POR MIGUEL BERNAL |
Comunicación y ejemplo son las claves para que se protejan del virus.
Salir, jugar, compartir con los otros son conductas claves en el desarrollo de los niños y fundamentales para su salud mental, dice Samuel Alberto Taborda Ríos, psicólogo clínico infantil y juvenil con 20 años de experiencia en colegios. “Cuando los niños juegan no solo se entretienen y pasan el tiempo: el juego cumple un papel fundamental en su desarrollo.”
Taborda explica que salir “potencia la creatividad, previene la obesidad infantil, favorece las relaciones con otros niños y ayuda al desarrollo de su autonomía e independencia”. Por este motivo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha declarado el confinamiento infantil como una de las consecuencias más graves de la pandemia actual. Como puede leerse en su página web, “al menos uno de cada siete niños y jóvenes vivió confinado en su hogar durante gran parte de 2020 y, como consecuencia, sufrió ansiedad, depresión y aislamiento”.
Sin embargo, “la solución no es tan sencilla como dejarlos salir, porque ellos también pueden contraer el virus”, apunta el doctor Enrique Gutiérrez Saravia, infectólogo pediatra.
Aunque “todavía no hay grandes estudios sobre el efecto del virus en los niños ni mucho menos de sus nuevas cepas”, para Gutiérrez lo más importante para la prevención es “que tomen todas las medidas de protección, que son las mismas que los adultos: tapabocas después de los dos años, lavarse las manos, no tocarse la cara, toser con el codo”, explica.
Taborda resalta que la clave está en la supervisión y el ejemplo. “Como padres, docentes o cuidadores, desempeñamos un papel importante al enseñarle a nuestros hijos a lavarse las manos, fortaleciendo las estrategias de autocuidado.”
Para Olga Gómez, quien ha trabajado 16 años en el programa Recreando Niños, lo más importante es “lavarles las manos y explicarles todo: que a veces deben jugar dentro de las casas y estar encerrados, así como los efectos del virus y las enfermedades”.
Al respecto, Unicef recomienda desde su página web que “no tiene por qué ser una conversación alarmante. Pueden cantar juntos su canción favorita o bailar para que el aprendizaje sea divertido. No olvidar enseñarles que, aunque los gérmenes son invisibles, eso no significa que no estén presentes. Cuando los niños comprenden por qué deben lavarse las manos, hay más probabilidades de que lo sigan haciendo”.
Por su parte, Taborda recomienda “tener en cuenta la edad del menor de edad, todas las personas tenemos la capacidad para cuidarnos y lo aprendemos a lo largo de nuestra vida, principalmente mediante las relaciones interpersonales. La gente desarrolla prácticas de autocuidado que se transforman en hábitos y que contribuyen a su salud y bienestar”.
Para Taborda es fundamental que los niños jueguen al aire libre, “deberían salir a la calle todos los días o por lo menos los fines de semana desde que son pequeños”, pero reconoce que no siempre es posible por las restricciones.
En estos casos, sugiere fomentar el juego entre hermanos para que “puedan jugar con otros niños en casa”, o en caso de hijos únicos, recomienda que como adultos hagamos parte de la actividad. “Adoran cuando los adultos participan de sus juegos y esa es una forma excelente de aprender más sobre la infancia, es una oportunidad para enseñarles lecciones”.
Gutiérrez advierte, además, que los pequeños son gregarios, aprenden al relacionarse con los otros y por eso, como parte de su educación y desarrollo, es fundamental que compartan con sus semejantes y desarrollen habilidades sociales.
En la página de Unicef se explica que el sistema inmune de los niños es diferente al de los adultos y como la mayoría de los estudios y pruebas que se han hecho para las diferentes vacunas contra la covid-19 se realizaron con adultos, se desconoce si las vacunas serán seguras para ellos. Aun así, recomiendan seguir las directrices de cada país para ayudar a prevenir la transmisión de este nuevo coronavirus.
Aunque todavía no hay grandes estudios sobre las nuevas variantes del Covid-19 la que se identificó por primera vez en el Reino Unido aparentemente es más contagiosa entre adultos y niños, como denuncia Unicef. Sin embargo, hasta el momento las pruebas no sugieren que afecten específicamente a los niños ni que haya un aumento en los contagios graves entre jóvenes
