La aspirina, o ácido acetilsalicílico (AAS), es usada normalmente como analgésico para dolores y molestias menores, además de para reducir la fiebre. También es un medicamento antiinflamatorio y se puede utilizar como anticoagulante.
Las personas con alto riesgo de formación de coágulos de sangre, derrames cerebrales y ataques cardíacos pueden consumir aspirina a largo plazo en dosis bajas. Con frecuencia, esta pastilla blanca es administrada a pacientes inmediatamente después de un ataque cardíaco para prevenir la formación de coágulos y la muerte del tejido cardíaco.
La aspirina es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Estos medicamentos actúan como analgésico porque ayudan a aliviar el dolor sin necesidad de usar anestesia y no provocan pérdida del conocimiento; antipirético porque bajan la fiebre y antiinflamatorio, permitiendo reducir la inflamación cuando se usa en dosis más altas.
La aspirina no es un esteroide, pues si bien estos suelen tener beneficios similares, también pueden generar efectos secundarios no deseados, de acuerdo con información del Medical News Today.
¿Cuáles son sus usos?
La aspirina es uno de los medicamentos más utilizados para tratar el dolor de leve a moderado, las migrañas y la fiebre.
Normalmente se usa para hacerle frente a los dolores de cabeza, dolores menstruales, resfriados y gripe, esguinces y distensiones, y afecciones a largo plazo, como artritis.
En dosis altas, puede ayudar a reducir los síntomas de fiebre reumática, artritis reumatoide, otras afecciones inflamatorias de las articulaciones y pericarditis.
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Por su parte, cuando se consume en dosis bajas normalmente es para prevenir la formación de coágulos de sangre y reducir el riesgo de un ataque isquémico transitorio (AIT), prevenir el infarto de miocardio en pacientes con enfermedad cardiovascular al minimizar la posibilidad de formación de coágulos, prevenir un derrame cerebral, pero no para tratarlo y prevenir el cáncer colorrectal.
De acuerdo con los expertos, se puede usar una dosis baja de aspirina, de 75 a 81 miligramos (mg) por día, como medicamento antiplaquetario para prevenir la formación de coágulos de sangre.
Se puede administrar a pacientes después de: un bypass de la arteria coronaria, un ataque cardíaco, un derrame cerebral, fibrilación auricular y síndrome coronario agudo.
Las personas también pueden recibir aspirina en dosis baja si tienen los siguientes factores de riesgo y si el médico cree que existe la posibilidad de un ataque cardíaco o un derrame cerebral: niveles altos de colesterol en la sangre, hipertensión o presión arterial alta, diabetes y pacientes que toman medicamentos antihipertensivos.
Según los especialistas de Mayo Clinic, una aspirina diaria se puede tomar solo si el médico lo recomienda. Cuando alguien corre riesgo de sufrir su primer ataque cardíaco, el médico puede recomendar aspirina después de sopesar los riesgos y las ventajas; pero por cuenta propia, no se debe empezar a tomar una aspirina diaria.
¿Debe tomar una aspirina diaria?
Los expertos recomiendan no tomar por cuenta propia la administración diaria de aspirina para prevenir un ataque cardíaco. El médico puede sugerir esta opción en caso de que la persona haya sufrido un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
También puede hacerlo cuando el paciente así no haya sufrido un ataque cardíaco, tenga puesto un estent en una de las arterias coronarias, se haya sometido a una cirugía para baipás coronario, o sienta dolor en el pecho debido a una enfermedad de las arterias coronarias.
¿Qué pasa con los niños?
Sin embargo, un especialista puede recetar aspirina a un niño bajo supervisión si tiene la enfermedad de Kawasaki y para evitar que se formen coágulos de sangre después de una cirugía de corazón. En su lugar, se suele usar acetaminofén e ibuprofeno.
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Las personas con las siguientes afecciones deben tener cuidado al tomar aspirina y solo deben hacerlo si el médico lo aprueba: asma, hipertensión no controlada, una úlcera péptica previa, problemas hepáticos y problemas renales.
La aspirina no se administra durante un derrame cerebral, porque no todas las veces estos son causados por un coágulo. En algunos casos, la aspirina podría empeorar el derrame cerebral.
Cualquiera que se esté preparando para una cirugía debe informar a su médico si ha estado tomando aspirina con regularidad. Es posible que deba dejar de tomarla al menos 7 días antes.
Las pacientes embarazadas o en período de lactancia pueden tomar aspirina en dosis baja, pero solo bajo la supervisión de un médico. No se recomienda en dosis altas.
Para los especialistas es claro que si bien se trata de un medicamento que tiene muchos beneficios, también es cierto que se deben tener muchas precauciones en su consumo, pues no todas las personas pueden tomarlo.