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Buscan poner en cintura las colillas de cigarrillo en Colombia

Un proyecto de ley pretende que los productores e importadores de tabaco realicen el tratamiento posconsumo de este residuo. Una sola colilla puede contaminar 50 litros de agua dulce y 10 litros de agua salada. Peces y aves las confunden con alimento.

TOMADO DE: semana.com 

Más de 45 billones de colillas de cigarrillo son arrojadas al suelo cada año en el mundo, residuos que pueden tardar hasta 25 años en degradarse y que en su mayoría termina contaminando las aguas de los ríos y océanos y afectando a la fauna. Son consideradas una de las mayores causas de basura en todo el planeta.

Aunque en Colombia aún no hay estimaciones sobre la cantidad de colillas que terminan en el suelo, algunos estudios ya arrojaron un panorama en la capital del país. La Universidad Piloto reveló que al menos 94,9 millones de colillas de cigarrillo, con un peso aproximado de 16 toneladas, son arrojadas anualmente sobre el espacio público circundante a las principales zonas de bares y discotecas de Bogotá.

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Por su parte, la alcaldía de la capital estima que cerca de 324 toneladas de colillas se recogen anualmente de las calles bogotanas, es decir que al día los ciudadanos arrojan más de 5 millones de estos desechos al suelo. Estos residuos ingresan al sistema de alcantarillado de la ciudad en la época de lluvias, un viaje por 10.600 kilómetros de tuberías que termina en el ya lastimado río Bogotá y luego sigue por el río Magdalena hasta llegar al océano Atlántico.

Un proyecto de ley busca poner en cintura el manejo de las colillas de cigarrillo en el país. Foto: No más colillas Colombia.

Estas cifras hacen parte de un proyecto de ley impulsado por 30 representantes a la Cámara y la ONG No más colillas Colombia, presentado el pasado 20 de julio en el Congreso de la República y que busca establecer un manejo posconsumo para estos residuos de la industria del tabaco.

El presente proyecto de ley es presentado por primera vez en Colombia tras la realización de varias mesas técnicas con el Ministerio de Ambiente y conversaciones con activistas preocupados por la ausencia de mecanismos de disposición final para estos residuos. El grupo No más colillas colaboró en la construcción del articulado y la recopilación de algunos de los datos”, cita el documento liderado por el representante a la Cámara Ciro Fernández Nuñez.

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El objeto del proyecto es que los productores e importadores de tabaco, cigarrillos y cigarrillos electrónicos, realicen el tratamiento posconsumo de los chicotes y sus derivados bajo el principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que incluye el establecimiento de acciones para garantizar un manejo ambientalmente responsable de los desechos y fomentar la reutilización y reciclaje.

En la capital del país, las colillas terminan en el ya lastimado río Bogotá. Foto: Pixabay.

“La REP fue definida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como una política ambiental en la cual la responsabilidad del productor por su producto es extendida hasta el momento del posconsumo en el final del ciclo de vida. Tratándose de residuos compuestos por materiales peligrosos, resulta fundamental garantizar una ruta de posconsumo que establezca claramente la destinación final de forma segura, en caso de que no sea posible avanzar en su aprovechamiento a partir del reciclaje”, indica el proyecto de ley.

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De ser aprobada la ley, el productor e importador de cigarrillos deberá garantizar la realización de actividades pedagógicas y educativas que contemplen los temas relacionados con consumo y disposición responsable de los residuos del producto.

El productor e importador deberá crear, entregar e instalar colilleros en los sitios donde se distribuyan esta clase de productos. Las empresas productoras e importadoras tendrán que acatar las directrices del Ministerio de Ambiente, donde se establecerán las cuotas de recolección y la forma en que se hará la disposición final de estos residuos”.

El Ministerio de Ambiente tendrá la tarea de establecer las metas de recolección anual de colillas y los protocolos de disposición para este tipo de residuos. “A partir de la promulgación de la presente ley, en un término no superior a 10 meses, el ministerio presentará los protocolos de manejo, recolección y disposición final que deberán acatar los productores e importadores de tabaco, cigarrillos y cigarrillos electrónicos”.

