No hay estudio de gases que demuestre que el parque construido en un talud del relleno sanitario El Carrasco, no representa un riesgo.
Los niños del barrio El Porvenir de Bucaramanga prácticamente juegan entre la basura a pesar de tener a menos 100 metros un parque completamente dotado, pero que desde que se construyó en 2018, permanece cerrado.
“La verdad estábamos muy ilusionados con eso para llevar los niños, pero nadie da razón el por qué no lo abren”, expresó Omar García, habitante de El Porvenir de Bucaramanga.
Se trata del parque Contemplativo El Carrasco, ubicado encima de miles de toneladas de basura del relleno sanitario, una obra de compensación ambiental por más de 4.300 millones de pesos que contrató el Área Metropolitana de Bucaramanga, pero que podría perderse por falta de estudios que habría omitido la administración de Rodolfo Hernández.
“Este parque no podemos darlo al servicio porque no tiene todos los permisos de ley requeridos (…) Podría estar en riesgo, pero esperamos que la ANLA nos de los permisos de acuerdo a los estudios generados”, confirmó Iván Vargas, secretario de Infraestructura de Bucaramanga.
El parque permanece cerrado por orden de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, pues se desconoce si es seguro hacer deporte en el lugar; faltan estudios para conocer los niveles de contaminación de los gases porque la obra podría sufrir hundimientos.
“Lo primero es realizar un análisis de gases para ver cómo es el comportamiento del ambiente del área que aquí se respira; lo segundo es determinar la estabilidad geotécnica del parque, es decir asentamientos; y, por otra parte, pues el plan operativo de la forma como se van a desarrollar las actividades en este parque”, manifestó Pedro José Salazar, gerente de la empresa de aseo de Bucaramanga.
Los estudios estarán a carga del acueducto de Bucaramanga y en el mes de julio serán presentados a la ANLA, entidad que tiene la última palabra sobre el uso del parque.
