En los últimos días, Antioquia ha sido escenario de dos movimientos telúricos, el primero en Maceo y el segundo en Tarazá, con una magnitud de 5.1 en la escala de Richter. Si bien estos eventos no han causado daños significativos, han generado preocupación entre los habitantes de la región.
Expertos geológicos han explicado las razones detrás de estos fenómenos. Según los especialistas, Antioquia experimenta sismos frecuentes debido a la actividad de fallas locales y la reacomodación de bloques de tierra.
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Estos movimientos son superficiales, con profundidades menores a 30 kilómetros, lo que descarta su relación con procesos de subducción o interacción de placas tectónicas más profundas.
En palabras de los geólogos, este tipo de actividad sísmica es común en el país, donde se registran aproximadamente 200.500 sismos al mes, la mayoría imperceptibles. En Antioquia, en particular, las subregiones del Bajo Cauca y el Nordeste (donde se presentaron los últimos movimientos telúricos) están ubicadas sobre fallas geológicas activas, lo que explica la recurrencia de estos eventos.
Aunque la frecuencia de los temblores puede generar inquietud, los expertos insisten en que no se trata de un aumento inusual en la actividad sísmica, sino de fenómenos naturales que forman parte de los procesos geológicos normales de la región.
Las autoridades y organismos de gestión del riesgo han reiterado a la población la importancia de mantenerse informados a través de fuentes oficiales y evitar el pánico o la difusión de información falsa.