Cristian Álvarez Balbín
Hasta señoras pensionadas ejercen la mendicidad en este municipio. Cada día llegan a los negocios de este municipio entre 5 y 10 habitantes de calle a pedir plata o comida. Los fines de semana pueden ser el doble.
“El que pide acá en Sabaneta, no vuelve a trabajar nunca más. Acá les dan comida, les dan cosas y les dan plata. Por eso es que ya hasta meten a los niños en esto y se acostumbran a vivir así”. Con esta frase uno de los trabajadores de un restaurante en Sabaneta resume la situación de mendicidad y habitantes de calle que atraviesa el municipio y que se ha acrecentado recientemente, según comentan los lugareños.
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Y aunque allí son conscientes de que hay personas de que recurren a esta situación por necesidad, también reseñan los residentes que el tema ya pasa a ser traumático por las propias dinámicas que esta población trae a donde llega.
“Ellos se vuelven muy cansones, porque se ponen a ‘molestar’ a los clientes y a incomodarlos. Y eso a veces causa problemas. Porque aparte de que entran braviando a los locales, también así como hay clientes que los ‘alcahuetean’ hay otros que se les enojan y eso se puede prestar para peleas”, explicó otro dependiente de un reconocido negocio de Sabaneta.
“Acá arrima gente de todo lado, vienen migrantes, vienen indígenas, vienen de cuanta parte usted se imagine. ¿Y como no, si no falta el que se haga $700.000 en puras limosnas? Eso en diciembre salían luquiados porque hasta los turistas les daban”, añadió otro restaurantero.
Los locales de comida son los sitios ideales para los “pedigüeños” que llegan a Sabaneta incluso en grupos. Según le explicaron a EL COLOMBIANO, entre semana pueden arribar entre 5 y 10 pordioseros a cada negocio, pero los fines de semana y los martes de “María Auxiliadora” –bajita la mano– son hasta 20 los menesterosos que llegan a pedir comida o plata a los comensales.
Pero la problemática de habitantes de calle no solo aborda la incomodidad que su actividad pueda generar entre clientes y transeuntes, sino también en la percepción de inseguridad, la generación de basuras y la invasión del espacio público.
De hecho, la Alcaldía había detectado la presencia de cambuches en cuatro puntos de Sabaneta –como el Pan de Azucar, la estación La Estrella del Metro, el corredor de la Avenida Regional y el puente del CES– donde también se estaba dando proliferación de basuras.
“Yo este negocio lo tengo que atender sola. Entonces, aparte de atender a los clientes, cuando ellos llegan a pedir me es más difícil persuadirlos de que se vayan. Además, si ellos están rondando tengo que estar pendiente de que no se me vayan a robar nada”, explicó una camarera.
Efecto “bomba de agua”
Desde las secretarías de Inclusión Social y de Gobierno de Sabaneta explicaron que esta situación se da principalmente por lo “atractivo” que resulta el municipio para ejercer la mendicidad.
“Los habitantes de calle creen que aquí hay unas condiciones de vida privilegiadas. Además, Sabaneta es la puerta de entrada a la centralidad del Aburrá. Por eso llegan muchos habitantes de calle y migrantes desde el sur del país”, explicó el secretario de Inclusión Social Mariano Atehortúa.
Otra explicación sobre el actual aumento de habitantes de calle tendría que ver con el incremento de la operatividad contra esta población en Medellín –ciudad que pasó de tener 3.000 habitantes de calle a 9.000 en el último cuatrienio– y que obviamente irradia en el resto del Aburrá.
“Esto es como una bomba de agua, si usted presiona una punta, el otro extremo se hincha. Por ejemplo, nuestro censo de habitantes en condición de calle, y de personas en riesgo de condición de calle, que son oriundos de Sabaneta llega a ser de unos 75. Pero solo el pasado fin de semana encontramos más de 25 personas foráneas ejerciendo la mendicidad en el territorio”, agregó Atehortúa.
Entre los casos de foráneos encontrados el funcionario resaltó el de una adulta mayor de Medellín, quien aparte de ser pensionada también está afiliada a un programa asistencial. Aún así la señora va a pedir plata a Sabaneta. Y como ese son muchos.
Un asunto que no pasa desapercibido son las denuncias de instrumentalización de menores para ejercer la mendicidad, hecho que las autoridades están investigando toda vez que esto es un delito que puede dar cárcel a quien lo ejerza.
“Es difícil erradicar esta problemática pero con el apoyo de las entidades y de la comunidad podemos enfrentarla. Por eso cuando la gente vea menores ejerciendo la mendicidad, les pedimos que denuncien a la central de monitoreo del municipio”, añadió Atehortúa.
Por su parte el secretario de Gobierno Johan Quintero indicó que más allá de hacer operativos, la actual propuesta de la Alcaldía de Sabaneta busca la integralidad entre las instituciones de la administración para darle soluciones a esta problemática.
Por eso, este año ya se han realizado dos mesas técnicas para la recuperación del Espacio Público conformadas por las secretarías de Gobierno, Seguridad, Medio Ambiente, Inclusión Social y Salud –así como la empresa Interaseo y la Personería– y se espera realizar pronto una tercera.
“En ellas tratamos de hablar con los habitantes de calle para ver si están dispuestos a resocializarse con los programas de Inclusión. También revisamos si están afiliados al régimen de salud. Luego de mediar, hacemos limpieza del espacio, respetando sus pertenencias”, añadió Quintero quien explicó que con esta estrategia se atendieron los cuatro puntos antes mencionados.
En próximas fechas, Sabaneta organizará un Foro Metropolitano para abordar la problemática de habitantes de calle. Se espera que a él asistan todos los alcaldes o representantes de las alcaldías de esta subregión para así aunar esfuerzos en la atención de esta población toda vez que muchos de los mendigos que llegan a Sabaneta no residen allí.