Vigilante: Estás cobrando. Te vi cobrando en ese bus. Sabes que está prohibido.
Cantante: – en silencio –
Vigilante: Llamaré a la Policía.
Cantante: – se sube a un bus que llega –
Vigilante: No arranques, bájate. Ahí no puedes cantar, no está permitido.
Usuarios: Pero déjalo, si él no está cantando, lleva la guitarra guardada en la funda.
Vigilante: Está cantando, lo hizo en el otro bus, ya viene la Policía. Te bajas o se quedan todos aquí esperando.
Cantante: – Mira a los usuarios –
Usuarios: Por qué se va a bajar, ¿tú lo ves cantando acaso? Y ¿por qué el bus no va a andar?, no podemos pagar por los demás…
Eso ocurrió el sábado a las 4 de la tarde en la estación Chambacú, donde durante 10 minutos estuvo detenido un bus de Transcaribe de la ruta T103 de Bocagrande con sentido a la estación El Gallo. Después, por petición de los usuarios, el conductor arrancó, llevándose al cantante venezolano, mientras en la estación el vigilante seguía esperando a los policías, quienes llegaron 5 minutos después.
En el Manual del Usuario del Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM) dice claramente que “no se debe comercializar y/o vender objetos, alimentos o servicios dentro del sistema, tampoco pueden realizar discursos o manifestaciones políticas o religiosas, interpretar canciones o hacer demás actividades artísticas”.
Sin embargo, este punto ha quedado en letra muerta, puesto que todos los días se ven muchos vendedores, cantantes y predicadores o personas pidiendo dinero por algún servicio social, subirse y bajarse de cada uno de los buses de las rutas troncales y pretroncales.
A algunos ya se les hace fastidioso, pero para otros, es la única forma que muchos de estas personas, su mayoría de nacionalidad venezolana, tienen para sobrevivir en la ciudad.
Ante lo ocurrido en una de las estaciones, decidimos consultar primero con los usuarios del sistema para saber qué piensan de esto y después con Transcaribe para conocer cuál es el protocolo que maneja ante estas situaciones y cuántos casos han reportado ante la Policía.
Opiniones divididas
“Yo sé que eso no está permitido, pero ajá a uno le da pena verlos sufrir, por eso es que los apoyo y les compro”, dijo Elvira Coneo, una usuaria del sistema, mientras que Elkin Arroyo asegura todo lo contrario: “Al principio sí, yo lo aceptaba, pero ya se ha vuelto muy cansón, yo he visto a muchos de ellos que antes se subían a los buses a vender o a cantar ahora trabajando en almacenes. Eso se llama perseverar”.
Cuando el vigilante intentaba bajar al cantante del bus, muchos de los presentes lo apoyaron alegando que no estaba haciendo nada malo.
“Él no está haciendo nada malo, fuera un ladrón y ahí no se dan cuenta ni detienen el bus para requisar ni nada. Esto no debería ser así”, gritaba uno de los ocupantes del articulado.
Habla Transcaribe
Un vocero de Transcaribe indicó que los operadores de los buses en estos momentos no tienen forma de comunicarse con los otros o con algún vigilante para avisar si en el bus va un vendedor, por lo que el único que puede darse cuenta es el guarda de seguridad, quien al notar esto debe pedirle a la persona que se retire de la estación.
Por su parte, la Policía indicó que al recibir el llamado de parte del operador, ellos realizan el comparendo de multa tipo uno, equivalente a cuatro salarios mínimos.
El vocero agregó que van 20 personas identificadas en el sistema que hacen estas labores prohibidas.