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Entrega de computadores genera dudas en colegio de Santo Domingo Savio

La biblioteca del colegio Antonio Derka es el lugar de uso del computador para los estudiantes que no tienen internet en Santo Domingo Savio. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ

Estudiantes de Santo Domingo están inquietos por tiempos de uso y pago ante daños. También acudientes, que no saben si recibir o no los equipos.

TOMADO DE: elcolombiano.com

El auditorio del colegio Antonio Derka, en Santo Domingo Savio, se llenó de estudiantes y profesores el viernes pasado. Pero esa vez no iban a recibir los computadores portátiles priorizados por la Alcaldía para esa zona del Nororiente de Medellín: buena parte ya los cargaba en su maleta o bajo el brazo. El propósito era distinto: esperaban despejar las dudas que vinieron tras la entrega que reunió a toda una multitud en las instalaciones de La Macarena.

Después de ese hecho, que tuvo lugar hace una semana, la secretaria de Educación, Alexandra Restrepo, respondió a cada una de las preguntas de los niños y jóvenes que accedieron al beneficio en esta institución. Los interrogantes que aparecieron, ya apaciguada la emoción por recibir el equipo, fluctuaron entre la minucia del compromiso asumido, el tiempo de uso y el arreglo de los computadores en caso de daño.

Este tema, quizá, es el que más retumba en la cabeza de quienes no han recibido su computador. Padres y acudientes todavía no tienen claro quién responderá por el avalúo del portátil si llega a presentarse un hecho infortunado, y por eso no han firmado el acta de recibo. En la Antonio Derka, por ejemplo, se han entregado 645 computadores —de 1.500 habilitados para esa institución— porque se mantienen estas preocupaciones. Más de un rumor corre por los pasillos y los alrededores del colegio.

Tener computador nuevo

En la biblioteca, luego de escuchar las respuestas de la secretaria Agudelo, un grupo de cuatro estudiantes enciende sus portátiles y, a medida que los usan, los alumnos cuentan cómo les ha ido en los últimos ocho días con su computador nuevo. Mariana Silva, la más conversadora y quien está en noveno, afirma que en la casa están felices porque, aunque tenían computador de escritorio, debían compartirlo.

Juan David Sánchez, del mismo grado, no tenía equipo; tampoco conexión a internet. Ya lo ha llevado tres veces a la clase de español, que es en la que más lo ha requerido, porque el curso se centra en este momento en aprender y practicar los tecnicismos, a veces temidos, de las normas APA.

Wendy Gallego y Sebastián López, la primera de noveno y el otro de octavo, comentan que también lo han usado para jugar, escuchar música y ver videos en YouTube. Si bien no todos tienen internet en la casa, aprovechan el colegio, los centros comunitarios y la generosidad de los vecinos que sí tienen el servicio. La zona es una de las más desconectadas de la ciudad.

Todos viven a unas cuadras. Y mientras uno juega al dinosaurio que aparece cuando no hay internet, otro trata de ingresar al procesador de texto —que en algunos equipos reclama la misma conexión—, y otra dice que le ha sido imposible cambiar el fondo de pantalla. Los cuatro comparten inquietudes que, dicen, son las de todo el colegio.

 

Faltan claridades

Lo primero es la forma en que recibieron los equipos. Esta, según la secretaria Agudelo, responde a una figura de comodato. Papás, mamás o adultos que estén a cargo de los estudiantes menores de edad firman un acta que funciona como un compromiso para cuidar el computador. Y esta tiene un tiempo definido.

—Los portátiles se entregan ya y los estudiantes los devuelven cuando termine el año. La idea es que cuando regresen, el año entrante, se les devuelva el mismo computador. Para los de once, que ya terminan, estamos revisando con Sapiencia la posibilidad de mantenerles el computador, siempre y cuando continúen en la educación superior.

Pero este no es el único tema que preocupa. Sin mayor detalle, y en medio de disensos, los estudiantes rememoran un episodio que tuvo lugar cuando sus acudientes firmaron el acta de compromiso, antes de recibir el portátil: en voz alta, y de manera enfática, les dijeron que si dañaban el equipo debían pagar su avalúo. Comentan, entre titubeos, que el pago mencionado sobrepasa el millón de pesos.

Esa cifra, para los habitantes de la zona, puede ser exorbitante. “¿De dónde vamos a sacar la plata? Toca cuidar mucho el computador. Como si fuera de oro”, dice uno de los estudiantes. La funcionaria Agudelo, invitando a la tranquilidad, aclara que los equipos están blindados con un seguro y que hay una ruta para repararlos.

—Los portátiles están asegurados y acogidos por la Mesa de Ayuda de la Secretaría. Si se dañan, los rectores nos los reportan y el equipo atiende el caso.

Pese a esta claridad, la responsabilidad por el computador también inquieta a Diana Vergara, mamá de Mariana —quien recibió un equipo junto con su hermana menor—. Aunque está contenta, afirma que varios padres tienen dudas frente al contrato de comodato.

—Nos explicaron que los daños los cubría una aseguradora, pero no se especificó hasta qué punto. Creo que, si es por descuido, debemos asumir un costo. Hay muchos papás que por la desinformación no han reclamado los computadores.

A los acudientes no les entregaron copia del contrato. Recuerdan que solo les leyeron el compromiso a asumir y luego firmaron. Y aunque pueden solicitar la copia en cualquier momento, según la Secretaría, este diario solo podrá hacerlo vía derecho de petición.

La funcionaria Agudelo reitera que, como en todos los seguros y no solo en el que acoge a los Computadores Futuro, se analizarán las situaciones de daño. Ya se tuvo un caso: un computador se cayó, pero estaba totalmente cubierto. “A los padres de familia no les toca pagar nada”.

Eso esperan Mariana, Juan David, Wendy y Sebastián, y todos los estudiantes de la Antonio Derka, en Santo Domingo Savio

De los 5.500 computadores priorizados para la comuna 1 (Popular), faltan 2.000 por entregar. Los 2.500 restantes ya están listos, con acta firmada, y quienes no alcanzaron a recibirlos en La Macarena podrán hacerlo esta semana. “Los que no han firmado el acta tendrán que esperar hasta la segunda entrega, que se hará el mes de abril”, detalla la secretaria de Educación, Alexandra Agudelo. La conectividad a internet, que es uno de los retos, será mejorada en los colegios. De 30 megas se ha pasado a 110 en algunas instituciones. Mientras llegan los ajustes, bibliotecas, parques y colegios servirán de puntos de conexión para quienes no cuenten con el servicio.

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