Este se fundó en el año 2020, en Berlín, y fue llamado Cybrothel, que cuenta con varios ‘robots’.
El servicio cuenta con diferentes muñecas, las cuales tienen distintas personalidades. La voz es realizada por una actriz de doblaje, que se sincroniza con las figuras para hablar con los clientes.
Además, los visitantes interactúan con los ‘robots’ al ponerse un casco de realidad virtual para una experiencia en 4D y, a través de su sitio oficial, tienen la opción de enviar mensajes de texto. Las respuestas son generadas con una IA entrenada con diferentes experiencias y palabras.
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Matthias Smetana comunicó a ‘News’ que «buscaba una experiencia más innovadora para personas que se sintieran atraídos por un entorno libre de presiones».
“Tenemos muchas personas que nunca han estado en contacto con el trabajo sexual, que están realmente dispuestas a intentarlo, pero buscan un espacio seguro. En Cybrothel, se trata de juguetes sexuales y no experiencias humanas», aseguró el copropietario.
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De acuerdo con ‘The New York Post’, Alice Child, una sexóloga somática, compartió que las experiencias de Cybrothels podrían ofrecer un espacio seguro para que las personas exploren su sexualidad.
Sin embargo, la educadora advirtió que esto «no podrá reemplazar la intimidad humana» y esto no es una buena forma de evitar la ansiedad. «Un lugar sin juicio es un lugar sin vulnerabilidad, y el sexo es inherentemente vulnerable», compartió.
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La mujer aseguró que evitar el contacto humano a largo plazo podría traer efectos nocivos para la sexualidad de una persona y afectar su capacidad de vivir experiencias reales con alguien.
CAMILA SANCHEZ FAJARDO
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO