POR ANDREA OROZCO
Empresas sin experiencia tienen a su cargo el manejo y otras cambiaron objeto para prestar el servicio.
Los jardines de Medellín —en parques públicos, en avenidas y en andenes— ya no son los mismos, es evidente que de ellos ahora solo queda maleza y matorrales.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
La razón es evidente: el cambio de operador en el mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad no ha sido para mejorar el servicio, incluso, los empleados denuncian que no tienen los implementos necesarios y que sus condiciones son precarias. La pregunta que muchos se hacen es a quién están beneficiando estos cambios. Hace unos meses varios concejales denunciaron cómo el contrato le fue arrebatado al Jardín Botánico y lo entregaron a Metroparques —entidad que nunca sembró una flor, porque no es su vocación—, que a su vez subcontrató el servicio.
Hay que recordar que el pasado 2 de febrero el Jardín Botánico alertó que podía estar al borde de la quiebra. Claudia García, su directora, explicó que desde 2008 la entidad venía haciéndose cargo del cuidado y mantenimiento de los jardines de Medellín pero que los últimos dos años tuvieron una disminución de los contratos de la Alcaldía.
En octubre de 2020 el alcalde Daniel Quintero aseguró que la disminución del monto total de los contratos se debía a la pandemia, y que la prioridad era salvar a las entidades públicas del conglomerado del Municipio. De esta manera se dividió el contrato de zonas verdes entre el Jardín Botánico y Metroparques. En 2019 la Alcaldía invirtió en dicho mantenimiento más de $27.000 millones —contrato solo con el Jardín Botánico—; en 2020 ya el contrato se dividió con Metroparques, y a cada entidad se le dio $8.000 millones; para este año cada una recibió $6.000 millones.
La disminución fue de un 79% de los ingresos para el Jardín Botánico. La decisión pública también afectó a más de 300 jardineros que perdieron sus empleos.
Para que Metroparques pudiera contratar el mantenimiento de los jardines se amplió su objeto social en junio de 2020. Pero como no tenía experiencia en este campo, subcontrató por $3.900 millones a la Reforestadora El Líbano. Lo hizo en una convocatoria directa en la que participaron otras dos compañías de la misma familia: los Vélez Henao. Se trata de Construgeo SAS y MasCampo, en cuyos registros mercantiles aparecen los nombres de la esposa, la cuñada y los hijos del dirigente liberal de Andes, Asdrúbal Vélez.
Según Metroparques, que respondió a las preguntas de EL COLOMBIANO vía derecho de petición, la contratación fue acorde a su manual, en un proceso de selección denominado por invitación privada, y que en dicho proceso no se adelantó ningún registro que diera cuenta de los eventuales vínculos o lazos de familiaridad entre los miembros de la empresa. El problema es que hay más contratos relacionados. Construgeo SAS —cuya representante legal es Carolina Vélez, hija de Asdrúbal Vélez— celebró en 2020 un contrato con el Inder para el mantenimiento de la grama del estadio Atanasio Girardot, todo a través de Metroparques, por valor de $2.000 millones.
Desde 2016 la Reforestadora El Líbano ha contratado con el Área Metropolitana y con La Reforestadora Integral de Antioquia (RIA). Uno de los enlaces es David Romero, exdirector técnico de RIA (2008-2013), exdirector general de la Reforestadora el Líbano (2014 – 2019) y candidato a la Alcaldía de Andes para el periodo 2020-2023, campaña en la que contó con el apoyo de Stiven Vélez, hijo de Asdrúbal Vélez, gerente de Construgeo SAS y concejal de ese municipio del suroeste de Antioquia.
De nueve contratos interadministrativos que firmó RIA en la administración de Romero por valor de $39.000 millones, siete fueron subcontratados con la Reforestadora El Líbano por invitación directa. Stiven Vélez hace parte del equipo político del diputado liberal Luis Carlos Ochoa, un aliado de Daniel Quintero en la campaña a la alcaldía.
La Empresa Reforestadora El Líbano también ejecutó contratos con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá en el período en el que Carlos Mario Mejía, actual secretario de Movilidad de Medellín, fue Secretario General de la entidad; entonces los contratos sumaron $26.000 millones.
EL COLOMBIANO contactó telefónicamente a Asdrúbal Vélez, quien dijo que no se atrevía a dar declaraciones porque había recibido amenazas, aunque no dio más detalles. Sin embargo, respondió que iba a consultarlo con su familia.
Cambio de contratista
En agosto de este año finalizó el contrato con Reforestadora El Líbano y le fue otorgado a Arrayán Soluciones, por un monto de $6.000 millones, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Metroparques.
Algunos jardineros entrevistados por EL COLOMBIANO, que no pudieron volver a ser contratados en el Jardín Botánico y que fueron llamados para trabajar por la misma persona en El Líbano y casualmente en Arrayán, aseguran que se trataría de la misma empresa y que tan solo habría cambiado el nombre.
