiciones.
Dos daños puntuales
Santiago Ochoa, vicepresidente de Aguas y Saneamiento de EPM, aseguró que los hechos registrados el miércoles en la loma El Campestre y el sábado en la avenida Regional, ambos relacionados con sus redes de acueducto y alcantarillado, son temas que no muestran un desgaste en todas las redes subterráneas.
“Eventos que nos ocurrieron en la loma del Campestre y la Regional son situaciones típicas. Resulta que ha sido muy impactante porque se han presentado sobre vías de alto flujo vehicular”, señaló el funcionario.
La ciudad cuenta con 8 millones de metros de redes de acueducto y alcantarillado que pasan por debajo de las vías, y la actual afectación no supera los 11 metros, según los registros de EPM. “En El Campestre fallaron tres metros y acá (en la Regional) van ocho. No pasa nada extraordinario, pero son situaciones que se han presentado en muy poco tiempo”, expresó Ochoa.
Caso de vieja data
Lo sucedido en la vía Las Palmas sería un tema que se agudizó con las lluvias, pero que se viene presentando desde 2004, según la Secretaría de Infraestructura.
Todo se habría originado por un movimiento en masa, el cual estaría relacionado con la quebrada Yerbabuena. Esta situación, si no se interviene con prontitud, podría poner en riesgo la vía Las Palmas en el futuro, tal como lo aseguró la secretaria de Infraestructura, Natalia Urrego, quien añadió que después de atender esta emergencia tiene previsto hacer un estudio para solucionar de lleno este inconveniente geológico.
Es que tanta agua…
Las situaciones viales, sumado a lo ocurrido en la vía del metro entre las estaciones Caribe y Tricentenario el pasado 16 de junio, tienen un factor en común: la saturación de las cuencas hídricas, que han llevado a que se presenten las socavaciones y las afectaciones posteriores.
Diego Giraldo, gerente de Operaciones y Mantenimiento del Metro de Medellín, explicó que la socavación en este tramo fue porque por debajo pasa una quebrada y esta, ante el aumento del caudal, fue generando el daño que afectó el sistema de transporte por seis días, mientras se hacían arreglos de urgencia.
El docente Luis Fernando Carvajal, ingeniero civil de la Universidad Nacional y experto en recursos hidráulicos, señaló que estos daños se deben a la canalización y entamboramiento de decenas de cuencas hídricas de la ciudad, las cuales en su mayoría no se hicieron con las especificaciones adecuadas, producto del acelerado urbanismo. “Esto ha generado escorrentía, unos eventos que con la intensificación de las lluvias hacen que los caudales aumenten en tasas que antes no se presentaban”, explicó el docente.
Adicionalmente, destacó el experto que también hay falta de mantenimiento en vías y en las cuencas hídricas, lo que se evidencia con las emergencias presentadas recientemente. “Son vías y obras hidráulicas de muchos años de operación y con un mantenimiento insuficiente, porque este casi siempre se hace de manera correctiva y no preventiva”.
Pero desde EPM afirmaron que los trabajos de mantenimiento se hacen de manera constante en cuanto a redes hidráulicas se refiere. Explicó que a las redes de acueducto se les hace monitoreo de caudal las 24 horas y muestreos nocturnos de fugas subterráneas que no se evidencian en la superficie. Las redes de alcantarillado son revisadas con circuitos de televisión para ver si hay algún inconveniente, aunque siempre está latente el riesgo de que se presenten daños como los ocurridos recientemente, concluyó Ochoa.
