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Las fronteras invisibles volvieron a aparecer en los temores de la comuna 13

FOTO: MANUEL SALDARRIAGA
Santiago Olivares Tobón

En los límites entre dos barrios de esta comuna se habla de que hay restricción para pasar de un lado al otro para los externos. También hay quejas por los hurtos.

TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/

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Cruzar de un barrio a otro en un sector de la comuna 13 (San Javier) es algo que está prohibido para quienes son forasteros, según las denuncias de algunos líderes comunitarios. Eso ocurre en medio de rumores de tensión entre grupos criminales, algunas quejas por el incremento de otros delitos y una marcada disminución de los homicidios.

Luego de varios rumores que comenzaron a trascender en las redes sociales, EL COLOMBIANO se tomó el trabajo de contactar a líderes comunitarios, organizaciones y habitantes de esta zona del occidente de Medellín, encontrando que entre los barrios Antonio Nariño y Las Peñitas hay una frontera invisible, que está tomando fuerza desde hace dos semanas.

“No se sabe si se rompieron las paces en esa zona o qué ocurrió, pero hay restricciones para que las personas pasen de un lado para otro, principalmente para quienes son forasteros”, expresó un líder de esta comuna.

Incluso, desde ese mismo periodo se hace mención a que los establecimientos comerciales presentan inconvenientes para abastecer sus negocios, puesto que los criminales, por la imposición de estos límites, no están dejando movilizar a los vehículos repartidores.

Las estructuras delincuenciales que operan en la zona donde se está presentando esta situación son La Agonía —que agrupa las bandas Antonio Nariño y La Luz del Mundo— y Peñitas.

Hay tensión en la zona

En las indagaciones en los demás sectores de esta comuna, que cuenta con 19 barrios, no reportaron novedades sobre límites activos que estén bajo la tutela de organizaciones criminales, aunque sí hay un rumor de que existen tensiones entre varias organizaciones criminales, tanto las arraigadas en la comuna como las que vienen de afuera.

“Existe un temor de que se puedan reactivar algunos conflictos en la zona. Hay un ambiente tenso y está latente el riesgo de que se pueda presentar alguna situación”, manifestó una fuente de inteligencia que pidió la reserva de su identidad.

De hecho, las situaciones presentadas en los días recientes en la comuna 7 (Robledo) hacen temer que en barrios como Blanquizal y El Pesebre se puedan presentar disputas y, a su vez, la generación de nuevas fronteras.

Cabe destacar que en la comuna 13 aún hay algunas fronteras invisibles conocidas, aunque inactivas, como son la ubicada en la vereda El Corazón (corregimiento Altavista) y el barrio Belencito, donde hay diferencias entre los combos El Salado, La Sexta y Betania, y entre los barrios San Javier y Santa Lucía, donde operan La Agonía y El Coco.

Señalaron los líderes y los investigadores que en estas zonas, particularmente, los habitantes pueden transitar tranquilamente, por lo que es imperceptible para la comunidad. Las limitaciones de circulación, como si fuera con lista en mano, aplica para quienes estarían directamente vinculados con las organizaciones criminales de uno y otro bando.

Las autoridades, al ser consultadas sobre este tema, afirmaron que no tienen reporte de ninguna situación de este tipo, ni en la comuna 13 ni en ningún otro punto de la ciudad, aunque afirmaron que mantendrán los controles y atenderán las denuncias de los ciudadanos.

Otros problemas de la 13

Los líderes de la comuna 13 y algunas agremiaciones señalaron que en la comuna hay otros problemas de seguridad, que van más allá de los homicidios, que presentan una marcada reducción llegando a cifras que no se veían desde comienzos de la década de los 80. Para este año han asesinado a 10 personas.

Pero detrás de esto hay una crisis de seguridad enfocada en los hurtos, principalmente en los epicentros turísticos de esta zona de la ciudad, como son el Graffitour y las escaleras eléctricas.

“Las quejas y las denuncias por los hurtos, principalmente a las personas, se están volviendo el pan de cada día en esta zona y es una situación que está dejando mal parada la comuna”, explicó uno de los guías del sector.

Y las cifras así lo ratifican. Este año, al 31 de agosto, se han presentado 647 robos, mientras que el año pasado iban 587. La modalidad con mayor aumento es la de robo a personas, ya que se pasó de 302 casos el año pasado a 362 este año.

Si bien las autoridades resaltan y sacan la cara por el cambio de la violencia, con el paso de los años en la comuna 13 aún hay muchas realidades que, aunque no son tan visibles, aún siguen afectando la tranquilidad de sus habitantes.

 

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