En Arrayán les entregaron las mismas herramientas desgastadas de El Líbano y el mismo uniforme usado amarillo fluorescente y pantalón verde, al que solo le cambiaron el bolsillo, pues donde antes decía “Paisajismo y silvicultura” ahora reza “Secretaría de Medio Ambiente”. Otra jardinera que trabajó para las tres empresas mencionadas reitera que Asdrúbal Vélez coordina el personal a través de un intermediario, actual trabajador de Arrayán y cuyo apellido no recuerda: “Ellos me dicen que Asdrúbal está manejando eso de bajo perfil. Tiene segundas y terceras personas a cargo de eso”.
Y sobre esta afirmación fue que llegó la única respuesta que le dio Asdrúbal al cuestionario de más de 20 preguntas que envió este diario sobre los contratos de zonas verdes y vínculos con la Alcaldía: “Ni sé qué es la empresa Arrayanes, ni tenemos vínculos de nada con ellos, porque nosotros terminamos en Medellín el contrato que teníamos con Metroparques y yo me he dedicado a trabajar aquí en mi finca, en Andes”.
Arrayán SAS, que antes se llamaba Preambiental SAS y que cambió su objeto social en abril de 2020, se dedicaba a la limpieza de instalaciones industriales y ahora ofrece soluciones ambientales para el sector público y privado. Su oficina principal está ubicada en una casa del barrio Bucarest, en Envigado.
Después de varios intentos por hablar con Nicolás Uribe, gerente de Arrayán SAS, este solo accedió a responder vía correo la mitad de las preguntas realizadas. Con respecto al cambio de objeto social dijo: “Desde su creación a la fecha, la principal actividad desarrollada ha sido en el área ambiental y servicios ambientales en general, de manera ininterrumpida. El cambio de nombre se produjo para evitar confusiones con otras empresas”. Sobre los empleados que trabajaron en Jardín Botánico y Reforestadora El Líbano afirmó que en la actualidad la empresa cuenta con 314 empleados —todos con contrato formal de trabajo— para dar cumplimiento a las obligaciones contractuales.
Le preguntamos sobre la autonomía de siembra y ejecución del contrato en zonas verdes después de ver una publicación en sus redes sociales del 7 de septiembre, donde afirman haber sembrado un total de 1.957 árboles en el área metropolitana a solo un mes de ejecución del contrato. A esto se limitó a responder: “La información técnica de ejecución del contrato hace parte de los informes de supervisión que reposan en la entidad contratante”.
Desde agosto de 2021, Arrayán también está ejecutando otro contrato interadministrativo suscrito entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y MasBosques por $3.800 millones, y la pregunta que deja es si 315 empleados para dos contratos millonarios son suficientes.
Muchos de los jardineros que no pudieron ser contratados nuevamente en el Jardín Botánico fueron empleados en Reforestadora El Líbano y en Arrayán SAS, a pesar de “la reducción de salario, la poca seguridad laboral y el mal estado de las herramientas”.
Esta es la denuncia que nos expone otro jardinero: “Todo es de segunda. Nos devolvieron todas las herramientas que antes teníamos en El Líbano. A las mujeres les toca cambiarse en el mismo lugar donde están los hombres. Tenés que irte al campo con la misma ropa que te cambiaste para trabajar. Ponen a guadañar a gente que no tiene certificado y te mandan a trabajar como vos podás (…) no saben nada de jardinería”.
Aunque los jardineros aseguran que la Reforestadora El Líbano y Arrayán tienen mucho en común, Nicolás Uribe negó conocer a Asdrúbal Vélez y no respondió quién se encargaba de contactar a los jardineros para trabajar en Arrayán.
También en Emvarias
El 30 de junio de 2021, Emvarias firmó un nuevo contrato para el corte de césped en vías y áreas públicas con dos empresas bajo invitación privada: Precoodes (Cooperativa de Desarrollo y Empleo Social) y Reforestadora Monteverde.
El total del contrato es por más de $16.000 millones y para el mismo se divide a la ciudad en zona norte y sur para justificar la adjudicación a estas dos empresas.
El valor unitario tiene un aumento en el contrato de 2019: de 39,7 pesos a 48,5 pesos por metro cuadrado; lo que eleva significativamente el precio total del contrato. Varias fuentes afirman que ambas empresas tienen procesos sancionatorios por incumplimiento en pasados contratos y que Asdrúbal Vélez sería el intermediario entre Emvarias y estas empresas.
Precoodes fue una de las empresas que financió la campaña de Daniel Quintero. En el portal de Cuentas Claras del CNE aparece el Nit 800122815-1 de esta cooperativa asociado a un aportante llamado Cooperativa de Desarrollo y Empleo Social (es decir, en el reporte omite la sigla Precoodes) con un aporte de 2,5 millones de pesos. Desde 2020 esta empresa ha tenido 17 contratos por más de $18.000 millones con Metroparques, Telemedellín, Metrosalud, el Metro, Metroplús y EPM.
Desde el 19 de octubre contactamos a las Secretarías de Infraestructura y Medio Ambiente para conocer su declaración sobre la adjudicación de estos contratos. El proceso lo han dilatado hasta la fecha, pese a la insistencia para agendar una entrevista.
La última respuesta se limita a que desde Prensa de la Alcaldía iban a unificar respuestas y a determinar un vocero. No se han pronunciado, pero desde el envío del cuestionario, iniciaron el mantenimiento en los lugares hasta ahora abandonados como la avenida Guayabal, Parques del Río y la calle 33, entre otros. ¿Coincidencia?