Por lo menos unas 200 hectáreas de yuca, que representan aproximadamente dos mil toneladas y que se encuentran en varios corregimientos y veredas de El Carmen de Bolívar, podrían perderse si los campesinos no encuentran mercado para su comercialización.
Pedro Tapia Porto, cultivador y comercializador de productos agrícolas, asegura que si no hay una forma de sacar ese producto se les va a perder, porque ya está en etapa de recolección.
Además, pondría en riesgo la economía de miles de familias campesinas que sobreviven de ese tipo de cultivos, los cuales tienen recolección anual.
Tapia Porto indicó que no pueden seguir sembrado el tubérculo, puesto que este tiende a dañarse, porque sufre una transformación con las lluvias.
“Si nosotros no comenzamos a recolectar la yuca en este momento y si las lluvias se agudizan, a esta comienza a brotarle el nuevo follaje y se daña por completo, porque pierde la harina y los mercados no la quieren adquirir”, añadió el comercializador.
Señaló que a eso se le suma que las plantas de procesamiento de yuca tienen abundante materia prima de sus proveedores y tampoco la quieren comprar, y los precios son muy bajos.
Pérdidas
Senén Arias Aragón, comercializador de productos agrícolas, explicó que si el producto no sale al mercado los campesinos dejarían de percibir unos $800 millones, dinero que les permite apoyarse para adelantar diferentes cultivos.
Arias añadió que esa crisis afecta los compromisos financieros que tienen adquiridos los cultivadores con los bancos, y eso se verá reflejado en la calidad de vida de ellos.
La crisis de la pandemia provocada por el COVID-19 ha sido uno de los factores que han incidido en la agudización de esta problemática.
De otra parte, también se encuentra la súper producción del tubérculo en la región de los Montes de María y el fuerte verano que ha azotado en gran escala al sector agrario. El comercializador comentó que con esa situación han dejado de generar unos 30 empleos directos por hectárea, porque las condiciones no les permiten tener trabajadores, dado que el producto no está circulando.
Esta crisis ha dejado un impacto socioeconómico en esta subregión, porque está afectando económicamente a los campesinos, está generando desempleo y puede traer como consecuencia el desabastecimiento de productos agrícolas a futuro.
Le piden apoyo a la Gobernación de Bolívar para que los apoye, como lo hizo en años anteriores con la superproducción de ñame diamante, que fue vendido en Cartagena.
La Alcaldía
Por su parte, el alcalde de El Carmen de Bolívar, Carlos Torres Cohen, sostuvo que desconoce la situación, pero que está dispuesto a reunirse con los campesinos para que le expliquen.
Precisó que, si es necesario, concertará con la Gobernación de Bolívar una estrategia que les permita buscarle mercado a ese producto que tanto se cultiva en este municipio.
“En este momento tenemos que mantener activa la comunicación con todos los sectores, especialmente con el agrario. Por eso los invito para que hablemos y entre todos encontremos una salida a esta situación”, manifestó Torres.
La crisis
La crisis provocada por la pandemia y la fuerte sequía han generado temor, por lo que muchos labriegos temen que otros tipos de cultivos corran la misma suerte que la yuca y aguacate. Este último ha sufrido considerablemente por lo de cambios climáticos.
Aseguran que tenían la esperanza de vender su producto para comenzar a preparar la tierra para las próximas cosechas, aprovechando que ya ha comenzado a llover.
“Nosotros vivimos de lo que cultivamos en el campo, y necesitamos apoyo para fortalecernos, porque en los últimos años el cambio climático nos ha golpeado mucho”, expresó Pedro Canoles, campesino.
El sonido de las carreteras y los gritos de los vendedores ambulantes también se han silenciado por las medidas adoptadas por el Gobierno nacional para prevenir la propagación del COVID-19, ya que son quienes abastecen los hogares carmeros con este típico producto.
Los enyucados, las carimañolas, los bollos de yuca y otros productos, que se hacen a base de yuca, terminarán afectados si el tubérculo no se vende.