La Iglesia Católica se sumó a las voces de rechazo por los desmedidos cobros de energía.
TOMADA DE:https://www.bluradio.com/
Una realidad agobiante es la que dicen estar viviendo los usuarios del servicio de energía en el Caribe a raíz de las tarifas que son tan altas como las temperaturas que azotan a la región.
De esta crisis hoy no se escapan ni las iglesias, donde los feligreses sienten pagar una ‘manda’ de Viernes Santo cada vez que van a misa, porque a pesar del calor toca rezar bajo la luz de las velas y con los aires acondicionados apagados.
El padre Dimas Acuña, párroco de la iglesia Torcoroma, dice que en cada eucaristía eleva una plegaria para «que Dios ilumine a las autoridades y se solucione toda esta problemática», porque a pesar de haber renunciado a varias comodidades el recibo de energía llegó por el doble del valor que solía pagar este templo.
«Nosotros dejamos de prender los aires en las celebraciones eucarísticas y empezamos a tener una disciplina para controlar el consumo, pensando que la tarifa iba a bajar y resulta que el recibo llegó por 15 millones de pesos», contó el sacerdote.
Es así como la Iglesia Católica se sumó a las voces de rechazo por los desmedidos cobros de energía. Monseñor Pablo Emiro Salas, arzobispo de Barranquilla, exigió que el valor de los recibos sea realmente proporcional al consumo de los usuarios.
«Nosotros como Iglesia también estamos sumamente afectados. Si yo construyo o hago el decreto de una parroquia en el sitio más pobre de Barranquilla, aunque ni siquiera esté construida, me cobran la luz como si eso fuera una empresa o una industria. Así están las cosas en el país», dijo.
Mientras tanto, en las oficinas de as empresas de energía las filas de los usuarios indignados son más larga que una procesión. Con factura en mano, la gente reclama que los altos cobros los están dejando sin plata para la comida.
«Todos los meses hay un incremento en el recibo de la luz, ya ni los abanicos se pueden usar y hay que apagar las neveras en las noches», se queja la ciudadanía.
Por la situación, hasta la Red de Auditores Ciudadanos de Colombia, de la que hacen parte unos 4.000 profesionales de distintas áreas, emprendieron una cruzada la semana pasada para recoger 1.000 recibos de energía en la Costa y, a partir de ahí, hacer un análisis y proponer soluciones al Gobierno. A la fecha han recogido 300 facturas y su principal propuesta es que el Gobierno subsidie este servicio a los estratos más bajos.
