Con cuchillo y herramientas han dañado vallas. No hay claridad sobre los responsables.
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Pese a que las cámaras de seguridad están encendidas, y a que la Policía Metropolitana designó “padrinos” para cuidar vallas y sedes políticas, los ataques, incluso a cuchillo, continúan.
Cuando se anunció el “plan padrino”, la valla de Juan Espinal y Paola Holguín, que aspiran al Congreso por el Centro Democrático, había sido vandalizada cinco veces. Hasta ayer, en 10 ocasiones habían tenido que cambiar la lona, lo que los hace pensar que los planes de las autoridades han servido poco.
Espinal y Holguín instalaron tres vallas en la ciudad, pero hay una que les ha causado el mayor dolor de cabeza. Está ubicada en la autopista con la calle 33. Esta es la que, según Espinal, ha sido atacada 10 veces. La primera vez la arrancaron, pero también la han rasgado parcialmente y le han hecho dibujos para ridiculizarlos. “Hay un odio contra nosotros. Nos rayaron las caras, poniéndonos caras de payaso. Parece una sevicia contra lo que nosotros representamos. La valla que nos han dañado dice que defenderemos a Medellín del alcalde Quintero”, dice Espinal.
Pero, si por el Centro Democrático hay problemas, en las antípodas también han padecido. El 19 de enero, la sede de la campaña de Gustavo Petro en la avenida 33 también fue vandalizada. Debajo de un letrero de “Jóvenes con Petro” apareció uno insultante, escrito en delgadas letras negras: “Petro hampón izmierda”. Ese mismo día, el Pacto Histórico en Medellín pidió protección a la Fiscalía, la Alcaldía de Medellín y al Gobierno Nacional.
Susana Gómez, candidata a la Cámara por el Pacto Histórico, dijo: “Después del evento de voluntariado rayaron la fachada de la Casa Petro. Las diferencias podemos debatirlas pero sin insultos o agresiones”.
También sufrieron daños las publicidades de León Fredy Muñoz, candidato al Senado por el Partido Verde y quien, con sus propias manos y con ayuda de sus seguidores, se encargó de repararla.
La misma suerte corrió una valla de Víctor Correa, aspirante a la Cámara por la Coalición de la Esperanza.
Correa dice que en su caso se hizo el daño con premeditación y que los vándalos no tuvieron la intención de robarse la lona. “Evidenciamos que los que lo hicieron utilizaron herramientas especiales. Esto no se da en un contexto aislado, sino en una confrontación política y parece que se están utilizando estas técnicas”, dijo.
El candidato expresó que está de acuerdo con las diferencias políticas, pero comentó que lo sucedido “raya con el fascismo”. Correa puso la queja vía Twitter. El secretario de Gobierno de Medellín, Esteban Restrepo, se comunicó con el afectado y le pidió las referencias de la valla para avanzar en una investigación. “Me dijeron que iban a revisar las cámaras de seguridad para dar con los responsables, pero, hasta este momento, no he recibido información”, relató Correa.
Contra el vandalismo
A todas estas, ¿quién está dañando las vallas y atacando las sedes políticas? Ni la Alcaldía de Medellín ni la Policía Metropolitana tienen claro quién está detrás del vandalismo. Restrepo dijo que los actos también son cometidos por habitantes de calle que rasgan las vallas para llevarse elementos.
Mientras las investigaciones avanzan para dar con los resultados, la Policía lanzó el “plan padrino”, que consta, básicamente, en ubicar un “padrino”, un doliente para cada sede política. Así, creen las autoridades, se podrá reaccionar con prontitud si algo sucede.
Frente al anuncio de la policía, el candidato Correa comentó que la acción será insuficiente. Dijo que, más que un problema de orden público, los ataques a las campañas son un asunto social que no se resuelve con vigilancia.
Los candidatos consultados expresan que la estrategia de la alcaldía y de la Policía para frenar estos actos ha sido insuficiente. Prueba de ello, dice Espinal, la valla de la 33 la han dañado cinco veces desde que comenzó el plan padrino y no hay responsables detenidos por los actos.
El último reporte de la Policía referenciaba el daño a cinco campañas. EL COLOMBIANO pidió las cifras actualizadas a ayer, pero desde esa institución no las precisaron.
Para Néstor Julián Restrepo, director de la Maestría Política de Eafit, lo que está sucediendo es natural, aunque no justificable. “Este es un proceso electoral crispado, enrarecido por los mismos políticos. Ellos se han encargado de darle el nivel que tiene. Los políticos se están tomando en serio el sentido bélico de la campaña y la gente también lo interpreta así. Lógicamente no avalo este comportamiento”.
El académico agregó que estos ataques son comunes en el mundo, incluso en Europa, en donde las sedes de los partidos son custodiadas para evitar ataques con bombas molotov, por ejemplo. “La cuestión de fondo es la discusión, que ni siquiera es ideológica, sino emocional, y que han propiciado los mismos políticos”, concluyó
