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¿El túnel del Toyo se convertirá en el elefante blanco más grande?

Aspecto del avance de la obras del túnel Guillermo Gaviria Echeverri. FOTO: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO

El túnel del Toyo quedará terminado en menos de cinco meses pero no se podrá utilizar porque el Invías no ha terminado la vía de acceso a la que se comprometió desde el gobierno de Juan Manuel Santos. ¿Cuál es la solución?

TOMADO DE: Elcolombiano.com

Una de las obras más impresionantes de la historia de la infraestructura de Antioquia, el túnel Guillermo Gaviria Echeverri, en el alto del Toyo, corre el riesgo de convertirse en un monumental elefante blanco. Al menos por un tiempo.

Y decimos elefante blanco no porque no se termine de construir, por el contrario, la Gobernación de Antioquia dice que va a entregar el tramo que le corresponde en el tiempo acordado (en el primer semestre de 2024), un cumplimiento de plazos que sería realmente inédito para una obra de esta magnitud.

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El problema está en que el tramo de la autopista que le corresponde a Invías, es decir al Gobierno Nacional, no solamente va colgado, aproximadamente en el 45%, si no que el Gobierno Nacional dice que no tiene plata para financiar lo que falta.

De ser así, Antioquia y Colombia se quedarían con el túnel carretero más grande de toda América —9.730 metros de longitud— pero sin poder usarlo, porque las vías de acceso no estarían listas.

La pregunta clave es ¿cuánto tendría que esperar el túnel para ser utilizado?

Una historia particular

Hay que contar la historia para entender por qué se llega a este punto crítico. El túnel del Toyo hace parte de ese complejo de vías (tres corredores) que se diseñaron en el gobierno de Álvaro Uribe con el nombre de Autopistas de la Montaña.

En el gobierno de Juan Manuel Santos se retomó el proyecto, se les cambió el nombre a Autopistas de la Prosperidad, se les dio un empuje clave y se hizo un cambio para que pudieran arrancar: se dividieron los corredores en nueve grandes pedazos para ser construidos por privados.

Sin embargo, a los concesionarios privados no les daban las cuentas para hacer el túnel del Toyo: lo que costaba no había cómo recuperarlo con peajes. Por esa razón, desde entonces, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, además del Invías, decidieron meterse la mano al bolsillo para financiarlo.

En ese entonces, 2015, el gobernador era Sergio Fajardo, y el alcalde Aníbal Gaviria. Teniendo en cuenta que se trata de una vía nacional es notorio el hecho de que gobiernos territoriales apoyen la financiación y aún más, es algo realmente inédito que una alcaldía aporte capital para una obra que no está en su jurisdicción.

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Pero Medellín entendió que se trataba no sólo de una vía estratégica para sus habitantes poder llegar de manera más rápida al mar (en solo 4 horas y media se llegará de Medellín a Urabá), sino de una vía que traería desarrollo para todos.

La Alcaldía de Medellín puso $840.000 millones, mientras que la Gobernación aportó el restante $1,3 billones (valores de diciembre de 2022).

Así pues, el pedazo que tocaba financiar con plata pública era de 39,5 kilómetros entre Santa Fe de Antioquia y Cañasgordas para poder unir dos de las autopistas: la que va de Medellín a Santa Fe con la que va de Cañasgordas a El Tigre, al borde del mar Caribe.

No es poca cosa: se trata de un tramo al pie de la cordillera occidental, en todo el cañón del río Tonusco, una topografía desafiante que obliga a construir 18 túneles y 30 puentes para lograr las autopistas.

Y esa conexión que había que construir la dividieron en dos: el tramo 1 que va de Giraldo hasta Cañasgordas, que es fundamentalmente el túnel del Toyo, le correspondió a la Gobernación, con aporte de la Alcaldía.

Entre los dos pusieron $2,14 billones y ya va en un 85%, según fuentes de la Gobernación: quedan por pavimentar 7 kilómetros del túnel y 1,5 del revestimiento de la roca, para entregar la obra en el primer semestre del 2024.

