José Clopatofsky, director de Motor, explica cuáles son los cambios que empezarán a regir en el país.
José Clopatofsky Director de MOTOR
Tal como se había anticipado desde finales del año pasado, el gobierno tiene lista la modificación alza de los aranceles de los vehículos híbridos, aumenta el impuesto de entrada de los que tienen motores de combustión y sube la carga tributaria para la importación de repuestos automotores.
Pero el efecto no es masivo pues solo cobija a los vehículos que lleguen de países con los cuales no hay TLC, como es el caso de aquellos de India, China, Japón y Tailandia, principalmente.
Cuando se firme de manera definitiva el decreto 1550, que el gobierno tiene publicado desde el pasado 20 de diciembre para comentarios, y que anularía el 1116 de 2017, que regula los aranceles para todos os automotores, salvo los eléctricos de cualquier origen que están exentos de este impuesto por ley, las nuevas tarifas de afectarán los precios de una gama importante de vehículos de esas fuentes y tecnologías híbridas.
El contingente es un cupo con arancel del 5% que se había fijado con incrementos anuales desde el 2017 y empezó con 1500 unidades hasta 2019. Lo subieron a 2300 para los años 2020 hasta el 2022 y desde el 2023 estaba en 3.000, cantidad que algunas marcas absorbieron con importaciones masivas de unidades desde los primeros meses del año pasado, lo cual les significó un precio muy competitivo en vitrinas.
El cupo de las 3000 unidades del año pasado se repartió entre las marcas de manera discrecional pagando únicamente el 5% de arancel.
De todas maneras, el sector estaba pendiente de que se definiera el cupo de 2025, pues su efecto no es transferible al año siguiente, es decir, las condiciones de 2024 están caducadas y esa gabela que daba el gobierno con cargo a su recaudo fiscal, terminó.
Según el texto de la propuesta, que tiene prácticamente el sello definitivo, esa preferencia “no fomenta o incentiva a la producción nacional de vehículos con nuevas tecnologías en el país, estando en contravía de la política nacional en materia de reindustrialización.
Este contingente constituye únicamente un incentivo a la importación que no tiene incidencia en la inversión y producción nacional de vehículos. También explica que se trata de alinear más las políticas de “reducir la dependencia económica del petróleo y del carbón, al crear nuevas fuentes de producción de bienes y servicios que reconfigurarán la matriz productiva de la economía nacional”.