El cierre del emblemático restaurante Bao Bei atizó el debate de los posibles estragos de la gentrificación.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
Esta semana, Ian Delfín y Nataly Montoya, los cofundadores del emblemático Bao Bei que desde 2015 se convirtió en pionero de la comida asiática en Medellín, anunciaron que cerrarán las puertas del restaurante ubicado en Provenza el próximo 25 de noviembre. La razón: no aguantaron la presión y la especulación inmobiliaria que los golpeó con un aumento en el canon de arrendamiento luego de que el propietario del local les anunciara que les aumentaría de $3.400.000 a $7.000.000.
Tristes por tener que tomar la decisión, después de lograr consolidar Bao Bei como un referente gastronómico, la pareja manifestó que considera injusto un aumento semejante. “Para nosotros en este lugar tan pequeño no vale la pena un canon de arrendamiento tan grande, es muy injusto que nos quieran subir tanto. Me siento cansada, ansiosa, triste, pero emocionada, porque esto puede ser un cambio para progresar o cerrar un ciclo”, dice Montoya
Ante la noticia, clientes y personas de a pie señalaron que es otra señal más de cómo la gentrificación convirtió a Medellín en una ciudad invivible e impagable.
Efectivamente, la llegada masiva de turistas y los llamados nómadas digitales tiene mucho que ver. Entre 2020 y 2021, los ingresos por Airbnb en la ciudad crecieron 119%, al pasar de 15,8 millones de dólares a 34,7 millones. Fue una disparada sin antecedentes. Y el año pasado se mantuvo el alto crecimiento con un alza de 78% en ventas, al llegar a los 62 millones de dólares. Este 2023 va viento en popa, con un crecimiento del 35% en el primer trimestre con respecto al mismo periodo de 2022.
Ese es otro ítem que crece como la espuma, el de los apartamentos que se empiezan a ofrecer en las aplicaciones. Mientras en 2020 había 3.196 propiedades disponibles, según Alltherooms, este mes llegamos a 5.322 unidades, un incremento del 66% en solo tres años. El Poblado concentra el 80% de la oferta, seguido de Laureles, el Estadio, Belén y el oriente de La Candelaria.
Medellín, según Nomadlist, es la tercera ciudad favorita en Latinoamérica elegida por los nómadas digitales. Hasta mitad de año eran 8.000 viviendo en Medellín, tanto de Estados Unidos como de países europeos.
Pero también hay otros factores que no responden al boom de la ciudad como atractivo turístico y habitacional de extranjeros. La entrega de proyectos de vivienda se ha ralentizado, así como se estancó la construcción de nuevos proyectos para vivienda y también para establecimientos comerciales. Así que lo que hoy está disponible ha disparado su cotización de arrendamientos y valor de compra. Según el Dane, en la ciudad se sigue construyendo lo mismo que hace 15 años, entre 600.000 y 800.000 metros cuadrados.
Y el fenómeno no parece tener todavía un punto de equilibrio ni ha encontrado medidas por parte de la Alcaldía y el sector privado. Hace varias semanas, en medio de sus balances por el cerramiento del Parque Lleras, los comerciantes le señalaron a EL COLOMBIANO que el aumento desproporcionado de los arrendamientos los tienen contra las cuerdas. Varios establecimientos tradicionales que lograron superar la difícil pandemia tuvieron que decir adiós al sector por aumentos en los arrendamientos que superan el 30%.
En Provenza, el Lleras y Patio Bonito, los comerciantes señalan que la durabilidad de los negocios también se ha acortado. Desde 2020, señalan, es difícil encontrar establecimientos que mantengan sólida su propuesta sin tener que resignar espacio, oferta, número de empleados o alcance de su negocio. De manera que muchos de los sitios emblemáticos de la ciudad podrían estar en riesgo en tanto los precios de los arrendamientos sigan disparados.