Ese es pues el tramo que ha gerenciado la Gobernación de Antioquia. Pero el atranque está en el tramo 2 que le tocó a Invías, de Santa Fe de Antioquia a Giraldo. Esta entidad, además, debe instalar los equipos electromecánicos del túnel Guillermo Gaviria (ventiladores, iluminación, circuito cerrado de televisión).

Al Gobierno Nacional le correspondía $1,7 billones, pero a los técnicos de Invías se les ha oído decir que tienen “gasolina hasta marzo o abril del año entrante” y va tan solo en el 45% de la obra. Todo indica que la plata destinada al proyecto no alcanza (hoy ese tramo tiene un faltante de $550.000 millones) y el gobierno de Gustavo Petro ha dicho que no va a poner más recursos para las vías 4G.

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Las autopistas 4G, valga recordar, fue el nombre que les puso el gobierno de Iván Duque cuando llegó y le hundió el acelerador a la ejecución de las obras. Llama la atención que los presidentes en lo corrido de este siglo (Uribe, Santos y Duque) han bautizado y rebautizado estas obras cada uno a su gusto, pero lo importante es que cada uno de ellos ha hecho un aporte fundamental para hacerlas realidad. ¿Qué hará Gustavo Petro?

Si no se completa ese tramo, hoy en manos de Invías, es decir, del Gobierno Nacional, y si no se instalan los equipos electromecánicos, de nada sirve tener el túnel del Toyo listo.

¿Cuál es la solución?

Si el Gobierno Nacional decidiera hoy desembolsar los recursos que se necesitan y arrancar de inmediato a construir lo que le falta se podrían demorar mínimo dos años por un par de obras puntuales que tienen en su tramo y que requieren ese tiempo (a Invías le corresponden 10 de los 18 túneles).

El gobernador Aníbal Gaviria, que se ha echado al hombro la tarea de buscar la luz al final del túnel, considera que si el Gobierno Nacional definitivamente no tiene cómo financiar lo que le falta podría entregarle el proyecto al departamento de Antioquia, pero con la condición de que le permita utilizar instrumentos como el de la valorización para poder recoger los recursos necesarios.

Gaviria le había hecho la solicitud al entonces presidente Iván Duque y a su director del Invías, Juan Esteban Gil, pero estos le dieron largas a la petición diciendo que ya tenían armado un proceso para todas las 4G del país. Pero resultó en nada.

Con el gobierno de Gustavo Petro no ha sido fácil el diálogo, porque han pasado cuatro directores de Invías en poco más de un año. Sin embargo, este miércoles en Cartagena tanto el ministro de Transporte, William Camargo, como la directora de Invías, Mercedes Elena Gómez Villamarín, tuvieron una reunión de trabajo de cerca de tres horas con el gobernador.

Fueron muy claros en insistir que el Gobierno no tiene plata para estas vías. Hay que tener en cuenta que si bien Gustavo Petro aseguró que Invías no va a desaparecer y que seguirá cumpliendo su labor, también es cierto que el proyecto de su gobierno es apostarles a las vías rurales construidas por juntas de acción comunal.

De suerte que difícilmente desembolsará esos recursos con los que se había comprometido la entidad desde el gobierno de Juan Manuel Santos. Iván Duque, si bien aceleró y logró entregar varias 4G construidas, tampoco quiso aflojar los recursos para ese tramo.

Una de las alternativas que queda es la de la valorización. Tanto el presidente como el gobernador coinciden en que no se le podría cobrar “al pequeño tendero o al campesino” si no a quienes están recibiendo un beneficio notable de valorización de sus tierras.

La idea con las autopistas 4G era y sigue siendo hacer más transitable a Antioquia, hacerla plana con 47 túneles y 366 puentes. El estado actual de los proyectos 4G va en el 95% de avance con una inversión hasta ahora de $19 billones, según cifras de la ANI.

El del túnel del Toyo no es el único bache de las 4G en Antioquia. Pero sí es uno de los que se debería resolver con urgencia. Entre otras cosas porque, si todo sigue como va, en 2025 estaría terminado Puerto Antioquia, en el Urabá antioqueño, y no tendría mucho sentido que las tractomulas de todo el país tengan que seguir llegando por la carretera sinuosa que bordea la cordillera teniendo un túnel listo para utilizar.

Luz María Sierra
Luz María Sierra

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