Hoy la Comisión de la Verdad también entregó en Antioquia el informe que recoge 4 años de testimonios. Lo que sigue es dar a conocer el contenido.
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Terminaron los 30 mil relatos, las 15 mil entrevistas en Colombia y el extranjero, las andanzas por los territorios en donde hubo masacres, asesinatos, desapariciones forzadas, en fosas comunes, en campos santos, en zonas de guerra y otros lugares que hoy quedaron en una memoria llamada “Informe final de la Comisión de la verdad.
Ahora lo que hará la Comisión en Antioquia es difundir estos testimonios que componen las versiones sobre el conflicto armado con las extintas FARC.
Para Max Yuri Gil, el coordinador regional de la Comisión de la Comisión de la Verdad en Antioquia y el Eje Cafetero, “el informe ha posibilitado que nos veamos como sociedad, parados en este presente de transición, para construir un futuro de paz y en el cual podamos vivir mejor. Lo que queda de ahora en adelante es pedagogía, sensibilización y mucho trabajo de divulgación en el conocimiento del informe y el uso que le podamos dar”.
El informe no es fin sino principio. Los relatos, las versiones, los hechos son insumos para que organizaciones sociales y la academia tomen aquellas partes que no pudieron ser abordadas a profundidad y continúen construyendo las verdades.
“Todavía tenemos un reto grande en avanzar con la comprensión del Conflicto Armado en las zonas urbanas, especialmente en Medellín y el Valle de Aburrá. Hay territorios muy invisibilizados como el Occidente, el Suroeste y el Norte de Antioquia”, dijo el coordinador.
Max Yuri Gil cuenta que en sus años de estudio y comprensión del Conflicto Armado en Colombia, nunca había tenido la oportunidad de escuchar con una aparente normalidad, tantos relatos de victimarios.
Por las audiencias de la Comisión de la Verdad pasaron políticos, miembros de la fuerza pública, los excombatientes y tantos otros que no solucionaron per se el conflicto, pero que le regalaron al país una herramienta para comprenderlo que para muchos era normal: la guerra.