Los habitantes piden a las autoridades que vuelvan a decretar el no parrillero en este barrio de la ciudad, debido al alto número de atracos que se han presentado.
En los últimos días la inseguridad en Manga ha aumentado. Así ha quedado evidenciado en los diferentes hurtos que se han registrado en las calles y comercios de este barrio, donde el denominador común son las motos, por ser el medio de transporte elegido por los amigos de lo ajeno que han quedado grabados en algunas cámaras de seguridad.
Es por esto que los residentes de Manga, en cabeza del presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), le han venido pidiendo al Distrito de Cartagena que se regule el tránsito de motos en el barrio, así como era anteriormente.
“Le hemos venido solicitando tiempo atrás al secretario del Interior, que no se permita el tránsito indiscriminado de motos por el barrio, ya que muchos entran y salen como perros por su casa”, dice Julio Romero, presidente de la JAC.
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Romero añade que “hemos pedido que vuelvan al decreto donde no se permitía el ingreso de moto con parrilleros en Manga. Mientras estuvo esto vigente, los índices de inseguridad bajaron, pero al permitir el año pasado el ingreso de mujeres parrilleras, comenzaron a entrar todas las motos posibles con parrilleros de cualquier género, porque no hay un control”.
Denuncian que incluso hay estaciones de mototaxistas en el barrio, lo que ha incrementado la angustia y zozobra en los residentes.
¿Y la seguridad?
En marzo de este año y después de varias peticiones de la comunidad, miembros de la Policía Metropolitana de Cartagena comenzaron a hacer presencia en las calles del barrio, llevándole un parte de tranquilidad a los residentes, quienes ya habían realizado protestas por los diferentes atracos que se estaban presentando, pero tal parece que esa percepción de seguridad solo duró una semana.
“Después de que mostramos nuestra inconformidad, nos reunimos con la Mecar y llegamos a unos compromisos, donde ellos iban a poner agentes en los puentes Las Palmas y Jiménez, para hacer controles de identificación y antecedentes, pero esto solo duró un tiempo corto”, explicó Romero.
“Insisto en que debemos tener los cinco cuadrantes de policía que estaban antes de la pandemia y que las autoridades regulen ese decreto que prohiba el parrillero, – señaló – pues no podemos seguir viviendo de esta manera”.
Romero insta a que haya una voluntad política de parte de la administración para que los índices de inseguridad en el sector bajen.
Desde la Secretaría del Interior aseguraron que están trabajando para mejorar esta situación de inseguridad en toda la ciudad.
“Aunque hay preocupación en la ciudadanía por la cantidad de atracos, hurtos y otros hechos delictivos, hay una policía que está en las calles actuando, que está trabajando y tratando de contener esta inseguridad que la pandemia ha agudizado”, dijo David Múnera, secretario del Interior y alcalde encargado.
Múnera añadió que “la labor que estamos haciendo desde la administración distrital es evaluar cómo reforzamos el pie de fuerza. Acaban de integrarse casi 200 jóvenes auxiliares de policía y vamos a seguir aumentando el número de ellos, y que esto permita que los cuadrantes tengan un mejor accionar y garantizar así una mayor seguridad”.