Según la ONG No más colillas Colombia, una sola colilla de cigarrillo puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce y 10 litros de agua salada, residuos que son confundidos con alimentos por parte de las aves y peces que habitan en en los ríos y océanos. “El proyecto de ley es un paso histórico para el país para poner en cintura al residuo número uno en el mundo”.

La iniciativa ciudadana

No más colillas Colombia nace en el año 2017 inspirado por el movimiento No más colillas en el Suelo Global, creado por Miquel Garau en la ciudad de Barcelona (España) con el objetivo de visibilizar la problemática ambiental asociada con las colillas de cigarrillo.

Ese año, Cindy Perilla se postuló como embajadora de Colombia en la iniciativa global y junto con Luisa Castiblanco, iniciaron varias jornadas de recolección de colillas en zonas críticas de Bogotá y a educar a la población fumadora.

“Hacemos educación en las universidades sobre los daños que generan las colillas y le enseñamos a las personas a hacer la correcta disposición de los residuos. Realizamos jornadas de recolección en los puntos críticos e instalamos colilleros temporales y fijos. También investigamos cómo convertir estas colillas en productos y diseñamos talleres experienciales que fomentan el liderazgo”, dijo Perilla, directora de la ONG.

Más de 100 ciudadanos hacen parte de este grupo que busca disminuir la cantidad de colillas en las calles del país. Foto: No más colillas Colombia.

A la fecha, No más colillas Colombia cuenta con más de 120 voluntarios en todo el país y 30 embajadores en Bogotá, Turbo, Villavicencio, Neiva, Anapoima, Funza, Guayabal de Síquima, Tunja, Chía y la isla de San Andrés.

“Los estudiantes de nuestras instituciones de educación aliadas realizan sus trabajos de grado y proyectos de semestre con nosotros, aprendizajes que son aplicados y dan soluciones a problemáticas reales. Tenemos dos investigaciones en curso con la Universidad Piloto de Colombia y la Universidad ECCI”, afirma Perilla.

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Esta ONG ha puesto en marcha varios procesos para limpiar las colillas, como aplicar un proceso físico químico para obtener acetato de celulosa. “Con este acetato y de forma artesanal, se están realizando productos como papel, lámparas, espejos, entre otros productos”, indica la directora.

En los últimos cinco años, No más colillas Colombia ha realizado más de 50 jornadas de recolección con 6.500 personas en diversas zonas del país, alcanzando a recoger 100.000 colillas y proteger cinco millones de agua.

La ONG realiza jornadas de recolección en sitios como universidad. Foto: No más colillas Colombia. 

La ruta tóxica en Bogotá

En época de lluvia, las colillas de cigarrillo ingresan al sistema de alcantarillado de Bogotá a través de los 250.000 instalados en sitios como los andenes, para luego viajar por los 10.600 kilómetros de tuberías, una red que equivale a viajar 10 veces desde Bogotá hasta Cartagena.

La mayoría de los chicotes nada por los 4.000 kilómetros de tubos de aguas lluvia, pero algunos logran ingresar a los 6.000 exclusivos para descargas residuales y combinadas. El viaje de cada colilla por este sistema de tuberías puede oscilar entre las 10 y 28 horas, dependiendo el sitio donde sea arrojada.

Este es el tiempo que tarda una colilla que es arrojada en el norte de la capital hasta el río Bogotá. Foto: Pixabay.

Si los chicotes no quedan retenidos en las 17 estaciones elevadoras con zonas de cribado, donde la Empresa de Acueducto realiza una retención de los sólidos grandes, terminan en alguno de los 15 humedales capitalinos o en río Bogotá, donde alguna ave puede confundirlos con alimento. 

La colilla puede seguir por las aguas ya contaminadas del río Bogotá hasta llegar al río Magdalena en Girardot, donde continúa su trayecto hasta culminar en el océano Atlántico.

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.

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