Dos de las seis armas incautadas en operativos están relacionadas con la muerte de un policía en julio pasado.
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Desde el Sistema Único de Comparación Balística (Suboca) confirmaron este jueves que varias armas incautadas en los operativos en contra del Clan del Golfo fueron utilizadas en decenas homicidios perpetrados en el Urabá.
Luego de análisis mediante imágenes microscópicas de proyectiles, que permitieron identificar patrones de armas de fuego recolectadas en esa subregión, se concluyó que fueron usadas en conductas punibles, incluso contra integrantes de la Policía.
Entre seis armas incautadas, entre las que se contaron cuatro pistolas y dos revólveres, dos están relacionadas con el homicidio del patrullero Jesús David Murillo Santos, quien murió el 11 de julio pasado, en Apartadó.
Las armas en cuestión corresponden, en principio, a una Beretta, modelo 92FS-Cal 9mm, la cual estaría relacionada con diez homicidios por año, según el análisis del Suboca. Uno (2018), nueve (2019), diez (2020), diez (2021), uno (2022).
La otra Beretta, modelo PX4 Stour, estuvo involucrada en tres homicidios el año pasado y en uno más en lo que va del 2022. En total, fueron 34 los homicidios, como el del patrullero Murillo, en los que estas armas estuvieron relacionadas.
De ese total, según las conclusiones compartidas desde el Suboca, 27 tuvieron lugar en Apartadó, y los siete restantes en Carepa, subregión de Urabá, una de las más golpeadas por las hostilidades del Clan del Golfo.
Allí, precisamente, localidades como Turbo emitieron decretos de cese de actividades en entidades públicas, como la Alcaldía y los colegios oficiales, debido al temor del “Plan Pistola” que aqueja al departamento. Los cierres irán hasta este fin de semana, según confirmó este diario.