POR: NELSON MATTA COLORADO |
El grupo, compuesto por venezolanos, hace cambiazos de tarjeta en un abrir y cerrar de ojos.
A don Genaro* le pareció que esos señores de acento extranjero que hacían la fila con él tenían buena apariencia, y como el cajero electrónico estaba frente a un CAI de la Policía, en el barrio El Diamante de Medellín, no sospechó cuando le pusieron conversación.
Hizo un retiro de $200.000 y al momento de salir, uno de los foráneos le dijo que tenía que apretar el botón rojo para finalizar la transacción.
El usuario de 69 años no encontró el dichoso botón, y antes de que pudiera meditar en el asunto fue abordado por el supuesto samaritano, quien se ofreció a ayudarle y en un rápido juego de manos le cambió la tarjeta bancaria.
Genaro no se percató del movimiento, como tampoco se enteró que durante la transacción, mientras un extranjero le hablaba, el otro lo espiaba cuando digitaba la clave.
El veterano se fue inocente, hasta que a los pocos minutos comenzaron a llegarle mensajes de texto de su banco, notificándole transacciones. Con su clave y tarjeta, en menos de media hora los delincuentes hicieron retiros y compras por $18’054.660.
Fue entonces cuando revisó su billetera y se percató que le habían hecho un “cambiazo” del plástico.
Genaro, asaltado el 31 de octubre de 2019, es una de las 100 personas, según la Fiscalía, que han sido víctimas de la organización delincuencial “los Venecos” entre 2018 y 2022.
Se trata de una organización compuesta por, al menos, 25 integrantes provenientes de Venezuela, expertos en robar mediante la modalidad de “cambiazo”. Las autoridades han seguido la estela de sus hurtos por cuatro años en el Valle de Aburrá y en diferentes ciudades de Colombia, según Natalia Andrea Rendón, directora Seccional de Fiscalías de Medellín.
Sus presas favoritas son mujeres y ancianos, todos usuarios de Bancolombia, por lo que esta entidad financiera también se constituyó como víctima en el proceso penal.
Así actúan
Frente a las múltiples quejas recibidas en los últimos cuatro años, el Grupo de Seguridad Bancaria de Bancolombia comenzó a revisar los videos de los cajeros en los que ocurrieron los “cambiazos”. La misión le fue asignada al contratista Andina Seguridad del Valle, cuyos celadores custodian estas máquinas.
Analizando horas y horas de grabación, empezaron a identificar los patrones. Los delincuentes actúan en grupos de cinco o siete personas, que fingen ser usuarios del cajero y no conocerse entre sí.
Sus funciones están bien definidas: uno tiene la tarea de distraer al objetivo con preguntas; otro, espiarlo cuando digita la clave; alguno se ofrece a ayudarle con la transacción y hace el juego de prestidigitación para intercambiar las tarjetas.
Los demás actores son figurantes están allí para que, sintiéndose con más gente, el afectado piense que está seguro. Una vez ejecutan el truco, uno de estos distrae al ciudadano, preguntándole direcciones, para darles tiempo de desaparecer a los demás.
Para aproximarse al usuario, los de la banda suelen decirle que olvidó finalizar la transacción hundiendo un botón, que a simple vista no se ve, por lo que acuden en su auxilio. Sin embargo, los investigadores no descartan que también usen dispositivos camuflados que adhieren al cajero para retener las tarjetas.
En su denuncia, Rosario*, de 29 años, narró que el 1 de marzo de 2019 fue a retirar dinero en los cajeros de la Terminal del Norte, en el barrio Caribe de Medellín.
“Al momento de introducir la tarjeta traté de realizar la transacción, pero no pude, el cajero me indicaba que lo hiciera de nuevo, así estuve unos cuatro minutos, y cuando iba a retirar mi tarjeta ya no salía. En ese momento un hombre me dijo que el cajero estaba malo, y no recuerdo qué le obturó al cajero y la tarjeta inmediatamente salió, él la tomó y me la entregó”, recordó.
