Lloró, en Chocó, pareciera que le hace honor a su nombre, o por lo menos eso es lo que provocó la lluvia en esta región: lágrimas en sus habitantes, quienes vieron cómo el agua arrasó con lo poco que tenían.
“Algunas lloran porque perdieron todo; otros vemos que las pérdidas fueron materiales, como en mi caso, que perdimos cultivos y se nos inundó la casa”, dice Yilson Rentería, locutor de una emisora comunitaria, donde trabaja desde hace siete años.
El panorama es, si se quiere calificar, triste en otras regiones de los 26 departamentos donde. Según la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres (Ungrd), desde el 16 de septiembre pasado, la segunda temporada de lluvias deja al menos 59.720 familias afectadas y 21.205 viviendas con algún daño.
De primera mano
Regresando a Lloró, Yilson le contó a EL COLOMBIANO cómo la emergencia, con las crecientes de los ríos Andágueda y Atrato, provocó que al menos 705 familias resultaron afectadas, con daños prácticamente en todo el corregimiento de Boraudó, según confirmó ayer la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, quien llegó a la zona hacia la 1:00 de la tarde, acompañada por la ministra de Ciencia, la chocoana Mabel Torres.
En el departamento, de acuerdo con la Ungrd, las crecientes en 10 de sus principales ríos provocaron inundaciones en 16 municipios y deslizamientos en dos, dejando un saldo de 7.371 familias afectadas en todo el departamento.
Luego de su visita, la vicepresidenta señaló que el 14 de diciembre le presentarán al presidente, Iván Duque, un plan que garantice la reubicación de Boraudó, en Lloró, y Pogue, en Bojayá.
“Son dos corregimientos pendientes de esa reubicación, desde hace varios años, y donde sabemos que la tragedia puede ser muy grande si no tomamos las medidas ya, con carácter urgente”, dijo Ramírez. Sobre la atención a los afectados, Yilson consideró que ha sido efectiva, tanto desde lo local, como nacional y departamental. “Se ha visto una buena respuesta”.
¿Y San Andrés?
Tal cual se ve en las imágenes que se empezaron a conocer desde el martes, lo de San Andrés y Providencia fue un desastre, como lo declaró el Gobierno. Esta figura será por 12 meses, con posibilidad de extenderse 12 meses más, en aras de agilizar la recuperación de las islas y la atención de los damnificados.
Silvia Venner Smith, gestora social de asuntos étnicos en el Archipiélago y líder raizal, relata la devastación que dejó Iota. “Vimos casas destechadas, caídas, estuvimos casi un día sin servicio de energía”, relata Venner Smith, quien hace un llamado a la solidaridad de los colombianos.
El presidente Duque señaló que con la declaratoria de desastre se estableció el plan de acción específico, el cual “vincula asistencia humanitaria durante el tiempo de la emergencia, manejo de albergues, subsidios de arriendo, agua potable y saneamiento, atención en salud, reconstrucción, reactivación económica y social”, dijo el mandatario.
En el resto del país
Magdalena, Córdoba, Santander, Norte de Santander, Bolívar y Antioquia aparecen en la lista de las regiones que también sufrieron la inclemencia del clima durante el último fin de semana.
En el caso de Antioquia, el Departamento Administrativo del Sistema para la Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard) reportó que hasta ayer los damnificados por las lluvias en Dabeiba ascendieron a 665 personas, cinco personas muertas y siguen enfocados en la búsqueda de tres personas: Natacha Madrid, de 46 años y sus dos hijos, quienes siguen desaparecidos desde el 13 de noviembre pasado.
Según el Ideam, las proyecciones indican que las lluvias se mantendrán, mínimo, hasta mediados de diciembre.
