POR NELSON MATTA COLORADO |
El retorno de los viajeros a las carreteras de Antioquia, gracias a la flexibilización de la cuarentena por la enfermedad covid-19, también significó el regreso de los atracadores callejeros a sus actividades.
El caso más reciente sucedió el sábado anterior en la autopista Medellín-Bogotá, en inmediaciones del municipio de Cocorná, tal cual informó EL COLOMBIANO.
Eran las 3:30 a.m. y decenas de vehículos estaban frenados, debido a un derrumbe que provocó el cierre parcial de vía y paso a un solo carril.
De repente cinco hombres con armas blancas y pistolas traumáticas pasaron por cada ventanilla, intimidando a los conductores y pasajeros para robar celulares, joyas y dinero en efectivo, según el coronel Jorge Cabra, comandante de la Policía Antioquia.
Algunos de los afectados manifestaron que fueron cerca de 30 los buses, carros y motos asaltadas, mientras que las autoridades hablan de 12.
Aprovechando la oscuridad, los delincuentes lograron escapar. En el hecho no hubo lesionados, aunque quedó latente el temor por la inseguridad en la carretera.
Este problema se ha presentado en otros lugares del departamento. Con información de fuentes policiales y archivos de prensa, revisamos los incidentes de los últimos dos años, constatando que las subregiones más afectadas son el Oriente, Norte, Suroeste y Valle de Aburrá (ver el mapa). En total se documentaron 15 asaltos masivos.
Otro caso sucedió el pasado 12 de enero, en un sendero veredal que comunica a Guarne con el corregimiento Santa Elena de Medellín. Unos ladrones instalaron una barricada con troncos de árboles y atracaron a mano armada a 30 personas, entre ciclistas, caminantes y motociclistas.
Fuentes de Inteligencia relataron que, en la mayoría de los hechos, los perpetradores son delincuentes comunes, es decir, no pertenecen a ninguna de las estructuras de crimen organizado clasificadas por la Fuerza Pública.
“En cuanto a su modus operandi, ellos prefieren sitios semirrurales en los que haya poca vigilancia, y se ubican en las vías de tres maneras: 1). Con barricadas hechas con palos y llantas, para atracar sobre todo vehículos; 2). Cuando van por ciclistas o peatones en los senderos ecológicos, se camuflan en los árboles y les saltan al paso; 3). Y en casos de oportunidad, como el de Cocorná, aprovechan que hubo derrumbes o accidentes que generan trancones”, explicó un agente policial.
El coronel Cabra señaló que para atender esta problemática se conformó un equipo especial, liderado por la Policía de Carreteras.
La vigilancia policial cuenta además con el apoyo de la Cuarta Brigada, según el general Juvenal Díaz, comandante de esa unidad militar. “En varios corredores viales tenemos reacción motorizada y puestos fijos”, precisó.
Estos puestos de control están en los ejes viales de Donmatías, Santa Rosa de Osos y el Alto de Ventanas; en el tramo Marinilla-Rionegro y varios puntos de la autopista Medellín-Bogotá.
También se despliegan en las vías Santa Bárbara – La Pintada y Cocorná – Monteloro – San Luis. Y en las carreteras que conectan a Medellín con Barbosa, Heliconia, Yarumal, el corregimiento Santa Elena y el Occidente, este último por la antigua vía al mar.