Y prosiguió: “Me dirigí a otro cajero, ingresé la tarjeta y la rechazó, decía ‘tarjeta inválida’. La observé y me di cuenta que no era la mía”. Antes de que pudiera notificar al banco, ya le habían robado $380.000.
Algo similar le pasó a Albeiro*, de 68 años, en una máquina de la zona rosa del barrio Castilla. “Al introducirla, apareció en la pantalla un mensaje que indicaba ‘tu tarjeta no ha sido aceptada’. Se acercaron dos hombres y dijeron que presionara el botón rojo para que borrara la información. Lo hice, y me pasé al cajero del lado, donde me salió el mismo aviso, y también me dijeron que hundiera el botón rojo para borrar la información. Saqué la tarjeta y me fui a un PAC de la carrera 66 con la calle 94, donde me informan que esa no es mi tarjeta. Ahí supe que me la habían cambiado en el primer cajero”, señaló.
Cuando obtienen la clave y el plástico de su víctima, los ladrones hacen retiros bancarios y compras en almacenes cercanos, antes de que el afectado bloquee el producto. En marzo de 2020, a don Pedro*, de 76 años, le hurtaron $155 millones de esa manera.
Luego de dar esta clase de golpes, alquilan un carro y se van a delinquir a otra región del país.
La persecución
El análisis de los videos permitió individualizar a 25 extranjeros. Dicha información fue remitida a la Policía y al CTI de la Fiscalía en Medellín, y así nació el expediente 0500 16000 248202003513 en contra de “los Venecos”, cuyos detalles fueron conocidos por EL COLOMBIANO.
Con fotos extraídas de las grabaciones, los vigilantes de Andina Seguridad del Valle comenzaron a compararlas con los clientes que llegaban a los cajeros, y cuando veían a alguien parecido, llamaban a las patrullas. En las estaciones de Policía les tomaron huellas digitales y datos de identificación.
Las autoridades solicitaron a sus pares de la República Bolivariana de Venezuela las tarjetas decadactilares de los sospechosos, con la fortuna de que en este caso hubo colaboración del gobierno vecino.
Con la plena identidad morfológica establecida, un fiscal de Medellín solicitó 20 órdenes de captura y en distintas ciudades empezaron a caer como moscas. El 23 de febrero de 2021 arrestaron en Cartagena y Barranquilla a Bladimiro José Durán Sajona, Francisco Javier Arteaga Prieto, Jaime José Marín Guzmán y Javier José Alvarado.
El 27 de agosto de ese mismo año apresaron a Nilxon Rafael Guzmán en Guarne, Antioquia; y el 2 de diciembre a Denis Darío Naranjo, en Ciénaga, Magdalena. El 12 de enero de 2022 cayó Jorge Luis Delgado Castejón, en el barrio Aranjuez de Medellín.
A todos les imputaron cargos por concierto para delinquir y hurto por medios informáticos agravado. Solamente Durán y Alvarado aceptaron los cargos en las audiencias de control de garantías, los demás se declararon inocentes y fueron enviados a prisión.
Otros tres detenidos en la Costa Atlántica, Henry José Valencia, Luis Manuel Cárdenas Nava y Yonni Leonardo Anaya Brea, lograron evitar la celda. Al primero le dieron detención domiciliaria, pero al llegar a la casa asignada para cumplir la medida, se escapó.
A los otros dos les otorgaron la libertad en las audiencias preliminares; la Fiscalía apeló y logró que en segunda instancia otro juez les promulgara la detención intramural, aunque ya fue demasiado tarde y también huyeron.
La Fiscalía sospecha que la banda estaría falsificando identidades para evadir la persecución. A Jorge Delgado Castejón le encontraron una cédula original a nombre de un colombiano, obtenida en Sahagún, Córdoba; mientras que Nilxon Guzmán presentó un permiso de Migración y licencia de conducción a nombre de otro venezolano, pero con su foto.
Con más de la mitad de la banda en libertad, las autoridades están alerta, aunque quienes más deben estarlo son los usuarios de los cajeros. Estar atentos y desconfiar es la mejor defensa contra los lobos que se visten de oveja.
*Identidades cambiadas por protección de las víctimas.